Las teorías literarias y el análisis de textos. Adriana Azucena Rodríguez
y es su estrago
Rodrigo Caro
En los meses de aquella primavera
pasaron por aquí seguramente
más de una vez.
Entonces, los dos eran muy jóvenes
y tenían el Chrysler amarillo y negro.
Los imagino al mediodía, por la avenida de los tilos,
la capota del coche salpicada de sol,
o quizá en Miramar, llegando a los jardines,
mientras que sobre el fondo del puerto y la ciudad
se mecen las sombrillas del restaurante al aire libre,
y las conversaciones, y la música,
fundiéndose el rumor de los neumáticos
sobre la grava del paseo.
Sólo por un instante
se destacan los dos a pleno sol
con los trajes que he visto en las fotografías:
él examina un coche muchísimo más caro
—un Duesemberg sport con doble parabrisas,
bello como una máquina de guerra—
y ella se vuelve a mí, quizá esperándome,
y el vaivén de las rosas de la pérgola
parpadea en la sombra
de sus pacientes ojos de embarazada.
Era en el año de la Exposición.
Así yo estuve aquí
dentro del vientre de mi madre,
y es verdad que algo oscuro, que algo anterior me trae
por estos sitios destartalados.
Más aún que los árboles y la naturaleza
o que el susurro del agua corriente
furtiva, reflejándose en las hojas
—y eso que ya a mis años
se empieza a agradecer la primavera—,
yo busco en mis paseos los tristes edificios,
las estatuas manchadas con lápiz de labios,
los rincones del parque pasados de moda
en donde, por la noche, se hacen el amor...
Y a la nostalgia de una edad feliz
y de dinero fácil, tal como la contaban,
se mezcla un sentimiento bien distinto
que aprendí de mayor,
este resentimiento
contra la clase en que nací,
y que se complace también al ver mordida,
ensuciada la feria de sus vanidades
por el tiempo y las manos del resto de los hombres.
[…]
Sean ellos sin más preparación
que su instinto de vida
más fuertes al final que el patrón que les paga
y que el salta-taulells que les desprecia:
que la ciudad les pertenezca un día.
Como les pertenece esta montaña,
este pedazo de anfiteatro
de las nostalgias de una burguesía.
Fase I. Lázaro Carreter y Correa Calderón ponen como condición inicial la comprensión del texto: una lectura sin interpretación, la búsqueda de su “sentido literal”. Sugieren, por la misma razón, que el análisis corresponda a un texto breve o a un fragmento cuando la obra sea demasiado extensa. En efecto, en “Barcelona ja no es bona”, resulta probable que sea necesario aclarar expresiones y términos propios de la norma del español de su autor:
El título está escrito en catalán y tiene como referente un refrán popular: “Barcelona és bona si la bolsa sona”.
Dedicatoria a Fabián Estapé, economista español nacido en 1923. Estudió derecho en la Universidad de Barcelona y fue profesor de la misma desde 1946. Militante del Partido Socialista Unificado Catalán.
Probablemente, “jaramago” y “pérgola” no sean palabras de uso común. Conviene consultar algún diccionario.
Se utiliza el barcelonismo salta-taulells, que, según Carlos Barrales “se puede traducir o entender perfectamente; equivale a mozo de almacén, con ínfulas de mayoral de hacienda, pero en las coordenadas del comercio”.7
Se menciona “el año de la Exposición”. Al revisar este tipo de eventos ocurridos en Barcelona, resulta que en 1929 tuvo lugar la Exposición Internacional, un gran acontecimiento para la ciudad, no sólo desde el punto de vista cultural y económico, sino también desde el ideológico, urbanístico y arquitectónico. El esfuerzo constructivo y urbanístico que supuso dejó como herencia una gran cantidad de palacios, pabellones y construcciones diversas: el Teatro Griego, el Estadio Olímpico, el Pabellón de la Ciudad de Barcelona, la Casa de la Prensa, las Torres Venecianas, la Fuente de Jujol, etcétera.
Fase II. Una vez resuelta la primera fase del análisis, el investigador establecerá el lugar que el poema ocupa dentro de la obra de Jaime Gil de Biedma (localización). Pues bien, “Barcelona ja no es bona, o mi paseo solitario en primavera” forma parte del libro Moralidçades, publicado en 1966. Anteriormente el poeta había publicado Versos a Carlos Barral (1952), Según sentencia del tiempo (1953) Compañeros de viaje (1959) y A favor de Venus (1965). El libro contiene una serie de poemas “sociales”: alusiones a la situación de España en relación con la República, la Guerra Civil y la dictadura.
Fase III. Determinar el tema requiere de hipótesis que pueden variar, pero no demasiado, pues el asunto, los recuerdos, dan sentido a un argumento derivado de esta posibilidad: visión desesperanzadora del paso del tiempo. Esta hipótesis de tema puede comprobarse en las declaraciones del poeta: “En mi poesía sólo hay dos temas, el paso del tiempo y yo” (Entrevista con Federico Campbell, Infame turba).
Fase IV. El análisis partirá, necesariamente, del tema. El tema determinará la estructura del texto, a partir de los diversos aspectos en que se despliega dicho tema. Cada parte del texto se considera un “apartado” (cada una de las partes que podemos descubrir en el texto). El primer apartado, desde la propuesta del tema, se enmarcaría entre los primeros 24 versos, ya que se describe a una pareja, una imagen idílica del pasado representada por ambos jóvenes relacionados con el poeta, en un tiempo de prosperidad, comodidades y expectativas en el futuro, en un época cuyos referentes están marcados por la guerra y el capitalismo. En este sentido, el apartado siguiente está compuesto por los siguientes cuatro versos: “Así yo estuve aquí / dentro del vientre de mi madre”, se revela la relación entre el poeta y la pareja del poema: son sus padres. Él se encuentra en el mismo lugar descrito en la estrofa anterior. Ahora, sin embargo, el escenario idílico está deteriorado por el efecto del tiempo: “y es verdad que algo oscuro, que algo anterior me trae / por estos sitios destartalados”. Si la primera estrofa está determinado por un pasado idílico, la segunda se caracteriza por mostrar un presente arruinado, pero real, del que escribe.
Una vez que se reveló el enigma del vínculo entre el yo lírico y la pareja descrita, continúa la exposición del contraste entre el tiempo pasado y el presente, el resumen de la vida del yo lírico: su gestación en una época que se consideraba feliz por la abundancia económica.