Trayectorias históricas de la enfermería. Deibys Carrasquilla Baza

Trayectorias históricas de la enfermería - Deibys Carrasquilla Baza


Скачать книгу
Sin embargo, la linealidad, así como la visión del desarrollo humano desde segmentos de tiempo uniformes, ha sido ampliamente debatido en las ciencias sociales, por su visión unilineal y rígida, que poco puede dar cuenta de variaciones culturales o del entendimiento de los procesos más allá del etnocentrismo occidental. En otras palabras, muchas de las prácticas de un período siguen vigentes en diferentes países en el mundo, a partir de las diversas formas de expresión cultural presentes en el mundo y no necesariamente puede ser visto como un período “superado” por la civilización occidental.

      Tabla 1. Evolución histórica del cuidado enfermero

Etapa doméstica del cuidadoEtapa vocacional del cuidadoEtapa técnicaEtapa profesional
PrehistoriaCivilizaciones antiguasEdad mediaEdad modernaEdad contemporánea

      Fuente: adaptada de Martínez y Chamorro (2011).

      Ana Luisa Velandia (2008) es una de las autoras que más han trabajado el tema de la historia de la enfermería en Colombia y América Latina. En uno de sus trabajos, analiza lo que ella llama la “periodización de la historia de enfermería”. Dicho análisis revela la amplitud de propuestas en lo que se refiere al establecimiento de los períodos, más allá de los mencionados aquí, pero su intención es identificar los enfoques sociológicos, políticos, económicos, religiosos presentes en cada periodización de la historia de la enfermería. Para ello, divide los enfoques externalista (religioso, sociopolítico y antropológico) e internalista (desarrollo teórico, evolución de la práctica y educación).

      Esta distinción está asociada con el título de este aparte, con la intención de problematizar el enfoque con el que se debe asociar la historia de la enfermería. Es decir, ¿debe hacerse la historia de la enfermería (internalista) o ubicar la enfermería en la historia (externalista)? Este trabajo no pretende dar una alternativa a los desarrollos de la historia de la enfermería, pero considera que esta última no puede aislarse de los hechos históricos, ni abandonar la crítica frente al perfil eurocéntrico desde el que ha sido escrita la historia. En ese sentido, debe realizar el esfuerzo por articular lo externo con lo interno, de manera que revele la manera en que lo primero incide y limita el desarrollo de lo segundo. En otras palabras, el desarrollo histórico de la enfermería no puede comprenderse aislada de los factores que la rodean, mucho menos dar solución a sus problemáticas desde una visión en la que ella es centro de todo.

      Este capítulo también se pregunta sobre la inexorable necesidad de los segmentos de tiempo, llámese períodos, fases o etapas. ¿Es posible una historia sin ellas? Si bien son útiles para la identificación de tendencias en determinados momentos de la historia, hay que tener en cuenta que las caracterizaciones que se han hecho son solo avances, como una especie de borradores, porque la historia aún no ha terminado de ser contada. El siglo pasado se obsesionó con el concepto de evolución y se olvidó de la carga ideológica presente en ella, y de su fácil asociación con otras categorías que permitieron la clasificación de las sociedades y sus poblaciones, definiendo unas desarrolladas o avanzadas y otras que vivían en una especie de atraso o “rezago cultural”.

      De acuerdo a lo anterior, parte de la problematización consiste en preguntarse hasta qué punto los periodos o etapas contribuyen con la clasificación del mundo en sociedades avanzadas y atrasadas, dado que, muchas de las características de un período pasado permanecen vigentes en la actualidad para muchas comunidades. De igual forma, puede ser que la carga ideológica de exotismo basado en la idea que representan poblaciones supervivientes del pasado, como piezas de museo, y que, cuando en la práctica la enfermera(o) interactúa con ellos, limita su comprensión en términos de una variación cultural y, por tanto, no es capaz de brindar cuidado basado en la cultura, descarta la validación o negociación e inmediatamente opta por la transformación de sus costumbres.

      Resulta muy difícil demostrar lo anterior, pero es importante considerarlo como parte de una posibilidad hipotética y, por lo tanto, ser muy sensibles en la enseñanza de las etapas, para que no genere sesgos ideológicos que lleven a clasificar a las sociedades en atrasadas y avanzadas, sino que, por el contrario, de la mano de la enfermería transcultural amplifique la comprensión de la heterogeneidad de la humanidad.

      De lo anterior se puede dar ejemplo de la siguiente manera. En la etapa doméstica del cuidado, se hace referencia continua a lo primitivo, al papel de la mujer, a la existencia de la magia y a hechiceros y brujas. Si bien el concepto de primitivo ya no tiene uso frecuente en la actualidad, los demás términos son referencia constante de los estudiantes y las personas como parte de sus representaciones sociales, las cuales recogen mucho del estigma que sobre poblaciones indígenas y afrodescendientes construyó el colonialismo. Además, la descripción que dan los textos son superficiales y difícilmente se aproximan a la complejidad que hay detrás de prácticas como el chamanismo. Lo que hacen, por lo tanto, es facilitar que la figura se esencialice y que desde ella valore las expresiones de las comunidades que viven en el presente.

      Lo anterior exige mayor profundización en los análisis históricos del cuidado enfermero y presentarlos en el marco de un desarrollo más complejo y multilineal, diseñando una matriz más compleja en la cual la historia occidental se presente de manera relativista, paralela a oriente, África, Asia y a las poblaciones amerindias sobrevivientes del holocausto colonial. Esta perspectiva de la historia, contribuiría notablemente en la ampliación de la comprensión del pasado del cuidado enfermero, otorgando una referencia compleja de las poblaciones del presente.

      En la idea de homologar historia del cuidado con historia de la enfermería, es necesario establecer algunas precisiones antes de dibujar un panorama de lo que la constituye. Esta equiparación tiene origen en trabajos como los de Donahue (1996) y, sobre todo, en la tradición anglófona, inspirada en la continuidad que se puede rastrear en la etimología nursing y care, pero no sucede lo mismo en la tradición hispanoparlante y el término enfermería. En ese sentido, enfermería y nursing tiene un origen y proceso cognitivo distinto (Gálvez, 2007) y por lo tanto, en la tradición española donde enfermería se asocia a un lugar donde permanecen los enfermos, no expresa un vínculo directo con el cuidado, en el sentido literal del término, pero si desde prácticas y actitudes comunes.

      Lo anterior quiere decir, que la continuidad cuidado y enfermería no se puede limitar a la etimología de las palabras, pero también que es necesario la perspectiva crítica frente a la manera en que se construye la historia de la enfermería, en este caso, la manera en que se asumieron los textos de Donahue y otras obras de tradición angloparlante (Gálvez, 2007).

      Luego de haber presentado las advertencias sobre las consideraciones y prejuicios que pueden desarrollarse junto a los análisis y descripciones de la historia de la enfermería, resulta necesario hacer un repaso en torno a estos postulados, que permitan ubicar al lector poco experto, en el panorama del desarrollo histórico enfermero.

      Etapa doméstica

      Esta etapa incluye la prehistoria y las civilizaciones antiguas. Su propósito es ubicar los orígenes del cuidado enfermero junto a los de la humanidad, teniendo en cuenta la afirmación repetida en este texto, relacionada con el carácter antropológico del cuidado y, por lo tanto, la manera en que ha estado presente desde los orígenes del ser humano. Sin embargo, la prehistoria es un campo amplio, y si bien han ido despejándose varios interrogantes en torno al pasado humano, todavía existen ciertas hipótesis por demostrar. En esta época, como sostienen tanto Donahue (1996), como Martínez y Chamorro (2011), el pasado de la enfermería se confunde con el de la medicina y aunque estudios derivados de la paleopatología se concentran en la salud humana de la época, sus descubrimientos dan cuenta de estrategias de cuidado y curación que resultaron efectivas, como lo señalan las evidencias óseas.

      Como hipótesis se puede plantear también que el desarrollo de estrategias de cuidado fue paralelo a la evolución del ser humano, pasando de ser un factor instintivo a racional, tornándose más complejo a medida que la configuración humana lo permitía. En ese sentido, el cuidado jugaría un papel importante en los procesos de adaptación y estrategias de selección natural, pero con un papel determinante más amplio a medida que el desarrollo cultural humano fue mayor. El papel de la mujer como cuidadora, la aparición del hechicero y


Скачать книгу