¿Qué estabas esperando?. Paul David Tripp

¿Qué estabas esperando? - Paul David  Tripp


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solo con necesidad de sabiduría; necesitamos también rescate, y la cosa de la que necesitamos ser rescatados es de nosotros mismos. Nuestro problema fundamental no es la ignorancia de lo que es justo. Nuestro problema es el egoísmo del corazón que nos hace preocuparnos más de lo que queremos que de lo que es correcto. Las leyes, principios y perspectivas de la Escritura proveen el mejor estándar que nuestro matrimonio jamás podría encontrar. Ellos revelan nuestros errores y fallas, pero no tienen ninguna capacidad de librarnos de éstos. Para eso necesitamos la gracia diaria que solo Jesús puede darnos.

      Así que, no tenemos simplemente que exigir el uno al otro que viva según los elevados estándares de la palabra de Dios; tenemos también que ofrecer día a día la misma gracia que se nos ha dado para ser instrumentos de gracia en la vida de nuestro cónyuge. Nuestra confianza no está en la habilidad que tengamos de guardar la ley de Dios, sino en la gracia vivificadora y transformadora de quien nos atraído a sí mismo y tiene el poder de atraernos el uno al otro. Cuando vivimos con esta confianza miramos las inconveniencias del matrimonio no tanto como molestias que hay que soportar, sino como oportunidades para entrar en una experiencia más profunda de la gracia libertadora, transformadora, perdonadora y capacitadora del que murió por nosotros y siempre estará con nosotros.

      Tres mentalidades–cada una un bloque esencial para edificar un estilo de vida de reconciliación y que requieren la honestidad de una humildad personal y nos motivan a reconciliarnos entre nosotros y con Dios una y otra vez.

      EL COMPROMISO DIARIO DE UN ESTILO DE VIDA

       DE RECONCILIACIÓN

      Ustedes pueden tener un matrimonio que sea mutuamente satisfactorio y a la vez honre a Dios. Ustedes pueden en realidad. Aceptando lo que ustedes son, descansando en quién es Dios y viviendo como Él los llama a vivir, producirán una cosecha mucho mejor que los pequeños sueños que ustedes pueden producir de sí mismos.

      Aquí están los compromisos diarios que se convierten en los hábitos diarios de la clase de matrimonio que el diseño de Dios se propuso y que su gracia puede hacer posible:

      1) Nos entregaremos a un estilo de vida de confesión y perdón.

      Diremos la verdad y trataremos honestamente con nuestros pecados, debilidades y errores. Hay una sola manera para que un matrimonio crezca, cambie y sea como Dios lo ha diseñado y lo ha capacitado para ser. ¿Cuál es esta manera? La confesión y el perdón. Es solo cuando nos comprometemos a un patrón diario de confesión, unido a la voluntad de perdonar rápida y completamente, que un matrimonio puede exceder nuestras limitadas expectativas.

      Es necesario que estas dos cosas siempre estén juntas. Los patrones regulares de perdón nos dan el coraje para continuar confesando, y los patrones regulares de confesión nos permiten experimentar el gozo de la restauración que brinda el perdón. ¿Por qué eso es tan difícil para nosotros? ¿Por qué esto no es un patrón regular en cada matrimonio? ¿Cómo luce esto realmente en el acaecer de la vida diaria?

      2) Haremos del crecimiento y el cambio nuestra agenda diaria.

      Arrancaremos la mala hierba. Se pensaría que la insatisfacción es el enemigo del matrimonio, pero de hecho, lo contrario es la verdad. Como pecadores, tenemos la perversa habilidad de sentirnos demasiado fácilmente satisfechos. Solemos estar dispuestos a vivir con cosas secundarias que están trágicamente por debajo del sabio y maravilloso plan de Dios. Tendemos a conformarnos con la apatía marital en lugar de luchar por el verdadero amor. Tendemos a satisfacernos con una amargura y decepción de bajo nivel en lugar de esforzarnos por un patrón de confesión y perdón verdaderos. Nos conformaremos con una relación en la que todo es negociación de derechos en lugar de amor a la entrega y el servicio.

      ¿Cómo luce comprometerse a un cambio cotidiano? ¿Cómo identificas tú las malas hierbas del error que deben ser desarraigadas? ¿Cómo sabes con seguridad lo que debes plantar en su lugar? ¿Qué puedes hacer para convertir la insatisfacción en algo bueno, algo que más bien profundice tu amor y la calidad funcional de tu matrimonio? ¿Cómo evitas quedarte estancado en patrones que se alejan del plan de Dios y fracasan en apoyarse en los recursos de la gracia de Dios?

      3) Trabajaremos unidos para edificar un vínculo robusto de confianza.

      Confiando y encomendando, edificaremos un fundamento firme. Simplemente no podemos tener un matrimonio saludable, que honre a Dios, y sea mutuamente satisfactorio sin confianza. En un mundo caído, la confianza es la loza fina de una relación. Es hermoso cuando está allí, pero es seguramente dedicado y quebradizo. Cuando la confianza se rompe, puede ser muy duro restaurarla. Es la confianza lo que permite a un esposo y su esposa enfrentar todas las amenazas internas y externas a su unidad, amor y entendimiento. Es la confianza lo que permite a las parejas lidiar con las diferencias y el desánimo que cada matrimonio enfrenta. Es la confianza lo que permite a las parejas hablar con honestidad y esperanza acerca de las cosas más personales y difíciles.

      Hay dos lados respecto a la confianza. Primero, tienes que hacer todo lo que puedas para probar que eres confiable. Segundo, tienes que tomar la decisión de entregarte con confianza al cuidado de tu cónyuge. ¿Cómo luce cultivar un matrimonio donde la confianza prospera? ¿Cómo luce edificar la confianza cuando ha sido fragmentada? ¿Cuáles son las características de una relación donde la confianza es el adhesivo?

      4) Nos comprometeremos a cultivar una relación de amor.

      Encarnaremos el amor de Cristo. Yo me siento en el balcón de mi iglesia cada domingo en la mañana, veo hacia abajo a la multitud y me pregunto cuántas de las parejas están viviendo en matrimonios sin amor. Puede que esto te choque, pero estoy convencido que hay muchos matrimonios vacíos de un verdadero amor. Acaso hay algún respeto y aprecio, y sí, las parejas pueden haber aprendido como evitar las batallas diarias. Puede ser que disfruten hacer cosas juntos de vez en cuando, pero los sacrificios prácticos y personales que definen el amor simplemente no están allí.

      Estas parejas no responden el uno al otro con misericordia y gracia ante las debilidades y errores. No están dispuestas a sacrificar sus agendas y su comodidad por el bien del otro; no buscan maneras de ayudarse y motivarse; no se apresuran ni se ayudan el uno al otro a llevar las cargas de la vida en este mundo caído. ¿Cómo luce el verdadero amor en el matrimonio? ¿Cuáles son los sacrificios diarios que hace el amor? ¿Qué significa responder a tu cónyuge con misericordia? ¿Qué significa de manera práctica estar dispuesto a dar tu vida por la otra persona? ¿Cuáles son las características de un matrimonio amoroso?

      5) Negociaremos nuestras diferencias con aprecio y gracia.

      Celebrando al Creador, manejaremos nuestras diferencias con esperanza. Dios coloca los lirios junto a las rocas. Coloca los árboles junto a los ríos. Hace que el sol brille después de una noche oscura. Hace los músculos de un león y las delicadas alas de un colibrí. Una de las maneras en que Dios establece la belleza es poniendo cosas que son diferentes una junto a la otra. ¿No es esto exactamente lo que Dios hace en el matrimonio? El pone personas muy diferentes una al lado de la otra. Es así como Él establece la belleza de un matrimonio. La luna no sería tan impactante si estuviese suspendida en un cielo blanco; de la misma manera, la impactante belleza de un matrimonio puede verse cuando dos personas muy diferentes aprenden a celebrar y beneficiarse de sus diferencias y a proteger sus debilidades cubriéndose con las fortalezas del otro.

      6) Trabajaremos para proteger nuestro matrimonio.

      Vigilando y orando, trabajaremos para proteger nuestra relación. Pocas cosas son tan peligrosas en un matrimonio como el sentimiento de “haber arribado”. Cuando una pareja pierde un sentido sano de necesidad, los patrones de apatía y desconsideración crecen. La pareja ya no camina con el sentido de la enormidad de la tarea que ha asumido; ya no viven con la actitud compartida de su necesidad de la ayuda y la protección de Dios; dejan de estar atentos a las dificultades potenciales que pueden amenazar su unión. Su matrimonio ya no es protegido por la oración humilde.

      Cada matrimonio requiere la intervención divina y la sabiduría divina. Cada pareja será llevada más allá de los límites de su carácter. Cada pareja necesitará fuerzas más allá de las que tienen. Ningún esposo y esposa pueden hacer lo fueron diseñados


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