Growin' Up. José Javier Torre Ruíz

Growin' Up - José Javier Torre Ruíz


Скачать книгу
cada día: «Sigue buscando». La clave nos la dio Steve Jobs en su discurso de Stanford:

      «La única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os conforméis».

      En mi caso, lamentablemente, olvidé buscar algo que realmente me apasionara para conformarme con un trabajo bien pagado, cómodo y sin excesivas complicaciones, pero muy alejado de reportarme placer o plenitud. Encontrar tu deseo profundo es una dicha que a unos se les aparece a una edad muy temprana, y a otros nos cuesta encontrar aunque existan pistas a nuestro alrededor, que si observáramos con más detenimiento probablemente nos llevarían a otro lugar muy diferente. Sin embargo, la falta de claridad en elegir una carrera acorde con tus habilidades, la creencia extendida de estudiar algo que tenga una buena salida laboral, las prisas por ganar dinero, etc. nos llevan a cometer errores de juventud y a perpetuarlos en el tiempo, creyendo que no es posible dar marcha atrás.

      Cuando los sueños se transforman en canciones

      La música tiene un poder transformador. El gran Platón sostenía que «el ritmo y la armonía llegan a los lugares interiores del alma, en donde se aferran con firmeza». Las canciones son historias con las que identificarnos y nos ponen en acción al conectar con nuestra esencia, con algo que nos impulsa a movernos casi a nivel instintivo. Mi encuentro con la música de Bruce no fue inmediato, pero recuerdo perfectamente el momento en el que comencé a sentirme atraído por la música. Fue a los doce años, y fue lo más parecido a un momento «eureka» que he vivido. La música pasó a ser un elemento central en mi vida: las canciones, las cintas radio-cassette, los walkmans, los programas musicales, los videoclips… fueron llenando mi vida y acompañaron mi adolescencia. Hasta que llegó Bruce… Porque claro, una vez que él apareció, los otros grupos de música pasaron a un segundo plano… Llené mi habitación de todo lo relacionado con el chico de New Jersey: cintas, discos, CDs, pósters…

      Recuerdo tardes enteras escuchando sus discos: «Born To Run», «The River», «Darkness Of The Edge Of Town»… Sus canciones me servían para amueblar mi mente, para poner música a mis sueños y ambiciones: ir a la universidad, conducir mi coche, trabajar en una empresa, hacer viajes, ganar dinero… Y, como no podía ser de otra manera, también estaban las chicas. Pero si he elegido el título de la canción «Thunder Road» para iniciar este libro se debe a que la letra refleja que el protagonista sentía un punto de insatisfacción con todo lo que le rodeaba. Ese es el inicio de la búsqueda de la «Tierra Prometida» a través de la «Carretera del Trueno»:

      «Es una ciudad llena de perdedores.

       Y yo me largo de aquí para triunfar».

      Yo también quería que el futuro llegara pronto. Esta es la fuerza necesaria para iniciar cualquier tipo de cambio. La que nos permite salir de nuestra zona de seguridad, confianza o confort para descubrir otros mundos. Cuando tienes una fuerza interior que te empuja a actuar, que te provoca para salir de donde estás para ir a otro lugar mejor. Y el primer paso comienza cuando tomas conciencia de tu malestar, de tu insatisfacción o de que hay algo que quieres cambiar o mejorar, da lo mismo en relación a qué tema: trabajo, estudios, amigos, pareja, familia…

      Bruce tenía solo veinticuatro años cuando escribió esta canción y sin embargo contiene una de sus frases más sentidas y profundas, que refleja ese malestar que te invita a salir de donde estás para ir a un lugar mejor: «Así que estás asustado y piensas que quizá ya no somos tan jóvenes». Esta es la invitación a salir de donde estás, a no quedarte parado, a cambiar y ser libre para elegir tu destino o aquello que deseas. Él identifica ese destino con la Tierra Prometida, un lugar imaginario que utilizará en diversas canciones y que servirá para representar una «tierra más justa y feliz» que la actual. «Thunder Road» es una invitación a huir de una realidad asfixiante y hacer uso de nuestra libertad para encontrar un futuro mejor y más feliz.

      Si hay dos temas que están presentes en esta canción son la búsqueda de la felicidad y la libertad. Ambos están estrechamente ligados con la corriente filosófica del «utilitarismo». El utilitarismo nace en el siglo XIX como resultado del convencimiento de que la Revolución Industrial había fracasado. Pese a que los tremendos avances objetivos de la ciencia y la tecnología no podían ser contestados, los utilitaristas argumentaban que había fracasado porque no había mejorado la calidad de vida de la mayoría de la gente. El objetivo de esta corriente filosófica se podría resumir en una frase que nos dejó el filósofo, economista, pensador y escritor inglés, padre del utilitarismo, Jeremy Bentham: «lograr la máxima felicidad para el mayor número de personas», un propósito que a mediados del siglo XIX estaba muy lejos de haberse alcanzado.

      Sin embargo, la figura más destacada del utilitarismo fue John Stuart Mill, filósofo, político y economista inglés de origen escocés nacido en 1806, quien además fue un apasionado defensor de la libertad individual. En su obra Sobre la libertad sostenía que la única justificación que tenemos para limitar la libertad de una persona es evitar que dicha persona haga daño a los demás.

      «El principio requiere libertad de gustos y actividades, libertad para formular el plan de nuestra vida con el fin de que se adapte a nuestro carácter, libertad para hacer lo que nos gusta, sujetos a las consecuencias que puedan derivarse, sin impedimento por parte de nuestros semejantes, siempre que lo que hagamos no les perjudique, incluso aunque piensen que nuestra conducta es estúpida, perversa o equivocada».

      Una libertad orientada a lograr la máxima felicidad, que debía ser el resultado de maximizar el placer y minimizar el dolor, algo que Jeremy Bentham ya había expresado con estas palabras:

      «La naturaleza ha puesto a la humanidad bajo el gobierno de dos amos soberanos, el dolor y el placer. Son solo ellos quienes señalan lo que debemos hacer y quienes determinan lo que finalmente haremos».

      «Thunder Road» es precisamente esto: un himno de libertad en busca de la felicidad, minimizando todo aquello que nos genera dolor y maximizando el placer con la llegada a la Tierra Prometida. Y esto es lo que está presente en el inicio de un proceso de cambio: libertad, dolor y placer. En suma, libertad para buscar la máxima felicidad.

      Persigue tu sueño

      Hay una canción de Elvis Presley, «Follow That Dream», que Bruce solía tocar en los conciertos de mediados de los 80. Es una canción que habla de «perseguir un sueño, donde sea que ese sueño te pueda llevar hasta encontrar el amor que necesitas». En realidad, la esencia del ser humano es esa: el cambio constante a través de una continua búsqueda de algo que nos llene, que nos sacie. Y, como dice la canción, todos tenemos al menos el derecho a perseguir aquello que deseamos y luchar por las cosas en las que creemos.

      Si hay algo que compartimos todos los seres humanos de este planeta es la búsqueda de la felicidad. Es cierto que cada cual entiende el término felicidad de una forma diferente, así como que las cosas que nos hacen felices son distintas para cada persona. Como escribe Victoria Camps en su ensayo La búsqueda de la felicidad:

      «Todas las personas buscan por igual la felicidad, pero cada una será feliz a su manera.

      La búsqueda de la felicidad es una tarea subjetiva, resultado de las circunstancias que envuelven a cada persona».

      Preguntarse cómo lograr la anhelada felicidad es preguntase cómo vivir. Por eso, más que una meta, la felicidad se presenta como un estado de ánimo o el anhelo por alcanzar una vida plena. Cada persona debe cuestionarse cómo alcanzar ese estado, qué tipo de vida le gustaría tener para lograr ese estado de ánimo caracterizado por la paz interior, la tranquilidad, la satisfacción, el equilibrio o el bienestar. Quizá este debería ser nuestro propósito de vida máximo: alcanzar este estado de felicidad, que es algo que va más allá de lograr un sueño materializado en aspectos tangibles como un buen trabajo, una relación idílica o una salud de hierro.

      En cualquier caso, debatir sobre lo qué significa ser feliz no tiene demasiado recorrido, porque cada persona tiene su propia interpretación


Скачать книгу