Cuál es la meta personal y profesional. Martha P. Acosta Reyes
para encontrar la misión y visión en la supervivencia. Es vital tener un balance en ambas situaciones, el equilibrio personal, para que no se vea afectado el entorno del individuo: aspectos familiares, educativos, laborales, salud, amistad y el propio ser.
¿En la vida hay una meta?
Voy a comenzar refiriendo mi experiencia en la industria. La cultura organizacional te solicita tener objetivos personales y profesionales para llegar a la meta general. A esto se le llama planeación estratégica porque contribuye al éxito de la organización: es decir, si tienes bien definidos cuáles son tus planes personales, fácilmente se alinearán con los de la empresa y permitirán un crecimiento exponencial para todos. Así que enamórate de tus objetivos estrella.
Relato algunos acontecimientos personales de mis trabajos. Gracias a estas experiencias pude aprender considerablemente del desarrollo personal para aplicarlo de manera propia y utilizar mis fortalezas para enfocar los ideales, así también para identificar las debilidades o áreas de oportunidad, como se le dice en el ámbito empresarial.
En la vida personal es lo mismo. Aunque no trabajes en alguna compañía, es necesario tener objetivos para que te motiven y tu crecimiento sea constante. No sé si te ha pasado que alcanzas un objetivo y después sientes un vacío, como queriendo aún más de lo que lograste.
Esto es lo correcto; la supervivencia no tiene fin. Cuando naciste, el juego ya había empezado; te mueres y el placer continúa porque la vida es cíclica. Hay que perder el miedo a equivocarse. Tenemos un gran ejemplo en uno de los más importantes científicos de la historia, Albert Einstein, que nunca se dio por vencido; propuso la teoría de la relatividad, cometió errores constantemente, pero en su perseverancia veía la oportunidad de alcanzar lo que él imaginaba.
La única manera segura de evitar cometer errores es no tener nuevas ideas.
Albert Einstein
En la existencia, siempre hay que estar ejercitándonos como los deportistas de alto rendimiento. Si alcanzamos nuestro mejor tiempo, hay que ir en busca de rebasar lo que hemos logrado, para que cuando mueras sientas que has contribuido positivamente con este mundo y que el esfuerzo sirvió para dejar un legado en comparación a cuando llegaste a la vida.
Voy a referenciar como ejemplo una interesante investigación en asesoramiento vocacional que realicé hace algunos años entrevistando a más de ciento cincuenta individuos. Lo sobresaliente del resultado que obtuve son personas que desertan fácilmente de una carrera profesional porque no es lo que deseaban estudiar; en tanto, de quienes concluyen, pocos logran insertarse laboralmente en el campo profesional que les corresponde. Las personas no ejercen su verdadera pasión por problemas familiares y económicos; siguen a estos factores la falta de orientación para saber cuáles son sus capacidades y habilidades. En la industria, en el área de contratación de personal, ratifiqué mi experiencia con dicha investigación.
Cabe resaltar que el entorno social influye en la realización profesional. Otra causa es que en México no se le da importancia al fortalecimiento de las competencias personales para un eficaz desempeño en el ámbito laboral y personal, limitándose a ser sólo un empleado.
El estudio de Fitzgerald y Rounds (1998), donde menciona la importancia del asesoramiento vocacional para tener efectividad en el ambiente laboral que rodea a la persona, es una cuestión que en México no se apoya a la juventud. Por tal razón es mayor la probabilidad de frustración al no haber elegido correctamente la carrera profesional para encontrar en ella parte de la felicidad.
El problema de la desmotivación de las personas es debido a las «segundas opciones»: se inscriben finalmente a una profesión que no desean cursar. Adicionalmente, otras interferencias son el no encontrar la carrera en la oferta de educación superior en la entidad, problemas de desconocimiento del medio universitario, falta de hábitos de estudio, conflictos emocionales, deficiencias en estudios previos, falta de interés por la carrera, poca motivación para el estudio, falta de conocimiento sobre programas de licenciatura y más.
En el siguiente modelo se resumen las etapas por las cuales atraviesa una persona para llegar a su autorrealización. Las mismas se explican al detalle en el contenido de este libro. Al principio será un poco teórico para relacionar el tema con la ciencia, pero en la parte final hallarás ejercicios personales para encontrar una respuesta al menos.
Modelo del desarrollo humano
Modelo registrado por M. E. Martha P. Acosta Reyes
El ser humano tiene una carga genética heredada de sus padres. Por ejemplo, los hijos de aquellas personas que se dedican al arte, la medicina, el derecho u otras áreas, tendrán más probabilidad de ejercer la misma profesión que sus padres siempre y cuando su entorno familiar durante la infancia sea bien dirigido.
El individuo, desde su base familiar, será influenciado por los pensamientos y creencias de los padres y abuelos. Se dice que la costumbre se vuelve ley y también sucede en el desarrollo humano. Por ejemplo, la religión marca el destino. En la India se prioriza la educación de los niños frente a la de las niñas (Lobos, 2019). Dado que la niña, por tradición, será mantenida por un hombre, su formación resulta innecesaria y queda relegada a las tareas del hogar.
El trabajo de la OCDE sobre educación y fortalezas académicas a nivel internacional enfatiza que, para los estudiantes universitarios, aprender competencias emocionales y sociales es la forma de garantizar su éxito en el ámbito laboral y personal.
Al finalizar la carrera profesional, el individuo tiene suficiente criterio para tomar decisiones en su vida, como determinar sus intereses espirituales, materiales y el entorno en que se desenvuelve. La edad es un determinante en la elección, no es lo mismo lo que prefiere un joven de veinte años a un adulto de cuarenta; y sus preferencias estarán influidas por el medio en que se desenvuelve y sus experiencias propias.
CAPÍTULO I.
CARGA GENÉTICA
Sobre la base del modelo que propongo, comienzo explicando que la genética de la conducta (Lejarraga, 2010) es un tema de interés para muchos investigadores desde finales del siglo XIX, cuando Francis Galton comenzó a plantearse, leyendo las teorías de Darwin sobre la evolución, si la herencia afecta al humano. Primero se define que la genética de la conducta es el estudio de los factores genéticos y ambientales que originan las diferencias entre individuos.
Heredabilidad y rasgos de personalidad
A continuación se citan dos investigadores reconocidos que, a partir de la genética conductual, han comprobado que la personalidad no sólo recae sobre los genes que heredan los hijos de los padres, sino también en el entorno en que se desarrollan las personas, que influye de una manera significativa en el desenvolvimiento en los ámbitos personal y profesional. Es frecuente escuchar decir «Te pareces a tu padre o a tu madre», pero cada quien tiene el libre albedrío de realizar las cosas con su propio raciocinio, canalizando sus emociones como desee controlarlas. Éstas son relevantes en la vida, son parte de lo que proyectamos. Más adelante trataré dicho tema.
Se refiere lo siguiente (Loehlin & Nichols, 1976):
Aspectos del desarrollo intelectual normal, tienen una heredabilidad aproximadamente del 50 %. El resto es atribuible a factores medioambientales. Personalidad: Diferencias entre personas en cuanto a emocionalidad, niveles de actividad, sociabilidad y otros rasgos han sido también objeto de estudio. Las conclusiones más importantes indican que casi todas las destrezas cognitivas muestran una influencia genética apreciable y que el entorno, después de la infancia, es ante todo de la variedad no compartida (las experiencias de los individuos en la interacción con el ambiente no coinciden). Los estudios sugieren una heredabilidad del 40 % para la emocionalidad y del 25 % para los niveles de actividad y la sociabilidad.
Tellegen (1983) dice:
Otros rasgos de la personalidad: En menor medida (1 o 2 estudios por rasgo) se dispone de datos sobre la heredabilidad de la rebeldía, la empatía, la desconfianza, la