Problemática jurídica posdoctoral: Debates iusfilosóficos, iusteóricos y iusdogmáticos. Óscar Mejía Quintana
esta se fundamentó en la posibilidad de captar la realidad social y percibir los sujetos y objetos dentro de su propio contexto social, a fin de obtener las propiedades del problema estudiado y las interpretaciones de quienes participan en la realidad analizada. Por este medio se conceptualizó lo social y lo cultural de la realidad, guiándose por los comportamientos, conocimientos, actitudes y valores de la comunidad educativa.
La investigación cualitativa permitió comprender la intención del acto social, del mundo social, pues abordó el mundo subjetivo: la estructura de las motivaciones, valores, sentimientos y pensamientos de las personas en su conducta social18; así, se abordó el mundo subjetivo educativo de la época posmoderna frente a la educación ciudadana y la formación de los ciudadanos en un Estado social de derecho.
El conocimiento del mundo social se trató como un proceso interrelacionado que deconstruyó teóricamente las nociones espontáneas, como el pensamiento complejo y el Estado social de derecho y ciudadanía, y simultáneamente reconstruyó la realidad en forma conceptual por la ciencia. Se trató de desprenderse y superar el saber inmediato y la percepción del conocimiento tradicional, para poder llegar al conocimiento profundo, científico de la realidad, empleando como base los fundamentos del pensamiento complejo19.
Es importante destacar, como lo hace Mejía20, que la importancia que tiene el desarrollo de esta investigación de tipo cualitativo radica en que permite conocer fenómenos complejos de la realidad social, a partir de lo cual se construyen conceptos abstractos, como los referentes a sentimientos y procesos de pensamientos y emociones. Para este caso concreto, permitió conocer la naturaleza de un grupo que forma un todo muy específico. Estos grupos constituyen unidades sociales integradas: puede tratarse de grupos profesionales, étnicos, raciales, familiares, gremiales o institucionales (educativos), o también que comparten formas de vida y situaciones que los hacen semejantes, como los sujetos que intervienen en procesos de enseñanza-aprendizaje.
En seguimiento de las afirmaciones de Taylor y Bogdan21, en la investigación no se recogieron datos para la evaluación de teorías o hipótesis, sino se desarrollaron conceptos y comprensiones a partir de los datos; se asumieron el pensamiento complejo y el ámbito educativo desde una perspectiva holística; se tuvo en cuenta a las personas participantes en el fenómeno de la formación ciudadana dentro de su propio marco de referencia, para generar confiabilidad y validez en los datos obtenidos; el investigador dejó de lado sus propias creencias y apreciaciones y no dio nada por sobreentendido, porque no se busca la verdad, sino la comprensión del fenómeno o el objeto estudiado.
Se tomó el método cualitativo como humanista, lo que permitió que no se perdiera de vista el aspecto humano de la vida social, para llegar a conocer lo experimental y personal del ser humano, sus sentimientos, éxitos y fracasos.22
La modalidad de la investigación cualitativa que mejor se ajustó a los temas propuestos fue la etnometodología, pues esta permitió, además de la realización de un trabajo de corte hermenéutico en forma transversal, el estudio de los fenómenos sociales incorporados a discursos y acciones, a través del análisis de las actividades humanas acopladas en el sistema educativo colombiano, guiado por la Constitución Política, la Ley 115 de 1994 y la Ley 30 de 1992.
Con estos aportes, la metodología permitió superar los procedimientos tradicionales de conocimiento, para llegar a la unión de teoría y práctica, tal como se plantea desde el principio en el objetivo de la investigación. Gracias a esta se acentúa el compromiso político desde una posición crítica y se potencian el carácter educativo de la investigación y la necesidad de devolver lo investigado a la población, como medio de empoderamiento; todo ello desde una perspectiva comunitaria, como aquí se pretende, al proponerse una teorización sobre un cambio estructural en el sistema educativo, a partir de herramientas sustentadas por el pensamiento complejo en lo que hace referencia a la construcción y aplicación de los componentes curriculares, que se denominarán el antes y el después de la acción educativa (indistintamente de quien la pueda ejercer y de la forma en que lo haga).
Para poder implementar esta metodología, se realizó un análisis teórico consistente en el barrido conceptual de las categorías fundamentales indispensables para el abordaje práctico del fenómeno, las cuales se exponen en el marco teórico. Este análisis de lecturas, documentos y normatividad se hizo inicialmente para adquirir herramientas que permitieran diseñar o apropiarse de instrumentos necesarios para la actividad de inmersión en el campo educativo específico, tanto en el nacional como en el internacional. (Con esto no se pretende especificar una etapa del proceso metodológico, pues a la par con la etapa práctica se desarrollan más y con mayores especificaciones las búsquedas teóricas necesarias).
Por consiguiente, el desarrollo de la segunda etapa abarcó procesos de inmersión y descripción de la población objeto, que se desarrollaron por medio del método de la observación participante. Esta fue hecha por el investigador frente a los actos desarrollados por los ciudadanos en contextos educativos y convivenciales, que fueron registrados en el transcurso de entrevistas estructuradas.
La etnometodología admitió, para el presente propósito investigativo, analizar los fenómenos de comunicación interna y externa que suceden en la sociedad, sin importar característica alguna, más que pertenecer a este grupo o comunidad en particular. Por tanto, su análisis parte de cómo “los miembros corrientes de la sociedad dan sentido a las circunstancias en las que se encuentran, y hallan el camino a seguir en esas circunstancias y actúan en consecuencia”23.
Así, la etnometodología permitió el acercamiento del investigador a la categoría central de investigación, esto es, a la educación en el marco del Estado social de derecho, mediante su indagación, descripción y religación con el pensamiento complejo.
La característica distintiva que se usó para la investigación es su interés por centrarse en el estudio de los métodos o estrategias empleadas por las personas para construir y dar sentido y significado a sus prácticas sociales cotidianas, fundamento empleado para la descripción del derecho a la educación en el Estado social de derecho, y su regulación estatal. Además, como a la etnometodología no le basta con la simple comprobación de las regularidades, sino que desea también y sobre todo explicarlas24, permitió, a través de la pasantía nacional e internacional, analizar las conductas de los estudiantes en una institución educativa, frente a la importancia de la formación ciudadana en el marco de un Estado social de derecho y ver su aplicabilidad a las metodologías fundantes u ocultas de las prácticas curriculares. Lo anterior, considerando que, al manifestar la conducta, el individuo se remite a los sistemas que lo entretejen y a los que subyacen por su contexto y pertenencia cultural, lo que implica el advenimiento inminente de la teoría desarrollada por Morin25, correspondiente al pensamiento complejo.
La metodología facilitó, entonces, determinar las relaciones existentes entre el pensamiento complejo y la formación de la ciudadanía, a través de la contextualización de las categorías de complejidad, ciudadanía y Estado social de derecho como se formulan en los dos primeros objetivos, y de la profunda implicación de estos en la construcción curricular.
La etnometodología permitió buscar y generar espacios para la interacción social, que, según Garfinkel26, origina el acceso cercano a las personas, quienes crean y recrean el orden social tomando la actividad humana como habilidosa, inteligente e improvisadora, formada sin seguir leyes establecidas; y lógico es, pues la sociedad no es una estructura objetiva.
El objetivo