René Salamanca y el clasismo. Enrique Arrosagaray
masivamente: la planta es tomada por los trabajadores, con directivos y supervisores adentro, como rehenes. Y por si esto fuera poco, rodean la planta con materiales combustibles, tanques de nafta, etc. Salen delegaciones de obreros de Perdriel a pedir solidaridad; Ilasa –donde casi todas son mujeres– es la primera que la brinda. Hay una asamblea general con más de 4000 trabajadores de Santa Isabel; el orador de Perdriel logra hablar –no era fácil– y consigue, por aclamación, el apoyo de los trabajadores de la “planta insignia”. Luego de casi dos días y medio de toma, la empresa anula los traslados.
Con el triunfo en la mano, los trabajadores de Perdriel hacen una asamblea, festejan y toman la decisión de hacer abandono de la planta, dejan la toma. ¿Qué es lo primero que hacen? “Salimos de la fábrica, abandonamos a las ocho de la noche y marchamos encolumnados hasta el centro y de ahí a las puertas de FIAT, a llevar nuestra solidaridad”3. Horas antes del triunfo en Perdriel, los obreros de FIAT habían tomado la fábrica porque no los dejaban elegir su conducción libremente. En ese momento nacía SiTraC-SiTraM. La toma de la planta de Perdriel es una de las acciones obreras más democráticas y enérgicas, resuelta y organizada por los trabajadores, haciendo funcionar su organización (delegados, cuerpo de delegados y asamblea) en toda esa época. Fueron casi tres días de democracia obrera y de poder ejercido dentro de la empresa y por sobre las autoridades de la empresa. Cualquier estudioso de las luchas obreras en el mundo, tiene acá una experiencia muy avanzada.
En las polémicas de la época, la violenta toma y defensa de Perdriel puso, en la práctica, un mojón entre dos corrientes: el pacifismo del reformismo (léase PC) y sus compañeros de ruta, por un lado; y el foquismo, en cualquiera de sus versiones, en pleno desarrollo, que le daba a la masa de trabajadores el rol de apoyo y adhesión.
FIAT
El 14 de mayo, decíamos, estallan los trabajadores de FIAT, sobre todo por una cuestión de democracia interna, y toman las plantas de Concord y de Materfer, en el barrio de Ferreyra. De este proceso, nacen el Sindicato de Trabajadores de Concord (SiTraC) y el Sindicato de Trabajadores de Materfer (SiTraM), sindicatos de empresa que desarrollarán, juntos, experiencias de democracia obrera muy importantes, con tremenda repercusión en todo el país. Hay que recordar acá, que tuvieron como asesor a un abogado, “el Kuky” Alfredo Curutchet, hombre del PRT4, quien dejó un gran recuerdo porque fue bastante más que el asesor letrado.
Primer aniversario del Cordobazo
Hubo un acto en Córdoba por ese primer aniversario, en el que hablaron Agustín Tosco y Elpidio Torres. Los delegados de Perdriel, que acababan de protagonizar una toma triunfante apenas dos semanas atrás, dudaron y no fueron oradores. Un poco dudaron ellos, y otro poco los presionaron para que no hablen, no eran de sus palos. Así lo reconoce y lo recuerda uno de aquellos delegados: “en parte no nos animamos y segundo, ellos no quisieron. Nosotros éramos en ese momento una corriente en desarrollo, representativa en el Cuerpo de Delegados, distinta de Torres y de Tosco y nos hacen las mil y una para que no podamos hablar”5.
Hay que recordar que en ese momento, desde marzo, Elpidio Torres era el secretario general de la CGT Regional. También en marzo se habían hecho elecciones en la seccional cordobesa del SMATA. Allí se presentaron dos listas: la verde y Celeste con Elpidio Torres a la cabeza obtuvo 3607, y la lista Azul 2393 votos6. Torres, entonces, tenía dos años de mandato por delante y tenía motivos para estar con el pecho henchido pero –siempre hay un pero– se irá mucho antes de terminar ese mandato, por el desprestigio que lo enlodará y deglutirá en pocos meses. Los obreros de Perdriel, con su impertinencia y su coraje le acababan de dar una estocada en la yugular. Y viene la llamada Huelga Grande, de la que hablaremos enseguida, y el proceso de radicalización de los trabajadores, que será algo así como un adoquinazo en la nuca de Torres y lo dejará ya sin margen de maniobras.
Tomas de fábricas de junio de 1970
Todas las plantas mecánicas de Córdoba son tomadas desde el mediodía del 2 de junio de 1970, como medida de lucha por un conjunto de reivindicaciones y también por el aniversario del Cordobazo. Había inicialmente un planteo de los trabajadores de Perdriel para tomar una medida de lucha de esta naturaleza desde hacía dos semanas atrás. Pero para el arranque de junio, el Sindicato y Elpidio Torres personalmente se ponen a la cabeza aunque, luego veremos, relativamente: el mismo Torres propone que se cree un Comité de Ocupación en Santa Isabel, sobre el que pretende que recaiga la responsabilidad de la medida. Con esta medida –la creación de un Comité de Ocupación en IKA-Renault y en cada una de las fábricas mecánicas–, que en apariencia es una medida democrática de Torres y que además incluye a los delegados de Perdriel, intenta, en nuestra opinión, desvincularse de los resultados que seguramente él ya conocía, pues los habría negociado con la empresa.
No logrará, sin embargo, desvincularse de los resultados. Todo lo contrario.
Cuando se desarrollaba el tercer día de toma, la represión actúa con una decisión que sorprende y desaloja en primer término la planta de Perdriel, y manda a la cárcel a numerosos obreros, entre ellos a los principales dirigentes, como Gerardo Luna y Agustín Funes. Ellos y otros estarán presos durante un mes.
lLa toma de la planta de IKA-Renault dura un día más. Hay tareas divisionistas, algunos se van, un núcleo más duro resiste y cuando la represión los desaloja, hay broncas, llantos e impotencia. Inmediatamente la patronal echa cientos de trabajadores, la cantidad exacta difiere según las fuentes. En los próximos capítulos, nuestros entrevistados dirán que son algo más de 1000 y que luego retoman 300 o 400 quedando el resto, 700 u 800, echados definitivamente. Por ejemplo Manuel Gómez, a quien podrán leer más adelante, es uno de los que queda afuera.
Entre los cientos que quedan afuera de la fábrica están muchas decenas de obreros que se venían transformando en un activo que se proponía ir mucho más allá de Torres. Alguien dirá que habían descabezado a los padres del Cordobazo.
Una publicación oficial o libro oficial del SMATA de Córdoba de 2006, dejará por escrito la intención de desvincular a Elpidio Torres de aquella derrota, describiendo aquel desenlace así:
Las Comisiones de Ocupación procedieron a evacuar cada una de las plantas a medida que las circunstancias así lo exigían, para evitar que se repitiera lo de la planta de matrices. La última en ser desalojada fue la planta de IKA-Renault. El día 6 a la hora 11:00, reunidos en asamblea frente al salón comedor y a sugerencia del Comité de Ocupación, avalado por el Cuerpo de Delegados, se resolvió desocupar las instalaciones, proseguir con la huelga y realizar una asamblea en el local sindical el día lunes 8 de junio a las 9:00 horas.7
Ese mismo día 8 de junio es desalojado de la presidencia el general Onganía. Sin comentarios. Así lo recuerda este libro oficial del SMATA: “Si el Cordobazo había herido de muerte a Onganía, las tomas de fábricas retiraron el cadáver”8.
Algunas páginas más adelante, la misma publicación oficialista informará que los despedidos en IKA-Renault fueron 487, de los cuales retomarán 221. Además, informa que el total de los trabajadores definitivamente despedidos en las otras plantas mecánicas fue de 110 trabajadores.9 Son cifras muy lejanas a las que han quedado en la memoria de los trabajadores en general y de los que entrevistamos en particular.
Huelga Grande
Tras el desalojo de la planta de Santa Isabel, los trabajadores van a la huelga y reclaman la reincorporación de los cientos de despedidos, centralmente.
Nuestros entrevistados, en las próximas páginas, hablarán más de una vez sobre distintos aspectos de la Huelga Grande. Coinciden, sobre todo, en lo valioso de la decisión de tantos miles de trabajadores y en que tanto la patronal como el Sindicato, es decir Elpidio Torres, aprovecharon esta situación para sacar de la fábrica a muchos trabajadores que comenzaban a cuestionar a fondo a Torres. A lo largo de tantos días de huelga –un mes– comenzaba a olfatearse y a definirse como traición la actitud del legendario Elpidio.
Ya habían pasado más de veinte días en huelga cuando, según el citado libro SMATA… 50 años de lucha, aparece