Varón como te veo. Ana Graciela García

Varón como te veo - Ana Graciela García


Скачать книгу
en grande, por eso te animo a que sueñes en grande

       “ACASO DIOS NO HARÁ JUSTICIA A SUS ESCOGIDOS , QUE CLAMAN A EL NOCHE Y DÍA ”. (Lucas 18)

       CUIDAR LAS BENDICIONES

       GENESIS 41 (41, 42, 44, 46 al 49, 53 al 57)

       Los sueños del Faraón – José, gobernador de Egipto

       *

       41. Así que el Faraón le informó a José:

       Mira, yo te pongo a cargo de todo el territorio de Egipto.

       42. De inmediato, el faraón se quitó el anillo oficial y se lo puso a José. Hizo que lo vistieran con ropas de lino fino, y que le pusieran un collar de oro en el cuello.

       44. entonces el faraón le dijo:

       -Yo soy el faraón, pero nadie en todo Egipto podrá hacer nada sin tu permiso.

       46. Tenía treinta años cuando comenzó a trabajar al servicio del faraón, rey de Egipto. Tan pronto como terminó se retiró José de la presencia del faraón, se dedicó a recorrer todo el territorio de Egipto.

       47. Durante los siete años de abundancia la tierra produjo grandes cosechas,

       48. así que José fue recogiendo todo el alimento como quien junta arena en el mar, y fue tanto lo que recogió que dejó de contabilizarlo. ¡Ya no había forma de mantener el control!.

       53. Los siete años de abundancia en Egipto llegaron a su fin.

       54. y, tal como José lo había anunciado, comenzaron los siete años de hambre, el cual se extendió por todos los países. Pero a lo largo y ancho del territorio de Egipto había alimento.

       55. Cuando también en Egipto comenzó a sentirse el hambre, el pueblo clamó al faraón pidiéndole comida. Entonces el faraón le dijo a todo el pueblo de Egipto: Vayan a ver a José, y hagan lo que él les diga.

       56. Cuando ya el hambre se había extendido por todo el territorio, y había arreciado, José abrió los graneros para vender alimento a los egipcios.

       57- Además, de todos los países llegaban a Egipto para comprarle alimento a José, porque el hambre cundía ya por todo el mundo.

      Aquí les voy a hablar de cuidar las bendiciones que recibimos y para eso quise buscar la acepción de la palabra CUIDAR y su significado en el diccionario. Dícese de CUIDAR: PONER ATENCIÓN, ASISTIR, GUARDAR, PREOCUPARSE, SER SOLICITO, DILIGENTE, OCUPARSE DE ALGO ANTICIPADAMENTE, FIDELIDAD Y COMPROMISO. El más claro ejemplo del cuidado de las bendiciones lo tenemos con José, a quien Dios le reveló el significado de los sueños del faraón, quien lo nombro administrador del reino y de sus sueños. José totalmente consiente de sus obligaciones y de sus responsabilidades, en forma inmediata puso manos a la obra. Recorrió todo el territorio, se informó de todo y se organizó. Así en los tiempos de bonanza, apartó, guardó, cuidó con esmero del producto de las abundantes cosechas e hizo construir graneros para contener y proteger los excedentes porque sabían que llegarían tiempos de escases. Nosotros constantemente buscamos bendiciones y a veces pensamos porque no las conseguimos?, pero cuando esa bendición llega, nosotros que hacemos?, la cuidamos, guardamos para el futuro, almacenamos en nuestros graneros?. Aunque convengamos, que el único área de nuestra vida que percibimos con más facilidad es en la economía, en las demás áreas, nos cuesta más ver las obras de sus manos, no es cierto?, al menos en mi experiencia, lo he vivido así. Sigamos entonces con la prosperidad económica recibida, de qué forma tomamos la precaución de cuidarla? Separamos una parte?, la guardamos para el futuro, haciendo un pequeño ahorro? La invertimos para multiplicarla? La usamos?, la gastamos?, nos damos todos los gustos? Total así como vino esto, ya vendrá más. Tal vez la usas para ayudar a todos y cada uno de los que te rodean, les pagas sus deudas, le das el dinero para se manejen solos? Les repartís un poco a cada uno?, así como estos les puedo dar cientos de ejemplos, en los cuales la bendición se diluye, por no saber administrarla, por no saber cuidarla, por no saber guardar.

      Yo te puedo dar testimonio con mi experiencia. Nuestro Padre Celestial, mucho antes de conocerlo a él y a nuestro amado Jesús, de la forma que hoy los conozco, ya me estaba bendiciendo aún sin saberlo. Gracias a su misericordia, él me mostró que era capaz de formar y organizar una pequeña empresa. La formé integrándola con algunos familiares y muchas personas amigas de años y otras no tanto. La empresa comenzó a funcionar y a crecer de a poco, comenzamos a abrir sucursales en el interior del país, solo algunas provincias (San Juan, Córdoba, Tucumán y Salta). Todo funcionaba muy bien y crecíamos de a poco, pero en forma constante. A las personas que luego trabajaron en las provincias que les mencioné, en un principio me pidieron trabajo, porque tenían familia y les estaba yendo mal. Como tenía la oportunidad de ayudarlos y la necesidad de contar con personas de la zona, abrí sucursales y los puse al frente, les ofrecí toda mi confianza y los preparé para el trabajo. Era el ensamble perfecto, nos ayudaríamos mutuamente y creceríamos juntos. El crecimiento se dio, las ganancias llegaron, pero igual que al inicio, los gastos seguian siendo mi responsabilidad. Con el tiempo los gastos aumentaban y las ganancias disminuían, por lo que resolví hacer una visita sin dar aviso y para mi sorpresa, estaban trabajando en las oficinas que yo solventaba, para otras empresas. Eso me generó no solo una gran decepción, sino también la sensación de sentirme “LA TONTA DEL BARRIO ” por confiar y una gran culpa, porque cerré las delegaciones y ellos se quedaban nuevamente sin un lugar para trabajar. Resumiendo despilfarré mi bendición, la repartí a los cuatro vientos, cedí la administración de las sucursales, seguí solventando gastos que debieron haber sido compartidos y todo se perdió. Máxime cuando debí pasar por una cirugía cardíaca, que en un principio me demandaría 15 días para mi recuperación y terminaron siendo nueve largos meses, al cabo de los cuales, todos aquellos que poblaban mi oficina como palomas cuando les arrojan maíz, comenzaron a desaparecer, hasta que solo quedamos, mi sobrino Gastón y yo. Él fue mi gran compañero, mi consuelo, mi sostén, siempre alentándome aún en las peores circunstancias, no dudo que mi Padre Celestial lo puso a mi lado para hacerme más llevadero este trance, sin cuya presencia y compañía, todo hubiera sido mucho más difícil y doloroso de lo que fue. Quien con su presencia y su palabra me hacía sentir, como dice esa canción, caminado codo a codo, somos mucho más que dos, en realidad siempre fuimos más que dos, porque Dios siempre nos acompañó aunque antes no lo supe ver, a pesar de ello NADA SE PUDO SOSTENER. Hoy visto a lo lejos y con los ojos abiertos por mi Padre Celestial, sé que todo fue de este modo, porque mi Señor quiso que fueran lecciones que debía aprender. Una de ellas, ES QUE DEBO PRIORIZARME, DEBO CONFIAR PRIMERO EN MÍ Y CRECER PRIMERO YO Y SABEN QUE TAMBIÉN DIRÍA SER UN POCO EGOISTA Y GUARDAR LO MÍO Y ENTENDER QUE SI YO CREZCO, LUEGO PUEDO AYUDAR A CRECER A LOS DEMÁS. Que es muy difícil crecer juntos y a la par de otros, siempre hay alguien, alguna de las partes a la que le resulta imposible compartir, en la primera de cambio se olvida de las reglas y comienza a desbarrancar. Por eso hoy les digo y les afirmo con total contundencia, que Dios tiene un propósito con cada uno de nosotros y nos va a bendecir a cielos abiertos, cuando llegue el momento, pero también tenemos que abrirle nuestro corazón para que nos muestre su propósito y para que nosotros podamos estar preparados para cuando lleguen las bendiciones. Porque si no lo estamos, será una bendición perdida, una semilla sembrada en mala tierra o a la orilla del camino, por más que florezca, sus florecer será efímero y nunca llegará a dar frutos. Por eso recuerden “CUIDAR SU BENDICIÓN”. Guarda, aparta, preocúpate, ocúpate, presta atención, agradece, agradece y agradece a nuestro Señor a diario y no te desanimes si todavía


Скачать книгу