Sociología de las organizaciones Públicas. Mario José Krieger

Sociología de las organizaciones Públicas - Mario José Krieger


Скачать книгу
Objetivamente esto es cierto. Si solamente existieran configuraciones sociales que ignorasen el medio de la violencia, habría desaparecido el concepto de Estado. y se habría instaurado lo que, en este sentido específico, llamaríamos anarquía. La violencia no es, naturalmente, ni el medio normal ni el único medio de que el Estado se vale, pero sí es su medio específico” (18).

      En este marco, las dimensiones principales que caracterizan y definen al Estado son:

      a) la externalización del poder, a través del reconocimiento de la soberanía estatal por parte de los otros estados;

      b) la capacidad efectiva de ejercer el monopolio de los medios legítimos de coerción;

      c) el desarrollo de un sistema de administración burocrática profesional y autónoma;

      d) una burocracia especializada en la obtención de recursos y en su asignación con destino a la sociedad civil;

      e) capacidad y decisión de generar en los habitantes un sentimiento de “pertenencia” y de crear los lazos de solidaridad para responder sólo a ese Estado.

      En consecuencia, el Estado poseedor de estas cualidades se define a partir de su capacidad para ejercer soberanía en el ámbito interno. El Estado asume la forma de la racionalidad jurídica que hace posible la formalización del conflicto y también de la guerra, en el marco del Derecho Internacional. El filósofo y jurista alemán Carl Schmitt sostiene que el Estado Nación surgido en la modernidad encarna la racionalidad occidental en la determinación de un modo específico de relación entre la forma institucional y la dinámica de la práctica política, fundada en el eje de la libertad individual.

      En el siglo XX, la aparición de los totalitarismos y la expansión de los regímenes democráticos modificará la forma de aquel sujeto político y también los modos de ejercicio del poder en los ámbitos internos y de la soberanía en el terreno internacional, donde reina la pura relación de fuerzas y el equilibrio de los poderes fácticos en ausencia de un derecho supranacional exigible para todos. Aunque en la actualidad observamos el crecimiento de instituciones regionales y subregionales con diversas capacidades y alcance en la imposición de normas de nivel supranacional. La Unión Europea y otros acuerdos de integración de orden geopolítico, económico y social en Asia, África y América Latina, representan avances crecientes hacia instancias multilaterales y multinacionales de coordinación de políticas.

      La evolución histórica del Estado surgido en la modernidad presenta sucesivas configuraciones que se inician con el “absolutismo” hasta alcanzar la diversidad de formas más o menos democráticas en la actualidad. En primer lugar vamos a ocuparnos de las características que definen al Estado liberal como la forma jurídico-política que se funda en el reconocimiento de los derechos individuales garantizando la reserva de la esfera privada ante el poder despótico del Estado. Como ya fue señalado previamente, en el Estado liberal rigen las garantías individuales para el desarrollo pleno de la individualidad en un contexto de reglas que hacen a la confianza y previsibilidad de los contratos entre individuos, permitiendo la cooperación y la regulación de los conflictos. El proceso histórico reconoce como antecedente fundamental a las revoluciones que hicieron efectivas la ruptura con el “Ancien Regime”, nos referimos a las revoluciones Inglesa –1688–, Americana –1776– y Francesa –1789– que hicieron posible la aparición del orden político donde se desplegará la potencialidad de la sociedad burguesa y la expansión de las relaciones sociales capitalistas en todo el mundo.

      El liberalismo surge en Europa, originalmente en Inglaterra a mediados del siglo XVII y cobra pleno desarrollo teórico en el siglo XVIII. Los hechos históricos más importantes, que determinarán su vigencia continuada hasta nuestros días, radican en la “Gloriosa Revolución” de 1688 que pone fin al Estado absolutista e inaugura la vigencia de la monarquía constitucional como la nueva forma de vida y de organización de la vida económica, política y social.

      A partir de ese momento, el Liberalismo como ideología, como práctica y como proceso de institucionalización político se afianzará en la defensa del individuo y el rechazo a la sociedad estamental y corporativa, característica del régimen feudal; la garantía de la libertad individual y la defensa de la propiedad privada, como fundamento del orden económico y político; la división de poderes,


Скачать книгу