Varón como te veo. Ana Graciela García
algunas bendiciones con las que tal vez puedan sentirse identificados y cuales serían las formas, a mi humilde entender, de hacerlas perfectas para agradarle a Dios y que continúen en forma permanente en nuestra vida.
1 Cuantas veces el Señor te prosperó económicamente y vos pensaste que esto sería igual eternamente y no fuiste previsor /ra, como José y guardaste algo para mañana, para después, gastaste a mano suelta y a veces te excediste comprando de más (ropa, chucherías y otras cosas innecesarias). En vez de cocinar en tu casa, salís a comer afuera todos los días o pedís delivery. Te compras un auto que ni entra en tu cochera, gastas, ostentas. Si el Señor te prosperó con una casa, no la mantenés, no la cuidas, vivís de vacaciones y a los lugares más exóticos y caros, y cuando tus recursos comenzaron a menguar, recién te diste cuenta que no había reservas.
2 Cuantas veces, o al menos una vez en tu vida has sido bendecido/ da con el amor de una persona realmente valiosa, que te cuidaba, te respetaba, se desvivía por vos, eras lo más importante en su vida y te sentiste tan seguro /ra de esos sentimientos y de esa persona, que no te preocupaste por cuidar y guardar ese amor en tu granero, en tu corazón y lo descuidaste, dilapidaste sus atenciones o te dedicaste a recibirlas y te olvidaste de expresar tus sentimientos hacia esa persona y de a poco tu cosecha abundante, tu tiempos de bonanza se fueron diluyendo, porque quien te profesaba tanto amor, se cansó de dar y de esperar que en algún momento vos lo /la vieras con el mismo amor y lo / la descubrieras, dejando de lado tu egocentrismo, tu mezquindad y por una sola vez no fueras y no te creyeras en centro del universo, para poder fijarte en alguien más.
3 Cuantas veces nuestro Padre Celestial nos bendijo con buenos amigos, esos que te acompañan por años, en tu vida y nunca te reclaman nada, pero nosotros nunca tenemos tiempo para hacer esa llamada o para juntarnos a charlar, a conversar o a tomar un café o unos mates. A veces porque tu trabajo se convierte en piraña de tu tiempo y se va devorando poco a poco tus amistades, tu familia, tu vida y otras veces por desidia. Y sabes lo que dice el diccionario de la palabra desidia: “DESCUIDO – PEREZA – FLOJEDAD”.
4 Si recibiste la bendición de contar con buena salud, como la estas cuidando, te exigís al máximo en tu trabajo, en tu casa, vivís de stress en stress, con ataques de pánico?, no descansas lo suficiente?, comes sin moderación, bebes sin moderación, trasnochas de continuo, te dedicas a las drogas, fumas?, de qué forma estas agradeciendo, cuidando, guardando y reproduciendo tu bendición?
5 Todos alguna vez en la vida hemos sentido lo que es “FELICIDAD”, Dios nos bendijo con la enorme gracia de sentirnos felices, sentirnos plenos y no hablo solo de felicidad por amor a otra persona, sino felicidad completa. Pero paradójicamente casi el 90% de las personas, se da cuenta que era feliz cuando perdió esa felicidad, recién nos damos cuenta de lo que teníamos cuando lo hemos perdido. Porque llegamos hasta ese punto, a no apreciar y valorar las bendiciones que Dios nos concede con su misericordia, en el momento en que la recibimos y cuidarla, guardarla y hacerla crecer día a día. Tomate el tiempo suficiente para tener una visión retrospectiva –ver para atrás, para ver desde cuándo y cuánto nos viene bendiciendo nuestro Señor y también una visión introspectiva – viendo para adentro – para tener la capacidad necesaria para concederle a cada cosa, a cada sentimiento, el valor que realmente tiene y analizar desde lo intelectual, pero sobre todas las cosas, desde tu corazón, que es lo que sinceramente queres que continúe en tu vida?, que bendición o bendiciones queres seguir conservando y disfrutando y cuando realmente lo tengas bien claro, cuidalas y por sobre todas las cosas, mantenete fiel a ellas, no cometas el error de no tener el valor de ser fiel a vos mismo/a y sostener con la misma fidelidad las bendiciones que te fueron concedidas- esta sería la consecuencia virtuosa del cuidado de las bendiciones- “FIDELIDAD Y COMPROMISO” Diría. Acepción de compromiso: obligar – acción de comprometer. Si queres que tu vida cambie, toma el compromiso de modificar tu conducta, tus acciones, no se pueden esperar cambios y continuar con la misma rutina, la misma conducta, manteniéndote en tu “lugar de confort”, es más cómodo y menos comprometido, exige menor esfuerzo porque estoy en un lugar o en una situación conocida, está el temor de enfrentar lo nuevo, animarse a enfrentar lo desconocido, que es la nueva situación que debés afrontar para cambiar las cosas.
6 También sucede que en otras oportunidades tu bendición no llega porque no la pedís, porque pensás que ya es tarde para pedir la concreción de tu bendición, decís “ya soy grande, tengo demasiada edad, no es apropiado a esta altura de la vida”. Pero fíjense ustedes en JOSUE, el Señor, nuestro Dios le dice “se fuerte y se valiente” y fue a una avanzada edad, cuando ello ocurrió, les paso a contar: cuando salieron de Egipto Josué tenía 20 años y pasaron 40 años en el desierto y cuando salieron de allí nuestro Padre Celestial le confiere la tarea de conquistar las tierra prometida, contaba con 60 años. Mantuvo 7 años de batallas y lucho con 32 Reyes, luego de lo cual se repartió el territorio conquistado, quedando todavía tierras para recuperar, o sea que lo mejor de su vida comienza a partir de los 67 años (vivió hasta los 110 años). Por eso recordá que nunca es tarde si sos fuerte y valiente como le dijo el Señor a Josué y no te equivoques, el tiempo de tu bendición es el que Dios ha dispuesto para nosotros.
7 Ahora con todo lo que les he comentado, les aclaro que aquí no se trata de no disfrutar de nuestra bendición, sino de no dilapidarla, se trata de actuar con inteligencia y de tener en orden nuestras finanzas por ejemplo, porque nosotros tenemos un Dios de orden y a él no le agrada ver que no podes manejar lo que está poniendo a tu cargo, serás como aquel siervo infiel que no supo hacer crecer el dinero que su amo dejó en sus manos y la palabra dice que al que tiene se le dará y al que no tiene hasta eso se le quitará. Valorá tu bendición y multiplicala, no vaya a ser que cuando lleguen los 7 años de carencias, vos tengas que pedir para tu sustento por no haber sabido administrar y cuidar tu bendición, demostrale a nuestro Padre Celestial que tiene un hijo/a que valora las bendiciones que recibe. En ocasiones cuando te preguntas porque no tenes la bendición que estas esperando, pensaste si estás preparado /a para saber administrarla? Yo pienso que él te está enseñando, para ver si en lo poco sos fiel y eficaz, también lo serás en lo mucho, así que no desmayes, ni te rindas, es su promesa “Se prolijo en lo poco, que es el camino para llegar a la abundancia “. También puede ocurrir, que tal vez Dios, está preparándonos, dándonos forma, vieron que cuando se quiere hacer un objeto de metal, por ejemplo en la antigüedad para hacer una espada se ponía el metal en una fragua que lo calentaba y una vez caliente se le daba forma; se templaba el hierro para fabricar y dar forma, lograda la misma el metal se enfriaba y quedaba listo para pulir y brillar, o se fundía el metal y se volcaba en un molde determinado para darle el formato deseado, se dejaba enfriar, se desmoldaba y se pulía para darle brillo; así que esto me llevó a pensar que tal vez estas tareas son las que Dios está realizando con cada uno de nosotros, se un hijo dócil y déjate moldear a su voluntad, porque si lo haces, no tengas dudas que vas a ser la mejor herramienta o la mejor arma que él tenga a su servicio y cuando ello ocurra, las bendiciones te llegara a cielos abiertos.
COMO CUIDAR TU BENDICIÓN
PONER ATENCIÓN
ASISTIR
GUARDAR
OCUPARSE
PREOCUPARSE
TOMAR POSESIÓN
SER SOLÍCITO
SER DILIGENTE
ACTUAR CON FIDELIDAD
ASUMIR EL COMPROMISO
SER FIEL Y ASUMIR EL COMPROMISO CON DIOS
CUANDO TE NIEGAS A CREER QUE ES POSIBLE CONQUISTAR LA TIERRA PROMETIDA
Números 13 (25 a 33)
Informe de los exploradores
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25. Al cabo de cuarenta días los doce hombres regresaron de explorar aquella tierra. 26- Volvieron a Cades , en el desierto de Parán, que era donde estaban Moisés, Aarón y toda la comunidad Israelita, y les presentaron a todos ellos el