Brechas en el ecosistema del libro: gasto y política pública en Chile.. Andrés Fernández Vergara

Brechas en el ecosistema del libro: gasto y política pública en Chile. - Andrés Fernández Vergara


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consistió el gasto público de fomento del libro y la lectura, a dónde se dirigían los recursos según la Ley de Presupuesto y cuáles son los principales componentes. Se describen los programas del Ministerio de Educación para textos y bibliotecas escolares; los fondos concursables del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes2 y otros de sus componentes como el plan de lectura, adquisiciones para bibliotecas públicas y los premios literarios; los programas del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas y sus adquisiciones; y el interés de la Junta Nacional de Jardines Infantiles en influir en la lectura temprana.

      Al definir el gasto público en fomento del libro y la lectura según las partidas presupuestarias, se puede observar que el Ministerio de Educación usa el 73,8% de ese gasto, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes aplica el 12,5%, la Dirección Nacional de Bibliotecas, Archivos y Museos representa el 11,7% y la Junta Nacional de Jardines Infantiles utiliza otros 2,0%.

      En el tercer capítulo, se proponen indicadores de diversidad del ecosistema, que son evaluados en diferentes instancias y mercados dentro del mismo. La diversidad se expresa en variedad y balance de actores en compras públicas y registros ISBN. Los indicadores medidos dan cuenta de una alta concentración territorial y económica en diferentes dimensiones de este sistema.

      En las compras públicas, el gasto se concentra con una atención desmedida en el ámbito educacional, que luego favorece a unas pocas editoriales del mercado, sin mostrar evidencia concreta de tener un efecto significativo en la mejora de la educación nacional. En estas adquisiciones públicas se identifica una alta concentración en editoriales de origen español, y en los registros ISBN se ve una alta concentración de publicaciones en Santiago, escasa participación de lenguas indígenas y alta participación de traducciones desde el idioma inglés.

      En el cuarto capítulo se argumenta que la concentración mostrada por los indicadores resulta en fallas ecosistémicas, afectando negativamente la eficiencia y efectividad del sistema. Describiendo los propósitos de la Política Nacional de la Lectura y el Libro 2015-2020 se muestra que gasto público y propósitos del ecosistema se encuentran desacoplados, y que el gasto actual en algunos de sus componentes se contrapone a los propósitos de la política pública.

      Finalmente, en el capítulo quinto se concluye que el gasto público se arrastra de una historia de propósitos de corto plazo y sin integridad sistémica, el cual no ha logrado acoplarse a un propósito nuevo, construido participativamente. Este nuevo propósito debería seguir siendo perseguido a futuro con políticas públicas que profundicen la búsqueda de la democratización, la producción local de contenidos y la diversidad de las expresiones culturales.

      Frente a esto, se hace necesario rediseñar y redirigir el gasto público para lograr un acoplamiento coherente entre los recursos y los objetivos democráticos propuestos. Este acoplamiento debe verse acompañado, y reflejado, en un monitoreo permanente del sistema con indicadores de participación, como los propuestos en este trabajo. Este libro, entonces, busca argumentar la existencia de esta incoherencia.

       El fomento del libro y la lectura como sistema complejo

      El ecosistema diagramado en la actual Política Nacional de la Lectura y el Libro 2015-2020 es parte de un documento oficial, emitido por el Gobierno, y tiene carácter público. De allí se constituye como un sistema que tiene un propósito explícito.

      Dicho sistema es a la vez un sistema complejo, debido a ciertas características que lo definen: posee gran número de actores, con interacciones múltiples y diferentes entre ellos, abierto a los efectos del ambiente (otras normativas legales, otras industrias, etc.), y presenta evoluciones impredecibles y no lineales en el tiempo.

      Los sistemas complejos incluyen subsistemas autónomos que cuentan con propósitos particulares. Dentro del ecosistema del libro hay diferentes instituciones públicas, como el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el Ministerio de Educación, el Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, la Corporación de Fomento, el Ministerio de Hacienda, entre otras. También hay numerosas organizaciones privadas, editoriales, librerías, ONG, fundaciones, imprentas, etc. Existen también asociaciones gremiales: de autores, editores, libreros, bibliotecarios, impresores, entre otras. Finalmente existe a nivel individual una gran cantidad de actores. Cada uno de estos tiene una perspectiva local, y actúa sobre la base de sus propios objetivos en la evolución de este gran ecosistema.

      Mario Waissbluth, en su texto sobre Gestión Pública y Sistemas Complejos, ilustra cinco procesos cuya calidad «garantizan el éxito de largo plazo» de un sistema. Estos principios son: i) la forma en la que se crea y agrega valor (público), ii) los procesos de toma de decisiones, iii) los mecanismos de aprendizaje y control, iv) la forma de generar «membresía» al interior, y v) los mecanismos de resolución de conflictos entre los miembros del sistema.3

      Es importante entender qué significa ser exitosos en un sistema como el ecosistema del libro. La Política Nacional propone como objetivo general:

      «Crear las condiciones para asegurar a todos los habitantes del país, incluyendo a los pueblos originarios con sus lenguas y a las comunidades tradicionales, rurales y de inmigrantes, la participación y el acceso a la lectura, el libro, la creación, el patrimonio y los saberes, protegiendo y fomentando la diversidad cultural y territorial, con equidad e integración social».4

      Por lo tanto, a ojos del ecosistema, cumplir con este objetivo es ser exitoso. Para ello, se debe destacar el uso de palabras como «todos los habitantes», «pueblos originarios», «comunidades», «acceso», «diversidad cultural y territorial», «equidad e integración social». Expresado en otras palabras (que se desprenden del documento de la política, así como de los textos que la produjeron), el ecosistema busca promover la democratización de la lectura y el libro, la producción local de contenido intelectual y la diversidad cultural. Es decir, busca fomentar también la bibliodiversidad, esto es, la expresión de la diversidad cultural en el libro.

       El propósito del ecosistema del libro y la provisión de valor público

      El porqué del fomento del libro y lectura puede ilustrarse a la luz del concepto de valor público. Valor público puede entenderse como aquello que la sociedad en su conjunto valora, de manera consensuada y poniendo dicho interés por sobre los intereses individuales de cada ciudadano.

      En palabras de Barry Bozeman, un destacado autor sobre el tema, el valor público «refiere a esos resultados que mejor sirven a la supervivencia de largo plazo y bienestar de un colectivo social constituido como público (…) un principio en el cual los gobiernos y políticas deberían basarse» [traducción propia].5 La Política Nacional de la Lectura y el Libro 2015-2020 instaura un objetivo general que proviene de mesas de trabajo donde participaron diferentes actores del sistema a nivel nacional. Por ello, este colectivo social constituye un público que valora la lectura y la supervivencia de la diversidad cultural expresada en ella. Luego, dicha política fue aprobada por el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo, estableciéndola como un principio valioso.

      Si se ha establecido, de manera transversal, que la lectura y el libro son un valor para la sociedad, entonces deben asegurarse las estructuras necesarias para que este valor pueda ser generado. La pregunta es quién se hace responsable de asegurar que exista ese valor en la sociedad. Y la respuesta es compleja: el ecosistema en su conjunto. Lo importante de plantear esta política es que se hace explícito el que será el leitmotiv del ecosistema; y bajo la lógica sistémica, todo este sistema debiese ser diseñado, (auto)gestionado y alineado para producir el valor que se está demandando.

       La efectividad y eficiencia del Estado

      Los gobiernos buscan resolver los incontables problemas del Estado utilizando recursos que son siempre escasos. Por ello, los principios de efectividad y eficiencia son claves para llevar a cabo esta labor. El primero establece que debe siempre cumplirse con todos los objetivos que se establezcan. Cumplir al máximo cada meta, y no dejar tareas sin realizarse.


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