Identidades musicales. Ik'Balam Moyrón Castillo
Aunque hay músicos que denominan a la plumilla como espiga, en el texto se utilizará plumilla o plumilla de plástico para distinguirla de la espiga de cuerno.
Registro: Conjunto de frases que utiliza la guitarra de son para confirmar la afinación del instrumento, establecer la tonalidad del son a tocar y definir a veces el tempo, antes de la declaración.
Son jarocho: Cuando se hable de diversos géneros musicales en una misma oración, se escribirá el nombre completo, de otra forma solo se escribirá son. Lo mismo con el repertorio de sones jarochos, cuando sea indistinto solo se refiere a ellos como sones; si es necesario precisar, se escribirá sones jarochos.
Sostenido: Esta alteración aumenta por medio tono la altura real de una nota, la representa el símbolo #.
Tangueo: Es un patrón rítmico-melódico-armónico que se utiliza para acompañar o improvisar en los sones jarochos.
Tarima: Es el instrumento de madera sobre el que se zapatea en el fandango.
Tensiones: En inglés se nombran como ninth, eleventh y thirteenth, los cuales se han adaptado al español como novenas, oncenas y trecenas, y que forman parte del vocabulario técnico de los jazzistas de habla hispana. Sin embargo, en el texto están escritas como novena, undécima, decimotercera, etc., ya que es la escritura adecuada en español.
Two feel: Desde el jazz, esto se refiere a que la batería o el contrabajo solamente establezcan el pulso con ritmos de blancas.
Voicing: Disposición de voces que conforman a un acorde o estructuras disponibles para tocar sobre acordes.
Walking bass: En el jazz esto se refiere a que el contrabajo o bajo camine marcando el pulso con ritmos de negra, ya sea en compás de 4/4 o 3/4.
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Afinaciones, rangos instrumentales y semejanzas entre el jazz y el son jarocho
El artista es el alma del pueblo que representa.
Elda Flórez (1969)
Apuntes sobre la afinación de los instrumentos del son jarocho
Los ejemplos y análisis siguientes van enfocados hacia la familia de la guitarra de son y jarana, principalmente porque son los instrumentos que ejecuto y conozco, pero la información puede aplicarse al arpa jarocha, marimbol, percusión y canto; para esos casos, los ajustes deben hacerse respondiendo a las características propias de construcción, afinación y ejecución de cada uno.
Por ejemplo, para el arpa jarocha usar o no clavijas con maquinaria permite la transportación musical hasta cierto punto. Para el marimbol, la cantidad de flejes y su distribución influyen para tocar en todos los tonos. La percusión jarocha puede afinarse en cierta medida, como es el caso de los panderos, por la piel y sus cascabeles. La tarima puede tener diferentes rangos dependiendo de su tamaño y por la manera de bailar pueden obtenerse sonidos que sean graves, medios o agudos. Lo mismo para las quijadas o mandíbulas de burro y caballo, donde el sonido también depende de la soltura de los dientes y si se toca con palo de madera, cuerno u otro material para ejecutarla.1
Respecto al canto, es muy común escuchar en las voces la quinta justa de la tonalidad, ya que puede utilizarse sobre el primer grado y quinto grado sin problema, aparte de tener mucho brillo y ayudar a la proyección de sonido dentro del fandango o grupo, sea el son en tonalidad mayor o menor. Incluso, sin entrenamiento auditivo o teoría musical, dicha selección es la más común entre cantantes de son jarocho. Esta práctica influye en la elección de las tonalidades de los sones, pues es muy común que se juzgue la altura de las tonalidades a partir de si es posible o no cantar la quinta justa con facilidad. Si se tuviera conocimiento de teoría musical, se sabría que pueden utilizarse otras notas para cantar que no sean las quintas justas de la tonalidad.2
La guitarra de son y la jarana jarocha tienen varias maneras de afinarse y encordarse. Algunos de los factores que han contribuido a esta diversidad son la ubicación geográfica, el clima, el carácter del son, actitudes positivas o negativas entre los ejecutantes (como poner a prueba la habilidad auditiva y capacidad técnica de alguien externo al fandango), investigación personal, y más recientemente, los materiales artesanales o industriales con los que se construyen las cuerdas o mecanismos de afinación.
Por otro lado, la didáctica del son jarocho de finales de 1970 y principios de 1980 en adelante ha propiciado el uso de ciertas afinaciones, lo que ha generado una estandarización, resultando en desinformación y desconocimiento por parte de los aprendices de las diferentes maneras de afinar los instrumentos. Por otra parte, algunos maestros o talleristas sí comparten información sobre el tema, pero en muchos casos sin teoría musical; quienes tienen una afinación base para enseñar y cuando cambian la afinación buscan las tonalidades que ya se conocen. Entonces, se termina con opciones para tocar los tonos de siempre, aunque parezca que se están conociendo nuevas tonalidades.
A esto se le suma la falta de conocimiento musical, teórico y práctico, por lo que el fandango se ha vuelto plano auditivamente en lo que concierne a la tonalidad, ya que el cambio de un tono a otro es prácticamente inexistente. En contradicción, algo que caracterizaba al son tradicional es que había variedad en las tonalidades que se usaban para tocar y cantar entre un son y otro.
Se ha vuelto recurrente pasar todo un fandango sin cambiar las tonalidades mayores o menores, y si esto se hace, se debe a que hay ejecutantes más experimentados que proponen o piden tocar en cierta tonalidad y ahí se genera la variedad. Si removemos esta particularidad, el cambio de tonalidad puede que no ocurra en el fandango.
Al recorrer las regiones del estado de Veracruz donde se toca son jarocho, se pueden ver otras maneras de afinarse. Hacia el sur se afina más alto que en la parte centro, y puede encontrarse que los músicos digiten las mismas pisadas, pero estas representan un sonido que está medio tono arriba, un tono arriba o en medio de esos intervalos.
La popularización del nailon en lugar de las cuerdas de tripa ha propiciado también la estandarización de afinaciones, así como el uso de afinadores electrónicos donde se utilizan los 440 Hz como referencia, perdiéndose así las variaciones tonales del son jarocho tradicional. Existen grabaciones, sobre todo en las antiguas, donde se puede escuchar, por poner un ejemplo, un son en la menor, pero más bajo que el 440 Hz, creando el efecto de estar entre la menor y sol sostenido menor. Estos cambios sonoros son más comunes de encontrar en las grabaciones comerciales y de campo del siglo XX, y/o en contextos apegados a las costumbres del son jarocho tradicional, como en las rancherías, campos o poblaciones semiurbanas, que no tienen mucha influencia de las prácticas de las ciudades.
En los instrumentos de cuerda, la ejecución tradicional ha favorecido las afinaciones que permiten utilizar con amplitud las cuerdas al aire, ya que se pueden usar con facilidad los bordones en el requinto jarocho o en guitarras grandes, así como las notas pedales en las jaranas jarochas. Para poder tocar a profundidad en todas las tonalidades, es necesario utilizar la cejilla de manera parcial o completa, y esto hace que, algunas veces, cambie la proyección de sonido del instrumento siendo mayor o menor, ya que la cualidad de las cuerdas al aire se modifica. Por otro lado, si el instrumento no está bien construido o calibrado, el ejecutante requerirá más esfuerzo para poder tocar los pasajes a lo largo del diapasón dificultando el uso de la cejilla.
Es igual de importante tener conocimiento sobre la variedad de afinaciones para los instrumentos, como entender a detalle la afinación que se elige principalmente para tocar. Con esto me refiero a poder tocar un son jarocho en todas las tonalidades, sus figuras, tangueos, registros, acordes, inversiones, escalas, posiciones, etc., pues se ha llegado a manejar información donde se dice que es imposible tocar completamente un son en otra tonalidad sin cambiar la afinación. Este punto carece de sustento porque de nueva cuenta se hace a un lado la teoría musical, ya que, si se conociera sobre el tema, se sabría que pueden transportarse y ajustarse las notas para seguir cumpliendo las funciones armónicas dentro de una tonalidad sin cambiar o modificar la afinación. Que se prefiera cambiar de afinación por otros motivos es un punto completamente diferente.
A partir de la afinación