Rumbo: maestr@. José Miguel Pareja Salinas
tendrás también que gobernar el barco y decidir tu propio rumbo. El profesorado que te tutoriza hará sugerencias, se te asignará un centro y te pedirá una serie de trabajos y reflexiones. Puede que te parezca suficiente, pero puede también que una parte importante de tu formación como futuro docente no se contemple en ello. Ahí entra en juego lo que hemos querido llamar «la profesionalización de las prácticas».
Por nuestra experiencia, creemos que es absolutamente imprescindible que tomes el mando de la situación para sacarle a esta fase de tu aprendizaje docente todo el jugo posible; que cojas las riendas de este asunto porque, como dice la cita con la que hemos empezado, eres tú quien debe liderar la construcción del profesional docente que quieres llegar a ser. Es una cuestión que no se puede dejar en manos de ninguna otra persona. Y menos en pleno siglo XXI, en la era knowmad (ya hablaremos más adelante de este concepto de profesional), en el tiempo en el que cada uno genera su propio Entorno Personal de Aprendizaje (PLE).
En las facultades universitarias hay programas que cumplir, compromisos institucionales... Las prácticas en la formación docente se han convertido en una asignatura más o, si quieres, en la más relevante por su valor en créditos. Cumplir los protocolos establecidos se convierte en una prioridad.
Pero existe una faceta humana, personal, en la que se involucran el carácter, las habilidades, los intereses, las motivaciones..., que no están contemplados en los protocolos y que pueden generar el éxito o el fracaso en tu futuro profesional. Y estos últimos aspectos solo los puedes negociar tú, haciendo uso de la capacidad de decisión que te permitan los programas establecidos. Aquí es donde queremos estar nosotros, a tu lado, para darte alguna pista a la hora de rentabilizar al máximo tu toma de decisiones.
Algo parecido puede suceder en los centros donde vas a realizar tus prácticas. Quizá alguna escuela quiera incorporar este documento en su caja de herramientas para construir docentes, lo que sería para nosotros un motivo de orgullo y satisfacción, aunque este no sea nuestro objetivo. La visión que nos mueve es servir de carta de navegación a todas las personas que se incorporan a los centros educativos para hacer sus prácticas; carta de navegación mediante la que establecer rumbos, singladuras y aventuras; con libertad, alegría, perspectiva, creatividad, ilusión, conocimiento de causa…
Si nos ceñimos al protocolo de acceso y desarrollo de las prácticas en la formación del profesorado, en cualquier Universidad, aparentemente se trata de un proceso muy simple, a pesar de las limitaciones que podamos encontrar (falta de centros adecuados, falta de formación en el profesorado que tutoriza las prácticas, falta de recursos metodológicos y didácticos, falta de innovación…). Sin embargo este periodo formativo tiene una mayor complejidad si queremos que sea realmente productivo. Hay que llegar a la escuela con cosas que hacer, ideas que probar, hipótesis que comprobar, argumentos que refutar, opiniones que transformar… Hay que llegar a la escuela con la necesidad de ser contaminado y contaminar de ilusión por cambiar el mundo; con la mente abierta a la sorpresa y al cambio, y con un hatillo de palancas para colaborar en transformar la realidad. Con otros, con muchos.
Esto es lo que queremos generar aquí. Es posible que te hayan encendido el fuego en la facultad; nosotros lo avivaremos y te daremos algunas de esas palancas. Di, con Arquímedes, «Dame un punto de apoyo y moveré el mundo».
¿Has visto el índice? Hard y soft skills. Competencias para hacer una carrera, construir una carrera profesional. Esta guía trata precisamente de eso: de aprender, de señalar, de investigar lo que hay en la realidad de la enseñanza; de hacer aterrizar todo lo que se ha comentado en las clases universitarias. Las prácticas en la formación de docentes tienen que ser algo más que ver a los niños y niñas en su aula, algo más que dar una o dos clases y parecer una profesora o un profesor. Tienen que ser una reflexión dirigida, una acción preparada, una aventura inesperada a la que hay que responder. Todo ello junto. Y para esto puede resultar fructífero seguir el guion establecido en estas páginas:
· En primer lugar, algunas propuestas prácticas para cuando llegues al centro elegido o asignado y actúes según como te acojan .
· A continuación, un seguimiento diario de todas y cada una de las habilidades y competencias profesionales que te caracterizarán como maestra o maestro: hard skills y soft skills.
· Por último, te diremos cómo evaluar, cómo recapacitar sobre lo que has hecho para, después, alzar el vuelo y soñar una nueva educación. ¿O te vas a conformar con lo que ha pasado? Los sueños de los maestros y maestras son la materia de la que está hecho el futuro de su sociedad. Un pueblo que no tiene educadores soñadores está condenado al retroceso, a la barbarie, a la involución, a la extinción.
· En otro volumen, en el Cuaderno de prácticas, te ofrecemos una guía para reflexionar sobre el contexto y las características del centro, para ayudarte a delimitar su identidad, su entorno, su cultura, sus costumbres... Para que puedas elaborar la Memoria de tu Prácticum, e incluso para que tú u otras personas tengan elementos de juicio a la hora de elegir centro educativo en otras prácticas.
Parece que esta singladura es la de una sola persona, ¿verdad? Pues no. Queda algo más. Viajas a bordo con otras muchas que quieren lo mismo que tú: ser docente. Un camino, un rumbo un poco especial, porque lo importante no es llegar primero, sino llegar. Llegar a ser. Llegar a ser... competente. Y en este, como en otros proyectos, lo importante es competir.
No vayas a la interpretación más obvia de competir. Competir no es solo lo que en este momento estás pensando que es. No se trata de conseguir algo y dejar a los demás sin ese algo. No es ganar y que los demás pierdan. Eso es para las personas con mentalidad limitada. Competir, en su raíz latina, quiere decir «buscar conjuntamente», asemejarse a otros en calidad y perfección. Como dice el maestro Santos Guerra, «crecer juntos»3. Tú creces con tus compañeros y compañeras que hacen prácticas en otros centros. Por lo tanto, tienes que saber qué hacen, cómo lo afrontan, qué les pasa después… Y aprender de ellos cuando te lo cuenten, como ellos aprenderán cuando tú les cuentes tu experiencia.
Este segundo aspecto, el de compartir la vivencia, no está, ni puede estar nunca en este ni en otro libro. Eso forma parte de la vida en su faceta más directa: ningún escrito podrá mostrar nunca lo que dices cuando explicas con tus gestos o con la ilusión de tu mirada lo que te ha pasado con un niño en el recreo o en el tiempo de inglés. Así que este texto es la mitad del trabajo, es tu singladura como marinero de la docencia, pero falta que incluyas la experiencia de la competición; del «crecer juntos» con tus compañeras y compañeros de facultad; tus reflexiones sobre lo que han hecho otras personas en otros contextos y con otros programas; tu investigación sobre los otros navegantes. Para este cometido hemos elaborado el Cuaderno de prácticas, en ejemplar aparte, en el que puedes ir anotando tus «Relatos Pedagógicos», tus vivencias, tus reflexiones, tus experiencias...
Cuando estés en el mundo profesional, en tu centro educativo, ¿quién será la persona a la que dirigirás tus preguntas con confianza si tienes una duda o te encuentras en una situación difícil?; ¿tu profesora o profesor de la universidad? Puede ser, pero no es lo más habitual. Lo lógico, lo fácil, lo que suele ocurrir es que hables con tus compañeros y compañeras, con los «lobos de mar docentes» con los que has surcado los mares profesionales desde el principio. No los dejes. No los olvides. Haz equipo con ellos y sigue compitiendo para crecer juntos «hasta el infinito, y más allá».
Estas son nuestras intenciones, más o menos loables. Pero, además, hay una realidad que no podemos obviar y que está en el trasfondo de este documento: los autores del texto hemos estado y estamos implicados desde hace mucho tiempo en el proceso de prácticas de la formación de docentes desde sus distintos ángulos (universidad y centros de prácticas), investigando y formando. Esto nos proporciona una cierta autoridad para afirmar que, a pesar del avance considerable de los últimos años en la sistematización de las prácticas docentes, quedan cosas por hacer. El afán de sistematización nos ha llevado a veces a olvidarnos de la persona, convirtiendo el proyecto de prácticas en un proceso eminentemente burocrático.
No somos los únicos en esta línea, pero sí de los primeros en plantearnos dar un paso más y asumir el reto de utilizar los resultados obtenidos en las investigaciones