2030: Cómo las tendencias actuales darán forma a un nuevo mundo. Mauro F. Guillen

2030: Cómo las tendencias actuales darán forma a un nuevo mundo - Mauro F. Guillen


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principales”, “usuarios pioneros” o “rezagados”. Clasifican los productos como “estrella”, “gallina de los huevos de oro”, “patito feo” o “signo de interrogación”, dependiendo de sus ganancias anuales y de su crecimiento potencial a futuro. Y consideran que los empleados “trabajan en equipo” o son “trepadores” en función de sus actitudes, conductas y capacidades.

      Segmentar, sin embargo, te ciega a las nuevas posibilidades.

      Déjeme ofrecerle un ejemplo. Además del foco, el teléfono y el automóvil, uno de los grandes inventos de finales del siglo XIX fue el concepto de retiro: un periodo de la vida dedicado a nuestros pasatiempos y familias, una oportunidad para reflexionar sobre todo lo que hemos logrado. De ese siglo heredamos el concepto de la vida como una progresión de etapas —infancia, trabajo, retiro—, cada una de las cuales, si tenemos suerte, disfrutamos.

      Con el descenso de nacimientos y las nuevas dinámicas entre generaciones es posible que nuestra sociedad futura deba repensar mucho de los supuestos con los que vivimos hasta ahora. Los ancianos también son consumidores con estilos de vida característicos, y pueden ser tan pioneros en el uso de la tecnología como los milenials, si no es que más. Piense en la realidad virtual, la inteligencia artificial o la robótica, y las formas en las que estas tecnologías revolucionarán la última etapa de nuestras vidas. Tal vez tengamos que descartar las viejas costumbres. A diferencia de lo que ocurría en el pasado, podríamos volver a matricularnos en la universidad para aprender nuevas habilidades una y otra vez antes de perecer. Piense en este encabezado que publicó The New York Times en 2019: “Una escuela de Corea del Sur que se ha quedado sin niños recluta abuelas analfabetas”.

      Yo insto a todos a abandonar el pensamiento lineal, a veces llamado pensamiento “vertical”, como el de la figura 1, y sugiero que nos aproximemos al lateral. El concepto de pensamiento lateral, desarrollado por el inventor y consultor Edward de Bono, “no buscar jugar con las piezas que ya existen sino cambiarlas”. Se trata, en esencia, de reenfocar los problemas y de resolverlos desde otra perspectiva. Las innovaciones no ocurren cuando alguien trabaja dentro del paradigma establecido sino cuando se abandonan los supuestos, se ignoran las reglas y la creatividad fluye libremente. Picasso y Braque fueron los pioneros del cubismo porque se alejaron de los supuestos y las reglas sobre proporción y perspectiva. Le Corbusier inauguró la arquitectura modernista al eliminar paredes para crear grandes espacios abiertos, diseñar ventanas que corren a todo lo largo de las fachadas y exponer la elegancia intrínseca del acero, el vidrio y el cemento, sin tratar de ocultarlos detrás de adornos superfluos. “El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes”, escribió una vez Marcel Proust, “sino en tener ojos nuevos.”

      Figura 2

      En efecto, el pensamiento lateral puede magnificarse mediante la “visión periférica”, un concepto desarrollado por George Day y Paul Schoemaker. De forma muy parecida a lo que ocurre con la visión humana, las empresas y otras organizaciones no pueden ser efectivas si no perciben, interpretan y actúan en función de señales sutiles que provienen de la periferia del área en la que han concentrado la mirada.

      Por ejemplo, Kodak, fundada en 1888, obtuvo colosales ganancias con la venta de película fotográfica y otros productos relacionados durante todo el siglo XX. A principios de la década de 1990 sus ingenieros ya conocían las posibilidades de la fotografía digital, pero los altos directivos estaban más concentrados en el corto plazo y pensaban que la gente seguiría prefiriendo las fotografías impresas. ¿El resultado? En 2012 Kodak se declaró en bancarrota. Fue víctima de un fenómeno que expresó bien el juez Taylor, el personaje de Matar a un ruiseñor, de Harper Lee: “La gente suele ver lo que quiere ver y escuchar lo que quiere escuchar”: está ciega a lo inesperado, lo inusual, lo periférico.

      Considere la figura 2, una representación gráfica alternativa de lo que está ocurriendo en el mundo.

      Las flechas gruesas que apuntan en dirección de las manecillas del reloj a lo largo de la orilla de la gráfica muestran el mismo orden lineal de la cadena de tendencias vinculadas; esencialmente se trata de la figura 1, pero acomodada en forma de círculo. Pero concentrarse sólo en las conexiones lineales en el extremo de la gráfica resulta engañoso. Cada una de las tendencias en las ochos burbujas interactúa con las otras siete. En los siguientes capítulos exploraré cada una de estas conexiones laterales y te guiaré a través de estas tendencias interconectadas para mostrarte cómo están ocurriendo en todo el planeta y, en particular, de qué modo convergerán en el año 2030.

      Aquí hay un ejemplo de pensamiento lateral en acción. Airbnb compite con los hoteles, pero muchos ancianos se dan cuenta de que sus ahorros no van a alcanzarles para sobrevivir durante su retiro, pero también entienden que poseen un bien muy valioso: su casa. Hay dos formas convencionales de monetizar tu casa sin venderla. El enfoque tradicional es conseguir un préstamo hipotecario en el banco, pero esto conlleva deuda y el estrés de los pagos mensuales. Otra posibilidad es obtener una hipoteca revertida (que consiste en ceder el capital), pero en ese caso los hijos no heredarán el hogar familiar.

      Entonces llega Airbnb. Las personas mayores, cuyos hijos se han ido de casa, pueden rentar las habitaciones que no usan a los viajeros que piensan estar poco tiempo en el área, un acuerdo que representa mayor flexibilidad para ambas partes. Si esos adultos mayores viajan mucho o visitan a sus hijos con frecuencia pueden rentar toda la casa para estancias breves. En cualquiera de los dos casos ganan dinero y conservan su casa. Airbnb no sería tan exitoso si no fuera por la convergencia de varias tendencias: una reducción en la fertilidad, una mayor expectativa de vida, dudas sobre la viabilidad a futuro de las pensiones públicas, el uso extendido de teléfonos inteligentes y apps, y un interés creciente en compartir bienes, más que en poseerlos. Lo guiaré, lector, a través de estos acontecimientos para mostrarle cómo ocurren en el tiempo y cómo alcanzarán su auge en 2030. Este nuevo mundo presenta oportunidades y amenazas; cada individuo, empresa y organización los enfrentará con sus propias fortalezas y debilidades. Y sin embargo, como muestro en la conclusión, todos debemos aproximarnos a él en forma distinta a como vivíamos en el pasado. Las últimas páginas ofrecen principios y enfoques que resultarán útiles para entender esta nueva realidad y aprovechar las oportunidades que crea en nuestro provecho.

      Recuerde, todo esto está ocurriendo durante nuestras vidas. El cambio está a la vuelta de la esquina.

      1. Sigan a los bebés

      EL DESCENSO POBLACIONAL, EL BABY BOOM AFRICANO Y LA PRÓXIMA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

      Los bebés no llegan al mundo sólo con una boca y un estómago; también tienen un par de manos.

      Edwin Canna, economista y demógrafo británico

      La tasa de crecimiento demográfico puede parecer pavorosa. En 1820 vivían 1,000 millones de personas sobre la Tierra. Un siglo después había más de 2,000 millones. Tras una breve pausa, resultado de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, esta tasa adquirió un ritmo vertiginoso: 3,000 millones para 1960, 4,000 millones para 1975, 5,000 millones en 1987, 6,000 millones en 2000 y 7,000 millones para 2010. “¿Control poblacional o extinción?” se lee en la portada de La bomba demográfica, un libro publicado en 1968 por Paul y Anne Ehrlich, profesores de Stanford, que tendría gran relevancia. Desde entonces, diversos gobiernos de todo el mundo y grandes sectores del público temen un resultado que parece inevitable: terminaremos por desbordar los recursos del planeta y nos destruiremos (a nosotros y a millones de especies de plantas y de animales).

      La realidad es que para 2030 tendremos una sequía de bebés.

      En las décadas siguientes la población mundial crecerá casi 50 por ciento del ritmo que entre 1960 y 1990. En algunos países la población se reducirá (a reserva de que experimenten altas tasas de inmigración). Por ejemplo, desde principios de la década de 1970 las mujeres estadunidenses tuvieron, en promedio, menos de dos hijos durante sus vidas reproductivas, una tasa que no alcanza a asegurar el reemplazo generacional. Lo


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