La Celestina. Fernando de Rojas

La Celestina - Fernando de Rojas


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madre, no le des parte de lo que passo a esse cauallero: porque no me tenga por cruel o arrebatada o deshonesta. LUCR. —no miento ya, que mal va este fecho. CEL.—mucho me marauillo, senora Melibea, de la dubda que tienes de mi secreto: no temas, que todo lo se sofrir e encubrir; que bien veo que tu mucha sospecha echo, como suele, mis razones a la mas triste parte. Yo voy con tu cordon tan alegre: que se me figura que esta diziendole alla su corazon la merced que nos heziste: e que le tengo de hallar aliuiado. MELIB.—mas hare por tu doliente, si menester fuere, en pago de lo sofrido. CEL.—mas sera menester e mas haras: e avnque no se te agradezca. MELIB.—que dizes, madre, de agradescer? CEL.—digo, senora, que todos lo agradescemos e seruiremos: e todos quedamos obligados, que la paga mas cierta es: quando mas la tienen de complir. LUCR.—trastrocame essas palabras. CEL.—hija Lucrecia, ce: yras a casa: e darte he vna lexia con que pares essos cabellos mas que oro: no lo digas a tu senora: e avn darte he vnos poluos para quitarte esse olor de la boca: que te huele vn poco, que en el reyno no lo sabe fazer otri sino yo: e no ay cosa que peor en la muger parezca. "LUCR.—o dios te de buena vejez: que mas necessidad tenia de todo esso: que de comer. CEL.—pues porque murmuras contra mi loquilla? Calla que no sabes si me auras menester en cosa de mas importancia: no prouoques a yra a tu senora mas de lo que ella ha estado: dexame yr en paz." MELIB.—que le dizes, madre? CEL.—senora, aca nos entendemos. MELIB.—dimelo, que me enojo: quando yo presente se habla cosa de que no aya parte. CEL.—senora, que te acuerde la oracion para que la mandes escriuir: e que aprenda de mi a tener mesura en el tiempo de tu yra. En la qual yo vse lo que se dize: que del ayrado es de apartar por poco tiempo: del enemigo por mucho. Pues tu, senora, tenias yra: con lo que sospechaste de mis palabras: no enemistad. Porque avnque fueran las que tu pensauas: en si no eran malas: que cada dia ay hombres penados por mugeres: e mugeres por hombres. e esto obra la natura: e la natura ordenola dios: e dios no hizo cosa mala: e assi quedaua mi demanda como quiera que fuesse en si loable: pues de tal tronco procede: e yo libre de pena. mas razones destas te diria, sino porque la prolixidad es enojosa al que oye: e danosa al que habla. MELIB.—en todo has tenido buen tiento: assi en el poco hablar en mi enojo: como con el mucho sofrir. CEL.—senora, sofrite con temor, porque te ayraste con razon. porque con la yra morando poder, no es sino rayo. e por esto passe tu rigurosa habla: hasta que tu almazen houiesse gastado. MELIB.—en cargo te es esse cauallero. CEL.—senora, mas merece. e si algo con mi ruego para el he alcanzado, con la tardanza lo he danado. Yo me parto para el si licencia me das. MELIB.—mientra mas ayna la houieras pedido: mas de grado la houieras recabdado. ve con dios, que ni tu mensaje me ha traydo prouecho: ni de tu yda me puede venir dano.

      ARGUMENTO DEL QUINTO AUTO

      Despedida Celestina de Melibea, va por la calle hablando consigo misma entre dientes. llegada a su casa, hallo a Sempronio, que la aguardaua. Ambos van hablando hasta llegar a casa de Calisto. e vistos por Parmeno, cuentalo a Calisto su amo: el qual le mando abrir la puerta.

CELESTINA. SEMPRONIO. PARMENO. CALISTO

      CEL.—O rigurosos trances! o cruda osadia! o gran sofrimiento: e que tan cercana estuue de la muerte, si mi mucha astucia no rigera con el tiempo: las velas de la peticion. o amenazas de donzella braua. o ayrada donzella. o diablo a quien yo conjure: como compliste tu palabra en todo lo que te pedi: en cargo te soy: assi amansaste la cruel hembra con tu poder: e diste tan oportuno lugar a mi habla: quanto quise con la absencia de su madre. o vieja Celestina, vas alegre. sabete que la meytad esta hecha quando tienen buen principio las cosas. o serpentino azeyte. o blanco filado: como os aparejastes todos en mi fauor. o yo rompiera todos mis atamientos hechos e por fazer, ni creyera en yeruas, ni en piedras ni en palabras. Pues alegrate, vieja: que mas sacaras deste pleyto: que de quinze virgos que renouaras. o malditas haldas, prolixas e largas, como me estoruays de llegar adonde han de reposar mis nueuas. o buena fortuna, como ayudas a los osados: e a los timidos eres contraria. nunca huyendo huyo la muerte al couarde. o quantas erraran en lo que yo he acertado: que fizieran en tan fuerte estrecho estas nueuas maestras de mi oficio? sino responder algo a Melibea, por donde se perdiera quanto yo con buen callar he ganado. Por esto dizen, quien las sabe las tane: e que es mas cierto medico el esperimentado que el letrado: e la esperiencia e escarmiento haze los hombres arteros: e la vieja, como yo, que alce sus haldas al passar del vado: como maestra: ay cordon, cordon! yo te fare traer por fuerza, si viuo: a la que no quiso darme su buena habla de grado. SEMP.—o yo no veo bien, o aquella es Celestina. valala el diablo haldear que trae: parlando viene entre dientes. CEL.—de que te santiguas, Sempronio? creo que en verme. SEMP.—yo te lo dire. la raleza de las cosas es madre de la admiracion: la admiracion concebida en los ojos deciende al animo por ellos. el animo es forzado descubrillo por estas esteriores senales. quien jamas te vido por la calle, abaxada la cabeza: puestos los ojos en el suelo: e no mirar a ninguno como agora? quien te vido hablar entre dientes por las calles: e venir aguijando como quien va a ganar beneficio? cata, que todo esto nouedad es para se marauillar quien te conoce. pero esto dexado: dime, por dios, con que vienes. dime si tenemos hijo o hija? que desde que dio la vna te espero aqui: e no he sentido mejor senal que tu tardanza. CEL.—hijo, essa regla de bouos no es siempre cierta: que otra hora me pudiera mas tardar e dexar alla las narizes: e otras dos, e narizes e lengua. e assi que mientra mas tardasse, mas caro me costasse. SEMP.—por amor mio, madre, no passes de aqui sin me lo contar. CEL.—Sempronio amigo, ni yo me podria parar, ni el lugar es aparejado. vete comigo delante Calisto, oyras marauillas: que sera desflorar mi embaxada comunicandola con muchos; de mi boca quiero que sepa lo que se ha hecho: que avnque ayas de hauer alguna partezilla del prouecho: quiero yo todas las gracias del trabajo. SEMP.—partezilla, Celestina? mal me parece eso que dizes. CEL.—calla, loquillo: que parte o partezilla, quanto tu quisieres te dare. Todo lo mio es tuyo: gozemonos e aprouechemonos: que sobre el partir nunca reniremos. Y tambien sabes tu quanta mas necessidad tienen los viejos que los mozos: mayormente tu que vas a mesa puesta. SEMP.—otras cosas he menester mas de comer. CEL.—que, hijo? vna dozena de agujetas: e vn torce para el bonete: e vn arco para andarte de casa en casa tirando a paxaros: e aojando paxaras a las ventanas. "Mochachas digo bouo: de las que no saben bolar: que bien me entiendes que no ay mejor alcahuete para ellas que vn arco que se puede entrar cada vno hecho moxtrenco: como dizen en achaque de trama. &c." Mas ay, Sempronio, de quien tiene de mantener honrra: e se va haziendo vieja como yo. SEMP.—o lisonjera vieja. o vieja llena de mal. o cobdiciosa e auarienta garganta: tambien quiere a mi enganar como a mi amo, por ser rica: pues mala medra tiene: no le arriendo la ganancia: que quien con modo torpe sube en lo alto: mas presto cae que sube. o que mala cosa es de conocer el hombre: bien dizen que ninguna mercaduria ni animal es tan dificil. mala vieja falsa es esta: el diablo me metio con ella. mas seguro me fuera huyr desta venenosa biuora que tomalla: mia fue la culpa. pero gane harto: que por bien o mal no negara la promessa. CEL.—que dizes, Sempronio? con quien hablas? vienesme royendo las haldas: porque no aguijas? SEMP.—lo que vengo diziendo, madre mia, es: que no me marauillo que seas mudable: que sigues el camino de las muchas. Dicho me auias que diferirias este negocio: agora vas sin seso por dezir a Calisto quanto passa: no sabes que aquello es en algo tenido: que es por tiempo deseado? e que cada dia que el penase era doblarnos el prouecho? CEL.—el proposito muda el sabio: el nescio perseuera. a nueuo negocio, nueuo consejo se requiere. No pense yo, hijo Sempronio, que assi me respondiera mi buena fortuna: de los discretos mensajeros es fazer lo que el tiempo quiere: assi que la qualidad de lo fecho no puede encubrir tiempo dissimulado. e mas que yo se que tu amo, segun lo que del senti, es liberal: e algo antojadizo: mas dara en vn dia de buenas nueuas: que en ciento que ande penando: e yo yendo e viniendo: que los acelerados e supitos plazeres crian alteracion: la mucha alteracion estorua el deliberar: pues, en que podra parar el bien sino en bien: e el alto mensaje sino en luengas albricias: calla, bouo: dexa fazer a tu vieja. SEMP.—pues dime lo que passo con aquella gentil donzella: dime alguna palabra de su boca: que, por dios, assi peno por sabella, como mi amo penaria. CEL.—calla, loco: alterasete la complesion. yo lo veo en ti, que querrias mas estar al sabor que al olor deste negocio: andemos presto: que estara loco tu amo con mi mucha tardanza. SEMP.—e avn sin ella se lo esta. PARM.—senor, senor. CAL.—que quieres, loco? PARM.—a Sempronio e a Celestina veo venir cerca de casa: haziendo paradillas de rato en rato "e quando estan quedos: hazen rayas en el suelo con el espada: no se que sea". CAL.—o desuariado, negligente: veslos venir, no puedes decir corriendo a abrir la puerta? o alto dios. o soberana deydad: con que vienen? que nueuas traen? que tanta ha sido su tardanza: que ya mas esperaua su venida: que el fin de mi remedio. o mis tristes oydos,


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