Organización industrial. Martin Peitz

Organización industrial - Martin  Peitz


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alt="Image"/> ¿Qué pasaría si le añadimos al juego una tercera (y última) etapa, donde la empresa líder tiene la posibilidad de alterar (a un costo cero) su decisión inicial, después de observar la decisión de la seguidora? ¿Sobreviviría el resultado anterior, es decir, en la tercera etapa la empresa líder confirmaría su decisión inicial? Por supuesto, la respuesta es negativa porque q1 = a/2 no es la mejor respuesta de la empresa 1 a q2 = a/4: como vimos anteriormente, la mejor respuesta es Image En caso de tener la oportunidad, la empresa líder reduciría la cantidad que inicialmente dijo que produciría.

      A partir de este sencillo ejemplo vemos que, si la acción de la empresa líder es reversible, la amenaza que conlleva (en este caso, apoderarse de una participación mayor del mercado) no es creíble y, por lo tanto, la acción de la empresa líder pierde todo poder de compromiso. Por lo tanto, las estructuras temporales secuenciales que hemos considerado solamente tienen sentido si la empresa líder puede no solamente actuar antes que la seguidora, sino también (y es tan importante como lo anterior) actuar de forma tal que creíblemente no vaya a retractarse después. Por lo tanto, la empresa líder debe encontrar una manera de limitar su habilidad futura para modificar sus propias decisiones. Esta es la bien conocida paradoja del compromiso: es al limitar las opciones propias que uno puede influir en el curso de acción del oponente, para beneficio propio.[43]

      ¿Existe irreversibilidad en las situaciones arriba consideradas? Ciertamente, cuánto producir y qué precio cobrar pueden considerarse decisiones fáciles de cambiar y con efectos de corto plazo. Por ello, la narrativa necesita una interpretación más convincente. En cuanto al juego de cantidades de Stackelberg, podríamos entenderlo como una decisión secuencial de capacidades en vez de cantidades. Por ejemplo, construir una nueva fábrica, que no puede transformarse fácilmente para un nuevo uso, tiene un valor de compromiso alto. En cuanto al juego secuencial de precios, factores externos o decisiones tecnológicas previas pueden reducir la capacidad de una empresa para modificar sus precios. Por ejemplo, las empresas reguladas con frecuencia deben presentarles a las autoridades regulatorias cualquier propuesta de cambio de precio (mientras que sus competidoras no reguladas pueden cambiar sus precios libremente); una empresa de catálogo enfrenta costos muchos más altos para cambiar sus precios que una empresa de internet. Las disposiciones contractuales también pueden facilitar un compromiso en cuanto a los precios. Por ejemplo, una disposición tal sería la cláusula del cliente más favorecido, mediante la cual una empresa se compromete a extenderle al comprador el mismo precio que le ha ofrecido a sus otros clientes. Si una empresa en un duopolio ofrece esta cláusula, esto les permite a las empresas coordinar un resultado tipo Stackelberg, donde la empresa que propone la cláusula termina como líder en el juego de precios.[44]

      En los ejemplos anteriores, las empresas toman alguna decisión adicional (por ejemplo, proponen una cláusula contractual adicional, deciden vender a través de catálogo o internet, etc.) con el fin de lograr valor de compromiso. Diferimos hasta el capítulo 16 una discusión amplia sobre estas decisiones “estratégicas” (que preceden y dan forma a las decisiones “tácticas”, como las decisiones sobre precios y cantidades). Proporcionaremos una taxonomía de estrategias empresariales que se basará, como se puede anticipar, en la distinción entre sustitutos y complementos estratégicos. En efecto, anteriormente contrastamos el caso de la competencia en cantidades en el que las empresas procuran ser líderes y quieren comprometerse con un curso “agresivo” de acción produciendo una gran cantidad, con el caso de la competencia en precios donde las empresas prefieren ser seguidoras y, en caso de liderar, se comprometen con un curso de acción “suave” al fijar un precio alto.

      Hasta ahora nuestro análisis se ha limitado a mercados con un número dado de empresas. Sin embargo, en una economía de mercado, las empresas entran al mercado si ven oportunidades rentables. Por lo tanto, un supuesto implícito de nuestro análisis previo fue que la entrada adicional de empresas era prohibitivamente costosa. Tomemos ahora el caso contrario en el que no hay barreras de entrada o salida distintas a los costos de entrada. En este caso, esperamos que las empresas entren en la medida en que puedan obtener beneficios económicos. A continuación, analizaremos esta situación de ausencia de barreras de entrada. Formalmente, podemos analizar esta situación como un juego de dos etapas en el que las empresas entran primero y luego deciden sus precios o cantidades. Al equilibrio perfecto en subjuegos de este juego lo llamamos el “equilibrio de ausencia de barreras de entrada”. Presentamos a continuación dos modelos de ausencia de barreras de entrada con un número finito de empresas. Primero, permitimos la ausencia de barreras de entrada en el modelo de Cournot y luego pasamos a una ampliación del modelo de Hotelling, donde las empresas pueden localizarse libremente en un círculo. Finalmente, analizamos un mercado con muchas empresas pequeñas donde, en contraste con la competencia perfecta, todas enfrentan curvas de demanda con pendiente descendente, una situación llamada competencia monopolística.

      Dado que la entrada (y salida) de las empresas con frecuencia requiere tiempo y es costosa, podemos considerar que este análisis es aplicable al largo plazo. Sin embargo, si volverse activo no tiene costo, podríamos querer permitir la entrada incluso en el corto plazo, lo que podría considerarse una buena aproximación al caso de algunos mercados virtuales (ver nuestro análisis con consumidores desinformados en el capítulo 7). Claramente, a largo plazo, deberíamos permitir la entrada y salida en una industria siempre y cuando no haya restricciones de largo plazo a la entrada y salida (ver la discusión sobre las industrias reguladas en el capítulo 2).

      Nuestra primera tarea será considerar una industria donde las empresas no están sujetas a choques de modo que podamos analizar el número de empresas de equilibrio en un modelo de dos etapas. Aquí, en la etapa 1, las empresas deciden si entran y, en la etapa 2, determinan su variable estratégica de corto plazo, que puede ser el precio o la cantidad. Consideremos una industria donde las empresas son simétricas de modo que cada empresa activa obtiene π(n) en equilibrio en la etapa 2, donde n es el número de empresas activas en la industria. Una propiedad estándar de los mercados oligopolísticos es que los beneficios son decrecientes en el número de empresas, π(n) > π(n +1) para todo n. Si la empresa debe pagar un costo de entrada e en la etapa 1, entonces, bajo ausencia de barreras de entrada, el número de empresas activas ne está determinado por π(ne) – e > 0 y π(ne +1) – e < 0. Ignorando las restricciones de enteros, podemos simplemente escribir que ne satisface π(ne) –e = 0. Esto implica que, todo lo demás constante, un aumento en los costos fijos de entrada reduce el número de empresas activas. En efecto, en muchos mercados, los costos de entrada pueden verse como el principal detrimento para la competencia, como lo ilustra el caso 4.1.

      Bresnahan y Reiss (1990, 1991) analizan mercados de productos homogéneos donde el número de empresas (en equilibrio) cambia en respuesta a la demanda de mercado. Analizan datos de un conjunto de mercados profesionales y minoristas rurales en ciudades pequeñas de Estados Unidos (con un promedio de 3.740 habitantes). El modelo de entrada se estima mediante un modelo probit ordenado, donde todas las empresas en el mercado


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