Una historia del movimiento negro estadounidense en la era post derechos civiles (1968-1988). Valeria L. Carbone
Determinada según la “regla de una gota”, se trata de una categoría social y culturalmente construida que otorga y determina un status definitivo en la sociedad.
Esta regla de la “gota de color” como factor determinante de la raza, y esta última como determinante de la posición social, sufrió alteraciones a lo largo del tiempo. Y fue a través del sistema jurídico-legal que se racionalizó en una ideología racial de supremacía de la raza blanca que prescribió que grupos y según qué características serían portadores de beneficios o castigos en función de esas mismas características distintivas13.
En 1662, la colonia de Virginia, en aras de reforzar la institución de la esclavitud a través de la subyugación de la población de una determinada ascendencia y/u origen, y preservar la pureza racial de la otra, estableció lo que llamaron one-drope rule al instituir que cualquier persona con sangre “mixta” heredaría la condición racial de la madre. Esta ley fue pensada estrictamente para definir la situación legal de los hijos de plantadores blancos y esclavas negras, usualmente producto de violaciones y relaciones sexuales forzadas14. Con este precedente, en 1664 la colonia de Maryland aprobó una ley que determinó la condición de “esclavo de por vida”, igualmente siguiendo la línea materna. Dos décadas después, una ley de 1682 convirtió en esclavos a todos los sirvientes nocristianos importados. Dado que solo indígenas y africanos encajaban en esta descripción, y que en 1667 se había establecido ya que la conversión al cristianismo no modificaba la condición de esclavo, esta ley permitió el desarrollo de la esclavitud sobre un fundamento “racial” (en este caso, religioso)15. Fue debido a esta legislación que indígenas y negros pasaron a ser considerados como parte de una misma “clase” de personas. Posteriormente, en 1691 se ilegalizó la liberación o emancipación de los esclavos, y simultáneamente se autorizó la captura y venta en calidad de esclavo de todos los negros, mulatos e indios emancipados. Hacia comienzos del siglo XVIII, la colonia de Virginia definió a cualquier “hijo, nieto o bisnieto de un negro” como mulato (1705), categoría que hacia mediados del siglo XIX cayó en desuso. Ese mismo año, una ley no sólo prohibió a los esclavos poseer bienes personales, sino que transformó a los negros esclavizados en “propiedad heredable”, equiparable a otros bienes muebles e inmuebles. A los negros libres se les vedó legalmente el ejercicio del poder político, de adquirir propiedades o de servir en la milicia. Así, mientras los negros libres perdían derechos adquiridos y la negritud se asociaba cada vez más a la esclavitud y a las condiciones (socio-económicas, políticas y culturales) que aparejaba, los blancos adquirieron ciertos “privilegios” que claramente comenzaron a asociar con su “condición de ser blancos”. En 1866 se decretó que “toda persona con una cuarta parte o más de sangre negra sería considerada persona de color. En 1910 el porcentaje cambió a 1/16 de sangre negra, y en 1924, con la sanción de la ley de Pureza Racial de Virginia, se definió que una persona negra era aquella con cualquier rastro de ascendencia africana. La “regla de una gota” surgió como una regla inventada para determinar quién era negro y quien no lo era. Según estas modificaciones, una misma persona podía automáticamente cambiar de raza. Siguiendo a la jurista Dorothy Roberts,
soy afro-estadounidense bajo una regla, soy blanco bajo la otra. ¿Mis genes cambiaron? No. Sólo la regla. Es una regla inventada. (...) la ciencia está redefiniendo la noción de raza… “raza” es una categoría política o social, pero redefinida como categoría biológica inscripta en nuestros genes. (…) “Raza” como una categoría política que realmente tiene un impacto social... pero no porque esté inscripto en nuestros genes, sino por las desigualdades sociales creadas por estas divisiones raciales. (...) “Raza” tiene un significado cuando nos referimos a ella a nivel social e implica una división política inventada para mantener un orden racial desigual.16
Si bien la raza humana es una sola y biológicamente no está dividida en razas distinguibles, la raza como sistema de clasificación apela a diversas distinciones biológicas / físicas para diferenciar socialmente quien pertenece a una u otra “raza” con objetivos meramente políticos17. Pero históricamente también se recurrió a otros indicadores para ayudar a determinarla, tales como el comportamiento, el lugar de residencia, el origen nacional, la religión y las tradiciones culturales. Así, un conjunto de indicios biológicos, físicos, sociales y culturales son los que ayudan a decidir quién pertenece a qué raza.18 Sin embargo, el hecho de que los seres humanos se encuentren divididos en razas en un sentido político (y no biológico), no significa que las razas no sean reales: existen en tanto sistema de agrupación de los seres humanos.19
De la colonia a la independencia
Como referimos previamente, en el caso estadounidense hemos de remontarnos a la época de la colonia para ubicar el surgimiento de la raza como elemento central en una cosmovisión del mundo que permitió explicar por qué algunos hombres eran libres (blancos) y otros no lo eran (negros). Para los sociólogos Michael Omi y Howard Winant, en esta cosmovisión, raza se presenta como una construcción socio-cultural dada por relaciones sociales de poder específicas en un contexto histórico dado que evolucionó en función de cambios históricos determinados. Los procesos históricos “forman, transforman, destruyen y reforman” las nociones de raza y las categorías raciales que llevan aparejadas. En continua transformación, la raza no es una entidad fija sino un conglomerado de significados que confiere un significado racial a las identidades, las prácticas y las instituciones, y aparece como principio organizativo fundamental de las relaciones sociales20.
Al momento en que empieza a configurarse la noción de raza el sistema de producción esclavista en los Estados Unidos se encontraba afianzado y en pleno funcionamiento, sin necesariamente una justificación que lo sustentara. Para Fields, esto responde a que raza, más que una mera justificación para un naturalizado sistema de producción esclavista, surgió como una invención, una ideología, que nació en un momento histórico discernible, creada social e históricamente por un grupo particular que sustentaba el poder, y con ello una visión de la realidad, de las relaciones socio-económicas y del ejercicio del poder político. Una vez más, eso no quiere decir que la raza sea irreal: todas las ideologías son reales en el sentido de que son la personificación de reales relaciones sociales.21
Este “grupo particular”, una clase dominante de propietarios de esclavos (encarnada en los Padres Fundadores) estaba compuesta por una minoría blanca aristocrática de plantadores que impuso el tono social al resto de la sociedad blanca (pequeños propietarios, campesinos, trabajadores agrícolas y blancos pobres, al igual que a la burguesía financiera ligada a los plantadores). Esta minoría blanca aristocrática era portadora “de valores y de actitudes sociales propias y distintas… que les daba un nivel de autoconciencia que los convirtió en partidarios de un sistema social de tipo distinto”22. Ahora bien ¿cómo logró la ideología de esta minoría – una ideología de supremacía de la raza blanca – transferirse y ser adoptada como propia por los blancos pobres, no propietarios e incluso por la burguesía? ¿Cómo fue posible que determinadas solidaridades raciales superaran a la conciencia de clase que podían compartir grupos raciales diferentes, enmascarando la lucha de clases en los Estados Unidos?
Tomamos la idea de solidaridad racial (en contraposición a la de solidaridad de clase) del historiador afro-estadounidense Manning Marable, quien la utilizó para referir a los grupos