Gestión empresarial en las instituciones de educación superior para la calidad y la pertinencia. Juan Carlos Núñez Bustillos
viejo trívium y al quadrivium de las universidades medievales y la estructura de organización del conocimiento de entonces, se trataba de una gestión definida y determinada por estos elementos. Asimismo, ocurre ahora con las disciplinas que prevalecen en las carreras profesionales y/o desde la perspectiva de los nuevos paradigmas de la organización de métodos, lenguajes, técnicas y contenidos en las áreas trans o interdisciplinarias. Y éste es el tema fundamental de nuestra presentación: cómo han venido cambiando las estructuras de organización o gestión de los conocimientos, desde lo que denomino las tres grandes reformas universitarias que han ocurrido en el mundo, de mediados de los años 80, y que aparecen hoy en día redefiniendo de forma estructural la manera como se organizan estos conocimientos y los aprendizajes.
Durante las últimas cuatro décadas, como presento aquí, estos paradigmas tradicionales de tipo lineal-disciplinar estaban organizados y aún lo están, de la siguiente manera: la perspectiva disciplinaria se traslada a un tipo profesionalizante de curriculum, bajo la forma de una estructura organizacional de métodos, lenguajes, contenidos y técnicas, en procesos de enseñanza que reproducen de forma rígida esos métodos y lenguajes disciplinarios y que tienen una estructura final o perfil de egreso a una profesión.
En las últimas cuatro décadas, de los 80 a nuestros días, esta definición de organización y gestión de los conocimientos en la perspectiva de métodos, lenguajes, contenidos y paradigmas en las áreas de las ciencias y la tecnología, se ha redefinido de forma radical en relación, sobre todo, con los avances que ocurren en los actuales paradigmas del conocimiento en una, como dice Ulrich Beck, “sociedad en riesgo”.
He organizado estas tres olas de reforma, en los siguientes diferentes periodos:
La primera ola de reforma en la organización y gestión de los conocimientos, como ustedes pueden notar en la filmina que estoy presentando, ocurrió principalmente de principios de los años 80 hasta los años 90, con una irrupción de innovaciones, métodos, lenguajes y técnicas, que reorganizaron estos conocimientos diferenciándolos claramente de las disciplinas que hoy denominamos como software, hardware, microelectrónica, telecomunicaciones, biotecnología y sustentabilidad. También irrumpe de forma destacada lo referido a la teoría de la complejidad, la incertidumbre y las nuevas perspectivas de las ciencias sociales desde una nueva ciudadanía que hoy notamos muchísimo y que se expresa de manera muy activa en países del norte de África que se han organizado de forma contundente, inclusive para hacer cambios estructurales de Gobierno, como en Sudán, Egipto, en Grecia o en España. Estas reformas fueron asumidas desde la perspectiva de cambios en las universidades, creando nuevas instituciones, generando dentro de ellas nuevas áreas de conocimiento para meterse directamente a las nuevas perspectivas de organización del conocimiento, que no son disciplinarias porque son constructos que organizan métodos, lenguajes, contenidos y paradigmas trans e interdisciplinares.
En ese entonces se montan, por decirlo así, en esta ola, en esta primera ola, políticas educativas con reformas universitarias, particularmente en Corea del Sur, Singapur, China, Japón, Taiwán, los denominados tigres del Pacífico asiático, que se suman inmediatamente creando instituciones tecnológicas enteras, sistemas universitarios y tecnológicos nacionales, mandan por miles a estudiar estos componentes a otros países y a prepararse a nivel de maestrías y doctorados. España aprovecha muy bien la constitución de la Unión Europea, se crea en este entonces el Proceso de Bolonia y el marco del espacio común europeo de educación superior, empieza una gran transformación también en Europa, que aparece incluso como paradigmática frente a nosotros que queremos emular por la vía del proyecto UNITWIN, u otros en América Latina, lo que acontecía en Europa. Hay todo un replanteamiento que se presenta como el programa “Erasmus” de movilidad académica y estudiantil y con el programa “Eureka”, que articula proyectos de investigación en la región Europea en estas áreas de conocimiento y de punta, y surgen las primeras generaciones de parques científicos tecnológicos que organizan este tipo de contenidos y conocimientos en lugares como Silicon Valley, Tsukuba Science City, la Ruta 128 en Massachusetts, la Villette en Francia, Malmo en Suecia, etc. Empiezan a surgir estos parques científicos tecnológicos organizados por el modelo de triple hélice: “empresas, universidades y gobiernos, en la perspectiva de la generación de este nuevo tipo de conocimiento, organización y gestión”.
Y aquí cabe preguntarse qué pasó en México entonces, tal y como se presentó en diversos países durante los años 80 y los 90, es decir, si hubo alguna referencia de impacto para decir que sí nos comenzamos a meter en la primera de grandes reformas educativas. Efectivamente, en la UNAM se crea la carrera de biotecnología, otras instituciones avanzan en algunas áreas de la microelectrónica (en Guadalajara también se procesa el área de la microelectrónica, con una pequeño Silicon Valley), etc., pero son flashazos que también se dan en América Latina, nichos muy reducidos que no logran tener el impacto de constitución de instituciones enteras, sistemas complejos que se metan y articulen reformas educativas de gran calado, como se dice ahora.
Durante la segunda ola de cambios, de principios de siglo a la fecha, se abren nuevos campos de conocimiento con la organización y gestión académica: el mapeo del genoma humano, se descubre la trasformación que implica el conocimiento del DNA y por lo tanto hay también un impulso enorme de los sistemas complejos, con la elaboración que realiza una gran camada de intelectuales en todo el mundo desde la perspectiva de una integración distinta en la gestión y organización de los conocimientos en las ciencias sociales y humanas. Empieza la extrema miniaturización de los componentes tecnológicos, la nanotecnología, el gran boom de los estudios del Universo y Tierra, una nueva disputa entre la física cuántica y la física general, el gran boom del diseño, el arte y la multimedia, en una composición de fusión de ciencias, de tecnología, contenidos, métodos, lenguajes, etc., y el gran boom también de los objetos nómadicos, porque los tenemos pegados al cuerpo, como el móvil o celular, la laptop o las tabletas. Todos ustedes tienen un objeto nómadico, ya pegado a su cuerpo, tan indispensable que si lo dejan en algún momento fuera de éste o se les olvida, les puede venir hasta una situación de desesperación o de verdadera angustia. Los que saben de esto dicen que duele más perder la virginidad que un celular.
Y, por supuesto que igual en esta fase, en esta ola, en esta reforma de los conocimientos, otros tantos países se meten, articulan su economía con el conocimiento, tanto fuera como dentro de sus universidades, o crean nuevos campus o universidades enteras, como lo hicieron en Finlandia, que aparece como el país que ha impulsado una de las más emblemáticas reformas educativas, a la cual hoy todos queremos emular por parte de la educación básica. Pero también está la India con su ciudad tecnológica en Bangalore y su instituto tecnológico; China, que empieza a crear universidades que se autodenominan de clase mundial; Brasil, con un gran impulso que tiene en la Universidad de Campiñas y la Universidad de Sao Paulo; Rusia, que tiene un proceso de reconstitución de su aparato científico-tecnológico-universitario; o Suecia, Vietnam, y Corea del Sur, que empieza desde la ola anterior a ser un país con muy importantes realizaciones en materia de articulación de nuevos conocimientos.
Y estamos entrando hacia el inicio de la tercera ola, pero también hacia el fin de la onda larga de innovaciones que comenzó en los años ochenta con una pregunta esencial para todos nosotros: en esas olas sucesivas y críticas ¿en qué nos metimos? ¿Cuántas reformas hicimos en la gestión de organización del conocimiento, en estas áreas de la ciencia y la tecnología, de las ciencias sociales, etc.? Pues, en ninguna o muy escasamente en algunas de ellas, porque seguimos teniendo, efectivamente, diez, doce, trece carreras que se reiteran, como Derecho, Comercio, Administración, etc., y el rezago en la oferta de conocimientos y aprendizajes ya lleva más de 40 años.
Sí, sí hay innovaciones y avances, sin lugar a dudas, pero es poco de lo que se puede presumir. Tampoco es que estemos ausentes de las fronteras del conocimiento, pero es más por la vía de la copia o de la dependencia de muchos de ellos, no del esfuerzo sistemático de una política de Estado con un proyecto alternativo y endógeno, de ciencia y tecnología.
Ya estamos en el principio del fin de esta gran ola, la tercera de grandes reformas que está en marcha, que implica la maduración de todas las estructuras de fusión tecnológica, es decir, el arte, multimedia, electrónica, biotecnología,