La Inteligencia del Amor. Jorge Lomar

La Inteligencia del Amor - Jorge Lomar


Скачать книгу
antenas de los atentos peregrinos del salto que ya han aprendido a contemplar.

      Y por último, si tuviera que sintetizar en una sola idea, la visión de esta inteligencia que el lector se dispone a abordar, tan solo diría desde el seno de un amplio silencio que:

      Comenzamos el camino con el amor que tenemos, y llegaremos con el amor que somos.

      JOSÉ MARÍA DORIA

      Aquí se indica un camino o un modo de ver de entre los miles que existen. Todos ellos sirven adecuadamente para las mentes a las que son útiles durante algún tiempo. Este libro pretende ser útil durante algún tiempo, produciendo algo de claridad en ti.

      El propósito final es comunicar. Esto significa para mí compartirme. Al compartirme, me expreso y aplico energía a las luces que yo veo como la Inteligencia del Amor en mí.

      Estas luces surgen de mi comprensión, mi experiencia vital y de mi esencia. Por esta causa, el libro se divide en tres partes: conocimiento, experiencia y ser. No hace falta que se lean linealmente, pero tal vez sea más cómodo hacerlo así. No son fases evolutivas, ni cronológicas en ninguna línea de tiempo. No son grados de nada, solo son aspectos distintos del mensaje que expongo.

      El subtítulo del libro «Un viaje del miedo al Amor» hace re- ferencia a cierto tipo de viaje de la conciencia que se puede elegir libremente y que aquí intento facilitar para quien guste elegirlo. Paralelamente al trascurso de este viaje, el lenguaje del libro va transformándose. En el comienzo es más cercano a la realidad sensorial, las referencias a lo externo son más habituales. Según va avanzando, se va haciendo menos materialista y profundiza más en lo puramente mental. Indagamos en los programas que mayormente están a cargo de nuestra mente. Finalmente, pierdo casi el compromiso con lo causal y lo argumentativo, acercándome a la expresión más íntima de lo que, al nivel más esencial, puedo compartir. He intentado que esta evolución del lenguaje haya fluido paulatinamente, de modo que resulte accesible habituarte a mis modos de explicarme. Reconozco que he elegido un tema profundo e íntimo. Por ello sé perfectamente que este no es un libro para todo el mundo. Está especialmente dedicado a los buscadores de la Verdad.

      No pretendo haber alcanzado la Verdad absoluta. Esa es inexplicable y no cabe en ningún libro. Ella nos espera a cada uno de nosotros en la eternidad mientras nosotros nos vemos comprometidos en atravesar el tiempo. En el tiempo lo absoluto solo se intuye. Por ello, en este libro nada debe de ser entendido como la Verdad, sino como meras intuiciones de un observador.

      Las personas que nos dedicamos a comunicar debemos recor- dar siempre cómo ha cambiado nuestro modo de ver desde que comenzamos a mirar al mundo por dentro. Todos tenemos acceso a la verdad, está dentro de nosotros y en ningún otro sitio. Pero el modo de llegar a ella es diverso y subjetivo, como todo lo relativo a la percepción.

      Como cuenta una vieja metáfora, los comunicadores somos vendedores de agua en la orilla de un río. El que bebe directamente del río no necesita que nadie le venda un vaso de agua, aunque esté recogida del mismísimo río. Le basta agacharse un poco para beber.

      Este libro toca los temas más sutiles, pero pretende ser comprensible y clarificador. Por ello, se redunda en una serie de claves, se asocian a distintos temas y se miran las conclusiones desde distintos ángulos.

      He intercalado recuadros entre el texto, a modo de grandes paréntesis. Algunos de ellos son breves artículos en los que me centro en temas específicos, en otras ocasiones son prácticas o breves autoexploraciones. En algunos casos son simplemente anécdotas que he querido anotar.

      Hablando de temas tan sutiles como de la Inteligencia o el Amor, he decidido incorporar un sencillo glosario de las palabras que más confusión suelen despertar. Está en el apéndice «Terminología». En este apartado incluyo también un recuadro donde distingo lo espiritual de lo mental. En general, trataré siempre con inicial mayúscula lo relativo a lo espiritual o a lo eterno.

      En ocasiones he separado ciertas frases, de modo que te puedan resultar útiles por si solas, ya sea como recordatorios sencillos o como contemplación. Todas ellas están reunidas al final del texto, en el apéndice «Citas para meditar».

      El Amor está más allá de la mente. Sin embargo, una mente capaz de ponerse a su servicio está potencialmente disponible en cada uno de nosotros. Este libro habla de este potencial. Intento ser lo más clarificador posible al respecto. Mi función es facilitar.

      Lo habitual es vernos limitados y definidos por nuestra piel. La piel es la frontera entre lo que somos y lo que está fuera. Ella nos protege y defiende del exterior. Ella limita nuestro ser.

      Bajo este sistema de pensamiento nos identificamos con una forma material mortal, el cuerpo, y por tanto nos acompaña el miedo a la muerte en cada deseo, cada pensamiento, en cada acción y en cada palabra.

      Desde Descartes [pienso luego existo] y posteriormente, con la consideración de la psicología como ciencia, hemos ampliado el concepto de nuestro ser como algo más que un pedazo de carne. Una nueva parte de nuestro yo que no es palpable y totalmente subjetiva, por tanto difícilmente experimentable con criterios tradicionalmente científicos: la mente.

      El pensamiento está reconocido. Aunque no se pueda ver, nadie niega su existencia, pues ¡todos pensamos! Es una experiencia subjetiva pero compartida. Doy por hecho que la persona que hay delante piensa, al comprobar cotidianamente que yo pienso e inferir del comportamiento de mi semejante, que él también piensa. Por eso, aunque no es posible demostrar que piensas, todos creemos pensar. Más complicado sería ponernos de acuerdo en explicar en qué consiste aquello de pensar.

      Últimamente, en parte gracias a la amplia difusión de los trabajos de Goleman sobre Inteligencia Emocional, se acepta que hay una importante parte de nuestra mente que tiene un carácter emocional y resulta fundamental conocerla para mejorar nuestra experiencia vital. La psicología ahora nos enseña que la emoción y la mente no es algo separado, y que las emociones no son obstáculos o estorbos del limpio raciocinio, sino verdaderas herramientas de experimentación cuya comprensión es definitiva. Actualmente se empieza a reconocer el mundo emocional más como una herramienta intuitiva que como un problema a evitar.

      Aún así, la psicología convencional no va mucho más allá de entender la mente como un subproducto del cerebro. Según la visión actual de la psicología académica —y en general de la ciencia médica—, los pensamientos surgen del cerebro o son creados allí. La predominancia sigue estando en la materia, en el cuerpo, ya que el cerebro forma parte del cuerpo.

      Posteriormente, los psicólogos humanistas, transpersonales e integrativos dan un paso más allá y entran a considerar ampliamente otra zona de nuestro ser aún más alejada de la percepción científica: la conciencia, el alma y el espíritu. Normalmente se considera una parte de nosotros que trasciende la existencia física, el pensamiento y la emoción. Evidentemente, estas corrientes psicológicas no son tenidas en cuenta por la corriente principal del pensamiento, que prefiere interpretar nuestra existencia dentro de los límites materiales.

      El alma ha sido un tema tradicionalmente ignorado por la ciencia, relegando a la humanidad a una definición en términos observables y repetibles. Lo observable y repetible tiene poco que ver con lo espiritual, que solo se experimenta por uno mismo, de maneras inobservables, irrepetibles, a veces sutiles e íntimamente milagrosas. Pero sobre todo, de un modo inexplicable. La mente no alcanza a la experiencia espiritual. Es como si hubiera una brecha dimensional entre ambas.

      Muchas personas se van adaptando a las nuevas y modernas ideas de la psicología, la física y la psiconeuroinmunología. Algunas empiezan a reconocer que somos algo más grande que nuestros cuerpos, pensamientos y emociones. Normalmente, las personas que siguen de cerca los avances de la ciencia perdieron de vista el estudio de la antigua sabiduría influenciados por las premisas científicas. En casos muy contados, ambas fuentes de conocimiento comienzan tímidamente a dar señales de su convergencia,


Скачать книгу