Cuentos de Asia, Europa & América. Tessa Hadley

Cuentos de Asia, Europa & América - Tessa  Hadley


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Le rezaban a la Virgen de la Soledad. Araceli no escuchó palabras en su cabeza, sólo el tintineo lejano de metal desde los tráilers, gritos distantes de hombres y el murmullo del tráfico en la carretera. Alzó la cabeza, con los labios aún cerrados. Caminó de regreso a los naranjales con las muñecas tan apretadas contra su brasier que podía sentir los pequeños alambres contra sus costillas, contra su piel desnuda.

      Traducción de Luis Zapata

      Danpatra, acta de donación

      amar mitra

      india

      Acta de donación (redactada por Sahebmari Baske)

      Donatario: Sahebmari Baske, hijo del difunto Muchiram Baske, de la tribu santhal, indio en el sentido extenso, domicilio en el distrito de Sonari Mara, República de la India.

      Donante: Sahebmari Baske, hijo del difunto Muchiram Baske, misma tribu y domicilio que el beneficiario, cuya propiedad legítima, casa ancestral y tierras de labranza invadidas y más, a consideración de los intereses de la familia, mi deber social propio, de la región Santhalibasan, relación de propiedades de la República de la India [...].

      Así es. Todas las responsabilidades que esta tierra ha acumulado ahora te pertenecen. Soy Sahebmari Baske, tu abuelo; conoces muy bien la terrible historia de mi vida. Ha llegado mi ocaso; mi cuerpo está enfermo y el don de la vista está por dejarme. Ya no tengo posibilidad de hacer todas las cosas que habría querido en mi vida, mas no he perdido la esperanza. Por eso escribo esta acta. Espero que toda actividad que la misma te permita y te invite a hacer me brinde felicidad en los días que me quedan. Mis ojos resplandecerán y este cuerpo volverá a sentir el calor de la vida. La solidez y fuerza de los árboles apoyarán mis jorobas y nudos antes de que parta a Sermapuri, la morada de los dioses.

      Puede que surjan confusiones por nuestras identidades y eso podría ser causa de alegría para algunos, pero esa alegría se puede convertir en nuestra miseria. Por lo tanto, es esencial que dejemos todo claro y protejamos nuestro futuro.

      Si hablamos de tribus, somos de los santhal, de complexión negra. A mí, el donante, me falta una mano. Ya hablaré de eso. Tú, Sahebmari Baske, mi donatario, mi heredero, recuerda que esta tierra india, esta República de la India, es el lugar donde naciste. Tus ancestros fueron los primeros habitantes de este país y de ahí surge mi derecho a redactar un acta. Tendrás felicidad si la aceptas.

      Al ser mi nieto, heredaste mi nombre igual que yo el de mi abuelo. Así recordamos nuestro pasado. En otras palabras, así se hizo para inmortalizar a nuestro ancestro. Nieto mío, nunca olvides que la sangre de este ancestro que nunca conocimos, pero conmemoramos, ese hombre santhal, vive en ti.

      Espero que continúes la tradición para que su recuerdo nos acompañe y que su vida nos inspire. Hablemos, pues, de ella para que nos agudice la visión y nos libre de ilusiones.

      Recuerda que este Sahebmari Baske en particular nació en algún momento del pasado aquí mismo en el distrito de Sonari Mara. Desconozco su nombre original, pero sé que se lo cambiaron después de que mató a un saheb, un hombre blanco.

      A los babus, la gente educada, les parece ofensivo. Dicen que está ligado a un terrible asesinato, que trae consigo cierta violencia, que usarlo es alentar la barbarie. Por eso nos es difícil llevar una vida simple y sin complicaciones. Para ellos, los santhal son una de las razas más inocentes; creen que tienen mentes tan claras como los manantiales. Nuestro nombre es mugre en sus aguas transparentes; priva a los santhal de toda inocencia.

      Querido nieto, hemos aprendido en el mundo material que la forma en la que nos ven los babus y la gente respetable puede causarnos muchas penas. Hasta cierto punto, esta inocencia es la razón por la que uno pierde todos sus derechos. Por lo tanto, que ni nos preocupe lo que ofende a los demás. Si la inocencia es la incapacidad de entender y pelear por nuestros derechos, librémonos de ella y recordemos la vida de Sahebmari Baske, el primero de nosotros.

      La verdad es que nuestro ancestro hacía trabajo forzado en la casa de Ishwarbabu, un prestamista bengalí adinerado. ¿Qué puedo decir acerca de su vida dura? Por una deuda que tenía con él, estaba obligado a venderse y le daban una miseria de alimento y ropa. El prestamista es Ishwarbabu porque se convirtió en el ishwar, el señor y deidad responsable de nuestro ancestro.

      La tierra estaba repleta de árboles en esos tiempos. Ishwarbabu era el hombre más inteligente de esa jungla y, por lo tanto, ¡era el rey! En aquel entonces, la India estaba bajo la soberanía del hombre blanco. Uno de ellos, un negociante inglés, vivía en el pueblo sadar. Había llegado a trabajar. Se instaló en la casa de Ishwarbabu, quien se sintió abrumado. Uno podía ver que el mismo ishwar estaba dispuesto a adorar a cualquier persona que lo superara en poder. Resultó no ser el único e inigualable. Más bien, nuestro ancestro era quien no tenía par.

      Fue así, mi nieto, que Ishwarbabu trajo desgracia a su propio hogar. Los ojos ingleses del hombre blanco comenzaron a verse nublados ante la belleza de la hija de dieciséis años de su anfitrión. Ella no hablaba la lengua de ese hombre, pero leía sus intenciones. Entró en pánico y le contó a su padre. Ishwarbabu estaba consciente de la naturaleza oculta de su ishwar. Se preocupó, así que le ofreció a este hombre una niña santhal de regalo. Pero él era astuto. Su semblante cambió y sus ojos se tornaron perversos, como los de los policías y los militares.

      Este incidente tuvo consecuencias terribles. Los hechos se tergiversaron y nadie sabía qué había pasado en realidad. A la gente se le engañó con baladas sobre las hazañas de este hombre blanco. Se construyó una estatua de mármol en su honor. Todavía sigue erecta; yo la he visto y tú también. Más adelante volveré a este tema.

      Es más urgente que conozcas la historia de esta tierra y de las propiedades que he enumerado en el acta. Igual que uno debe saber la composición y naturaleza del suelo para producir una buena cosecha, es importante conocer su origen si quieres demostrar que te pertenece. Se trata de una larga serie de traspasos, de cambios de dueño. Es una historia de derrota para sus dueños legítimos. Los documentos viejos no corresponden con las escrituras, a menos que uno vea cómo la tierra ha pasado de una persona a otra. Los papeles sellan la realidad y son cosas sumamente terribles.

      Esta acta de donación registra los catálogos e incluye los números de todos los asentamientos y tierras agrícolas del distrito de Sonari Mara, las cuales entran en la categoría de auwal, es decir, de la más alta calidad. Aunque es tierra forestal, toda esta tierra auwal es el resultado de cultivo meticuloso por generaciones. Nuestros ancestros le habían rendido honor al cultivar en ella. Habían conocido sus secretos tras años de brindarle atención. Y por eso, la gente de buena familia comenzó a mirar nuestra tierra. Así nos la arrebataron y los documentos oficiales fueron modificados. Esa gente se aprovechó de nuestra inocencia.

      A simple vista, aquí hay puras


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