López Obrador: el poder del discurso populista. Luis Antonio Espino

López Obrador: el poder del discurso populista - Luis Antonio Espino


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de poder, no como un fin. Por eso pueden decir mentiras escandalosas, verdades a medias o cambiar de opinión de un día para otro sin dar ninguna explicación.

      Para la demagogia, lo más importante no es exponer o demostrar argumentos, sino hablar de la identidad de quien los plantea. Si una persona pertenece al “nosotros” bueno, entonces todo lo que dice es correcto, todas sus afirmaciones son ciertas y todo lo que hace está bien. Si pertenece al “ellos” malvado, entonces todo lo que dice y hace es falso, sus datos son equivocados o manipulados y sus acciones obedecen a sus malas intenciones. Por eso, lo más importante para la demagogia es que la gente entienda quiénes son “ellos”, quiénes somos “nosotros”, qué mal nos hicieron “ellos” a “nosotros” y qué castigo se merecen por ese mal. De ahí que los demagogos inviertan casi todo su tiempo y energía en repetir ese relato, y no en debatir asuntos o ideas.

      Más que hablar de soluciones a los problemas, la demagogia argumenta que “ellos” se merecen un castigo, que puede ir, en una escala muy amplia, desde el desprecio y el rechazo de la sociedad, hasta la restricción de derechos civiles o políticos, la cárcel, el exilio y, en casos extremos, la violencia física o el exterminio. Es por eso que la demagogia necesita revivir permanentemente el dolor de los agravios del pasado, emoción que acumulada en el tiempo se puede transformar en el combustible político de mayor potencia: el odio.

      El discurso demagógico, además, se apoya intensivamente en el uso de falacias retóricas. Las más frecuentes en el discurso de AMLO son:

      1 Ad hominem o ataque a la persona. Se emplea para descalificar un argumento dirigiendo ataques a quien lo plantea, sin que con ello se demuestre la invalidez o falsedad del propio argumento. Esta es la falacia más común en el discurso del presidente López Obrador, como lo demuestra cada vez que es cuestionado y responde con ataques e insultos a críticos y opositores.

      2 Ad verecundiam o apelación al respeto. Es el inverso del ad hominem, y se emplea al decir que, como alguien tiene algún tipo de autoridad, entonces todo lo que hace o dice es válido, veraz y corresponde a la realidad. AMLO usa esta falacia cuando refuta cualquier crítica o señalamiento invocando su propia “autoridad moral”.

      3 Ad populum o apelación al pueblo. Consiste en asegurar que, cuando la mayoría o “el pueblo” está de acuerdo con alguna afirmación, opinión o decisión, entonces esta es correcta y no tiene caso ni siquiera debatirla. El presidente invoca a diario al “pueblo” para justificar sus acciones, como si recibiera permiso para actuar de parte de una entidad omnisapiente, bondadosa e infalible, porque “el pueblo nunca se equivoca”.

      4 Ad baculum o apelación a la fuerza, literalmente “al báculo”, en referencia al bastón de mando de líderes políticos, religiosos o militares. Cuando alguien invoca su posición de poder como prueba suficiente de que dice la verdad. Por ejemplo, cuando el presidente dice que quienes lo cuestionan o critican “dañan la investidura presidencial”.

      5 Tu quoque o “whataboutism” o apelación a la hipocresía. Es una variante del ad hominem que se usa para justificar la conducta del grupo interno diciendo que el grupo externo es peor porque ha hecho o sigue haciendo cosas iguales o peores, y por eso no tiene derecho a criticar. Por ejemplo, cuando el presidente dice que alguien no puede criticarlo porque, según él, no criticó a presidentes anteriores: “callaron como momias cuando…”.

      6 Falsa equivalencia. Se usa para comparar argumentos o acciones que no son comparables. Por ejemplo, cuando AMLO dice que puede atacar a un columnista de un diario porque este lo criticó en un artículo. La equivalencia es falsa, porque el presidente tiene el poder del Estado y al atacar a la prensa coarta la libertad de expresión que ejerce el columnista al criticar al poder.

      7 Falso dilema. Que consiste en argumentar que una situación que exige una decisión solo puede resolverse de dos formas, una de ellas favorable a quien plantea el dilema y la otra polémica, desventajosa o criticable. Por ejemplo, cuando el presidente dice que, ante la pandemia, o se salvaban vidas decretando una cuarentena obligatoria o se salvaba a la economía permitiendo la libre circulación.

      8 Falacia de asociación. Cuando se afirma que una acción de una persona representa a todo un grupo. Por ejemplo, cuando el presidente dice que, dado que él es honesto, entonces todo su gabinete está formado por personas honestas. O al revés, cuando afirma que si alguien está de algún modo relacionado con uno de sus “adversarios”, entonces todo lo que dice o hace esa persona o institución es falso e ilegítimo.

      Como puede verse, la narrativa del presidente cumple cabalmente con todos los requisitos para ser considerada demagó­gica. Veamos cómo opera este relato en la práctica diaria.

      la narrativa demagógica en acción

      1. La crisis de desabasto de gasolina de 2019

      1 “Nosotros” tomamos la decisión de combatir el robo de combustible.Tomamos la decisión de iniciar este plan y ahora van ustedes a conocer los detalles, porque queremos que todo el pueblo de México esté informado. Antes ni siquiera se daba la información. Para tener una idea, con lo que se han robado este año alcanzaría para financiar el 40 por ciento de una refinería o, para ponerlo en otros términos, tres años de robo de combustible es equivalente a una refinería nueva. Por eso vamos a combatir este robo afuera y adentro de las instalaciones de PEMEX.22Se tomó una decisión, actuamos y se logró el propósito, disminuir el robo de combustible considerablemente. No es poco un ahorro en términos generales de alrededor de 50 mil millones de pesos.23

      2 “Nosotros” podríamos abrir los ductos, pero sería tolerar el robo.24Sería fácil abrir los ductos y decir: ‘Se normalizó ya la situación’, pero mantener a sabiendas el robo, es decir, aceptar, tolerar el robo. Eso no lo vamos a hacer, vamos a resistir todas las presiones que sean.25

      3 “Nosotros” siempre tomamos buenas decisiones y por eso tenemos garantizado el abasto de gasolina.Hay un plan. Las más de 600 pipas las maneja el Ejército y cargan, por ejemplo, en Tuxpan y traen la gasolina a la Ciudad de México. Tomamos muy buena decisión de comprar este equipo y ya no tener ese problema que enfrentamos del desabasto de gasolinas. Y esto lo está garantizando el Ejército.26Hay suficiente combustible en el país, tenemos gasolinas en el país, no es un problema de abasto nacional, es una situación especial de distribución que estamos normando para evitar el robo.27Tenemos gasolina para mucho tiempo. Es un asunto de distribución al interior del país por el sabotaje en los ductos, al tomarse la decisión de no permitir el robo de combustible.28

      4 “Nosotros” estamos cuidando los recursos del “pueblo”.Se


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