Relatos sociológicos y sociedad. Claudio Ramos Zincke

Relatos sociológicos y sociedad - Claudio Ramos Zincke


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Lenin aparecerá reiteradamente en su obra en estos años, en dos sentidos principales. Primero, en cuanto analista político, que puede servir de orientación para las interpretaciones de coyuntura, un Lenin práctico antes que de principios teóricos generales y a-históricos. Segundo, el Lenin de una particular interpretación, que lo muestra sosteniendo la concepción, como principio general, del Estado como mero instrumento de dominación. Esta interpretación, de un Lenin estalinizado, será reiteradamente criticada por Moulian en lo que escribe entre el golpe y mediados de los años 1980.

      En cuanto a analistas de la realidad nacional, quienes más lo influyeron, según su propio juicio, fueron “los ensayistas del diagnóstico: Aníbal Pinto, Julio César Jobet y Jorge Ahumada”. Pinto, con su libro Chile: un caso de desarrollo frustrado, de 1959; Ahumada, con En vez de la miseria, que en 1958 hace una crítica al desarrollo capitalista chileno. Los reconoce como autores importantes, ambos sin encasillamientos teóricos.

      Una influencia no expresada en libros específicos, sino de carácter más bien atmosférico, fue la revolución cubana. Moulian lo ve como otro foco de enseñanza. Era tema de prensa, de artículos de revistas, de conversaciones. Además, Ambrosio y Harnecker, en su condición de dirigentes políticos de la juventud demócrata cristiana tuvieron la oportunidad de viajar a Cuba. Aparecía como una experiencia inspiradora. Representaba la posibilidad de transformación revolucionaria en el propio continente americano, por la vía violenta. Era un modelo que no se apartará de las discusiones hasta el golpe militar, luego de lo cual se irá extinguiendo.

      Un interlocutor reiterado de Moulian, durante esta década y la siguiente, es su amigo Manuel Antonio Garretón. Este había trabajado primero como ayudante de investigación en Desal, llevado por Vekemans, entre 1963 y 1964. Será, luego, uno de los actores destacados del movimiento de reforma de la universidad. En 1966 es nombrado profesor de la Escuela de Sociología de la Universidad Católica. En 1967, Garretón emprende viaje a París para hacer estudios de doctorado en sociología en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, donde estará tres años, aunque no obtendrá el grado; no había mayor preocupación al respecto: no obtener la certificación formal del grado en esos tiempos no desvelaba a nadie. Allá compartirá las influencias teóricas canalizadas por la vía de Marta Harnecker, pero también recibirá la influencia, que para él será muy significativa en su trayectoria, de Alain Touraine. El énfasis de este en el sujeto y la acción social histórica, y en los movimientos sociales, lo apartan del marxismo. Por vía de Garretón, Moulian, a su vez, toma contacto con las ideas de Touraine más allá de los libros. Es una recepción relativa. No será un autor al que Moulian siga. Y con Garretón mantendrá diferencias de enfoque, expresadas en los reiterados debates entre ambos.

      Durante el gobierno de la Unidad Popular, Moulian realiza variadas actividades. Ante la intensa confrontación política junto con otros miembros del partido crearon un diario mural, El Alerta, del cual Moulian fue director. Era un diario que se pegaba todos los días en las murallas, a la salida de fábricas, en universidades y diversos sitios públicos. Un “típico instrumento de agitación y propaganda”, dice Gazmuri29.

      En ese período, además, Moulian asumió como Jefe del Departamento de Libros de Quimantú, la editorial del Estado, quedando a cargo de las obras de ficción. Para ello fue asesorado por Alfonso Calderón, escritor y profesor universitario que años después, en 1998, obtendrá el Premio Nacional de Literatura. Bajo su dirección nacieron las colecciones “Quimantú para todos”, “Nosotros los chilenos” y se publicaron obras de noveles autores, como Walter Garib y Germán Marín30. Aunque su participación solo duró seis meses, le significó involucrarse en un significativo proyecto cultural político de la Unidad Popular, que buscaba el acceso de las clases subordinadas a la cultura (Moulian, 2018: 8).

      En 1971, Moulian se integra al Centro de Estudios de la Realidad Nacional (Ceren), en donde permanecerá hasta que es disuelto como resultado del golpe militar e intervención de la universidad, en 1973. El Ceren es un centro interdisciplinario de la Universidad Católica creado en 1968 como producto de la reforma universitaria. Su fin era contribuir al estudio y reflexión crítica sobre la sociedad chilena y latinoamericana a través de un trabajo interdisciplinario. Esto incluía labores de investigación y docencia para los alumnos de toda la universidad. Junto con Moulian participan, entre otros, Franz Hinkelammert, Norbert Lechner, Armand Mattelart, Andrés Pascal Allende, José Joaquín Brunner, Juan Enrique Vega, Kalki Glauser, Ariel Dorfman, Rafael Echeverría y Pilar Vergara. Su dirección es encomendada, en un primer período, a Jacques Chonchol, y luego, cuando a fines de 1970 Allende lo designa ministro de Agricultura, el rector Fernando Castillo nombra en su lugar a Manuel Antonio Garretón, quien a principios de ese año había llegado de Francia. Mientras Garretón está en el cargo es nombrado, además, presidente del Centro Académico Progresista de la universidad. Las facetas académicas y políticas están fuerte y manifiestamente entrelazadas en este centro.

      El Ceren contaba con pleno apoyo del rector, Fernando Castillo, para su desarrollo, ya que respondía a la misión de la universidad reformada que él encabezaba. Por su parte, la universidad contaba con el respaldo del gobierno31. Eso lleva a que en 1973 llegue a tener más de 20 profesores de tiempo completo y otros tantos de tiempo parcial, cumpla con una activa agenda de cursos y seminarios, y saque una revista, Cuadernos de la Realidad Nacional, que congregará una gran parte de las publicaciones de ciencias sociales más destacadas del período en los 17 números que alcanzaron a publicar32.

      Con el golpe militar la intensa actividad del Ceren llega a un abrupto fin. Junto con muchos otros profesores comprometidos políticamente, el trabajo académico de Moulian en la universidad se corta en ese momento. Su lugar de trabajo, desde el año siguiente será la Flacso, donde permanecerá por veinte años, hasta 1994, siendo este un período de significativo trabajo académico, muy decisivo en su obra.

      La Flacso es un organismo internacional creado en 1957, como iniciativa de la Unesco y en convenio con gobiernos de América Latina, con el objetivo principal de promover las ciencias sociales en la región. En Santiago se funda la primera sede y será la única hasta 1973. En 1957 se creó también, como parte de Flacso, la Escuela Latinoamericana de Sociología, iniciando la formación en esta disciplina en el país y siendo seguida en los dos años posteriores por la Universidad de Chile y la Universidad Católica. Esta escuela, con una fuerte orientación hacia la sociología del desarrollo y buscando abordar la problemática social de la región, formará a las primeras generaciones de sociólogos de América Latina. Entre sus alumnos más destacados se cuentan a Enzo Faletto (primera promoción), Hugo Zemelman, Manuel Mora y Araujo, Rubén Kaztman, Edelberto Torres Rivas (Franco, 2007). En 1966 se agrega una Escuela Latinoamericana de Ciencia Política. Poco antes del golpe, se había intentado articular el trabajo de investigación en el centro y en 1971 se había creado el Instituto Coordinador de Investigaciones Sociales (ICIS), pero, por diferencias internas, cuando llega 1973 la iniciativa no había rendido frutos. Con el golpe militar se suspenden las clases, se desbandan sus estudiantes, y se reducen las actividades, incluyendo el término del ICIS. Como organismo internacional, la Flacso gozaba de privilegios que protegían a sus integrantes, sin embargo, el gobierno de Pinochet vigilará sus publicaciones y desahuciará el convenio en 1978, reduciendo así su protección y financiamiento.

      La salida de personal internacional de la Flacso, ante las nuevas condiciones, produce un recambio en su composición. Los integrantes de la época reconocen el carácter político que tuvo la selección de nuevos integrantes, especialmente la coloración mapucista que ella tuvo. El secretario general de la Flacso en 1973 era Ricardo Lagos, y entre los nuevos integrantes que se incorporan están, entre otros, Tomás Moulian (1974), Manuel Antonio Garretón (1975), José Joaquín Brunner (1976), Augusto Varas, Jorge Chateau, Carlos Catalán, todos militantes MAPU provenientes de la Universidad Católica. Algunos de los miembros de la Flacso caracterizan esto como una especie de “captura de la Flacso” por el MAPU. Esto fue experimentado así particularmente en un primer período. No obstante, conviven con otro grupo significativo, que es socialista y no de la Universidad Católica, en el cual se encuentran Enzo Faletto, Ángel Flisfisch, Julieta Kirkwood y Rodrigo Baño. Otro distinguido integrante será Norbert Lechner, que se


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