Trayectorias históricas de la enfermería. Deibys Carrasquilla Baza
a la comprensión de la formación social y cultural del país y, por ende, las pistas para comprender las dinámicas históricas del cuidado enfermero. En estas regiones, las dinámicas poblaciones fueron distintas, marcadas por los hechos históricos originados desde la era precolombina y la colonización, pero que tuvieron a las características geográficas y los procesos económicos como factores determinantes. El primero, por ejemplo, a partir de la diferencia geográfica marcada por la cordillera de los Andes, ríos como el Magdalena, Amazonas y Cauca, así como el mar Caribe y el Océano Pacífico contribuyeron en la consolidación de las regiones.
En el caso de la región norte, conocida como la región del Caribe colombiano, la ubicación cercana al mar Caribe, el río Magdalena y la Sierra Nevada de Santa Marta fue el determinante geográfico que influyó en su conformación. Los estudios arqueológicos la denominaron como parte del área intermedia, una especie de zona de paso, donde los cambios de clima (épocas de sequía y lluvia) no facilitaron la consolidación de una gran nación, pero permitieron que pequeñas poblaciones se desarrollaran a partir de la variedad de productos que le ofrecía la montaña, el mar, los ríos y las ciénagas. Sin embargo, en el período precolombino, alcanzaron a consolidarse poblaciones con un nivel de desarrollo considerable, como lo evidencian la intervención realizada al medio ambiente por parte de los zenúes y taironas, a través del sistema hidráulico y sistema de terrazas, respectivamente, así como el desarrollo de su alfarería y orfebrería, entre otros.
Por su parte, durante el proceso de colonización, la región Caribe fue la entrada de europeos colonizadores, lo que permitió la fundación de las primeras ciudades de tradición hispana en el país, como lo fueron Santa Marta (1525) y Cartagena (1533), desde las cuales, salieron las excursiones y planes de conquista del resto del continente. En este proceso, se dio inicio al exterminio de una cantidad considerable de la población nativa, así como la llegada de europeos y africanos traídos a la fuerza y obligados a trabajar como esclavos. De esta manera, los indígenas sobrevivientes, que habían huido a zonas alejadas como desiertos, montañas, pantanos y ribera de los ríos, como estrategia de supervivencia, poco a poco se fueron mezclando e incorporando a la población general, lo que desarrolló un proceso de transculturación complejo donde resulta difícil establecer las herencias en el marco cultural tan heterogéneo como el que se instauró a partir de la colonización. En ese sentido, la región conservó elementos tradicionales de las comunidades indígenas sobrevivientes, así como de poblaciones afrodescendientes fugadas y que vivieron al margen de la esclavitud, además del producto mezclado y las tradiciones europeas heredadas, constituyendo una confluencia compleja y diversa de experiencias humanas que han hecho parte del contexto en el que se ha desarrollado la historia del cuidado enfermero en el país.
En términos de la concepción tradicional de la historia de la enfermería, Velandia ha caracterizado su desarrollo a partir de etapas y tendencias. En la descripción que realiza, presenta el panorama enfermero a partir del contexto general de la situación de la salud, la educación, la mujer y la enfermería en sí misma, según cada período delimitado. Cada uno de estos elementos es vital para comprender cómo ha sido el desarrollo de la profesión, incluyendo la evolución del papel de la mujer en la sociedad. En ese sentido, el primer período, 1900-1934, dio lugar al nacimiento de la enfermería en el país (como profesión) desde experiencias que, como efecto colateral del pasado, han sido contadas a partir de un ambiente confuso que ha dificultado su construcción, pero que tiene dos iniciativas como protagonistas. Una de ellas es la Escuela de Enfermería del Hospital de Santa Clara en Cartagena y la segunda, la escuela de enfermeras y comadronas de la Universidad Nacional de Colombia ( Velandia, 1995; Serrano, 2012; Velandia, 2014).
Sin embargo, tanto el período como la afirmación que ubica a estas escuelas como parte del “origen” de la enfermería es susceptible de críticas, por la ruptura forzosa que presenta de los procesos históricos del cuidado que se venía realizando desde la labor de instituciones religiosas (Castro, 2011) y su aislamiento de la dinámica social alrededor de la salud, donde resultaba difícil aislarla de la medicina. Se puede considerar como parte del efecto metodológico que produjo al delimitar la temática y la necesidad de resaltar la génesis de una profesión de mayoría femenina, generalmente subordinada a la labor que, como la medicina, goza del estatus, reconocimiento social y tiene mucho peso en los estudios históricos.
En otras palabras, existe la necesidad de trascender la idea del “origen” de la profesión de la enfermería en Colombia, planteando en su lugar, una transición importante en el desarrollo histórico del cuidado enfermero colombiano. Esta transición muestra la conexión o continuidad de las prácticas sociales, la mayoría de ellas de índole religiosa, así como la manera en que se encontraba estrechamente vinculado con los aspectos médicos o de la salud. Todo esto dio lugar a un proceso paulatino en el que la enfermería se fue constituyendo en un área de conocimiento y, por lo tanto, los primeros pasos de un desarrollo disciplinar fundamentado en el cuidado del ser humano.
De igual forma, la transición mencionada, así como el proceso de inicio de la disciplina, tuvo en las experiencias de Cartagena y la Universidad Nacional de Colombia episodios importantes para la constitución de la profesión. De las dos iniciativas mencionadas, la experiencia de la Universidad Nacional de Colombia ha sido la más estudiada, y, más tarde se analizaron diferentes iniciativas de cursos y procesos educativos relacionados con la enfermería en diferentes ciudades del país, muchos de los cuales se tornaron difusos en el nebuloso panorama del pasado. De igual forma, el período estuvo marcado por lentos avances en el ámbito educativo y por amplias limitaciones en los derechos y reconocimientos de las mujeres.
La experiencia de la Universidad Nacional de Colombia ha sido la que mayor documentación histórica precisa, lo que la posiciona como la principal práctica educativa de enfermería en el país. Cuatro períodos han marcado su desarrollo, a partir de la Escuela de comadronas y enfermeras (1920-1937), la Escuela Nacional de Enfermeras (1937-1944), la Escuela Nacional Superior de Enfermeras (1944-1957) y la Facultad de Enfermería (1957-), de las cuales se detallan algunos aspectos de su desarrollo histórico (Serrano, 2012; Gómez,1991; Gómez, 1992).
La etapa 1935-1954, sostiene Velandia (1995; 2014), estuvo marcada por las experiencias educativas anteriores, de las cuales se desarrollaron una enfermería clínica y otra social. De igual forma, se desplegaron una serie de hechos que afectaron el mundo de la salud, muchos de las cuales estuvieron relacionados con la modernización del Estado colombiano y la influencia de factores externos como la Segunda Guerra Mundial y la política exterior estadounidense. La educación en el país sufrió cambios, entre ellos los relacionados con la educación femenina y la consolidación de la labor docente, la cual, tuvo repercusiones en el desarrollo de la enfermería.
La etapa 1955-1974 dio continuidad a los cambios políticos y sociales, en este caso, a partir del gobierno del general Rojas Pinilla, sobre todo por las medidas adoptadas en el ámbito educativo y de la salud. Se dio un aumento de la participación de la mujer en los servicios de salud, en su mayoría como auxiliares o ayudantes de enfermería y en menor proporción como jefes o supervisoras de servicio, así como actividades de orden administrativo (Velandia, 2014). Según Velandia (1995), durante esta etapa, se dieron los primeros productos de desarrollo científico de la profesión, como creación de licenciaturas, primeros posgrados, organizaciones como la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, Anec (primero en Bogotá en 1959, luego en el país en 1969), creación de la Asociación de Facultades de Enfermería (Acofaen) en 1968 y participación en Congresos internacionales.
La etapa 1975-1994 continuó con las tendencias de la etapa anterior tanto en el ámbito de la salud, como de la educación. Marcada por los cambios y la modernización de las instituciones del Estado, así como la generación de nuevos programas que influirían en el desarrollo de la enfermería. Esta etapa culminó en los inicios de los años noventa, con la aparición de la Ley 100 de 1993, la cual, abriría el camino al fortalecimiento del sector privado en la prestación de los servicios de salud. Frente a los avances científicos y los productos del quehacer educativo, a partir de los años ochenta empezaron a consolidarse las publicaciones periódicas de revistas científicas y eventos nacionales e internacionales. Entre las pioneras estuvieron la revista Avances en Enfermería de la Universidad Nacional (1982) y la revista Investigación y Educación