Condenando la Esperanza. Dr. Luis María Viale

Condenando la Esperanza - Dr. Luis María Viale


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según las exigencias de la sociedad, el sistema capitalista actual define sus objetivos por la lógica de las finanzas y el capital virtual (6).

      Cuando encerramos a un niño, ¿vemos nuestra devoción al becerro de oro?

      “En el último milenio construimos nuestras máquinas

      y en este nos convertiremos en ellas.

      No debemos temer, porque así como ocurre

      con cualquier artefacto tecnológico,

      las absorberemos en nuestros propios cuerpos”

      (Rodney Brooks).

      Cada avance tecnológico permite incrementar alguna capacidad cognitiva y/o motora preexistente; pero asimismo los adelantos tecnológicos conllevan una manera de pensar y actuar en el mundo.

      El desarrollo tecnológico debe contextualizarse dentro de un marco de necesidades, problemas y finalidades. En otras palabras, es imposible separarlo del contexto social (vg. político y económico) y cultural (vg. científico, educativo, etc.). Con cada avance tecnológico la humanidad resuelve grandes problemas, al tiempo que acentúa una posición ideológica y una manera de relacionarse con el mundo natural y social.

      Los productos de la ciencia no son neutros; encubren, a través de elecciones aparentemente instrumentales, un estilo de vida propuesto por los dueños del conocimiento científico que tratan de impedir la existencia de otro paradigma diferente. Hoy se percibe como contracultural pretender una forma de vida con objetivos que difieran en algún punto del paradigma de la técnica, de su poder masificador, globalizador y de sus costos; la técnica promueve que nada quede fuera de su estricta lógica.

      Siguiendo con el pensamiento del papa Francisco:

      La ideología de la técnica se ha vuelto un componente central de toda ideología que busque controlar o asumir el poder económico y social. Lejos de ser una simple herramienta cognitiva/motora, la técnica es el medio a través del cual los seres humanos se constituyen como tales ya que toda interacción sujeto medio y sujeto sujeto está mediada por distintas manifestaciones de la racionalidad técnica (vg. medios de comunicación, Internet, pantallas táctiles, etc.).

      La visión ideológica de la tecnología ha desterrado efectivamente una postura romántica o ingenua del desarrollo tecnológico. Hoy es imposible pensar a la tecnología sin una dimensión ética y política, dimensiones que los mercados tecnológicos se preocupan por mantener ocultas. También han puesto en evidencia la naturaleza artificial de la humanidad: las tecnologías nos acompañan prácticamente desde el nacimiento y la tendencia es cada vez de mayor injerencia (y dependencia). Asimismo, el constante abaratamiento de la tecnología produce un efecto democratizador del acceso a la tecnología, con todas sus consecuencias, tanto beneficiosas como perjudiciales (vg. mayor dependencia del mercado tecnológico).

      Preguntas del tipo “¿son buenas, malas o neutras las nuevas tecnologías?” que suelen aparecer en los medios para fomentar debates, deben ser reemplazadas por preguntas como “¿qué rol desempeñan las tecnologías en nuestras vidas, en las vidas de los jóvenes objeto de esta investigación? ¿Qué imagen del mundo (de la naturaleza y el hombre) promueven? ¿Qué ideología las sostiene?”.

      Hoy nos enfrentamos con una emergencia cultural (tecnológica) tanto cognitiva como pragmática, que implica nuevas maneras de aprender e interactuar con el entorno (social y natural), lo que conduce a nuevas formas o reglas de la inclusión/exclusión social. Debemos reconocer que asistimos a una incesante alteración de los mapas cognitivos que imponen los mercados tecnológicos; esto termina privándonos de categorías de interpretación que nos permitan comprender el rumbo de las vertiginosas transformaciones que hoy se viven.

      Estas tres posturas no son nuevas, por supuesto. Por ejemplo, Platón en El Fedro puede ser considerado uno de los primeros representantes de la postura fóbica, ya que en ese diálogo se manifestó contrario a la tecnología escritura porque su uso perjudicaría la capacidad de recordar textos o comunicaciones: si puedo consultar un texto, ¿qué necesidad tengo de memorizarlo?


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