Trayectorias históricas de la enfermería. Deibys Carrasquilla Baza
al andamiaje teórico-conceptual que la sustenta. Para Alligood (2011), la necesidad del desarrollo del conocimiento enfermero fue uno de los objetivos de las enfermeras de la primera mitad del siglo XX, sin embargo, fue hasta la segunda mitad de este siglo cuando se alcanzó un desarrollo significativo. Este conocimiento enfermero, cuyo origen se encuentra en la teoría del entorno de Nightingale, reúne una variedad de modelos, teorías y filosofías que constituyen el sustento epistémico de la enfermería1.
El capítulo que sirve de introducción a los modelos y teorías de enfermería de Alligood y Marriner (2011) es suficiente para realizar una aproximación al desarrollo epistémico de la enfermería y generar una discusión en torno a los logros científicos de la profesión. De cada una de las propuestas allí sintetizadas, se evidencia la manera en que diversos modelos, teorías y conceptos han surgido como parte de la problematización y respuesta a los interrogantes formulados. Claramente se puede observar que la práctica de la enfermería se orienta a los cuidados del ser humano, para lo cual, han emergido una variedad de creaciones que oscilan entre la generalidad y lo especificidad.
El desarrollo conceptual de la enfermería, por tanto, ha situado al cuidado del ser humano como su objeto, ámbito o problema de estudio, como se evidencia con la denominación de ciencia del cuidado. El avance de este conocimiento la ha puesto en contacto con disciplinas afines, que le ha permitido profundizar en la concepción de lo humano, para lo cual, ha propuesto una visión holística para una atención integral. De igual forma, ha reconocido las múltiples facetas o dimensiones de lo humano, teniendo presente la trascendencia de los aspectos emocionales, espirituales, religiosos, sociales y culturales. Todo esto en sintonía con los desarrollos generales del área de la salud, entre ellos el cambio de paradigma del proceso de salud-enfermedad, que ha pasado de la mirada biomédica a la biopsicosocial-espiritual.
En cuanto al cuidado, las definiciones varían ampliamente, pasando de concepciones clínicas o asociadas al área asistencial, a aquellas que lo conciben como parte de la experiencia humana. Para Colliere (2009), cuidar es promover la vida, otros autores lo asumen como una actitud antropológica o una práctica normal y conocimiento vinculados a formas de vida, generalmente relacionados con la satisfacción de necesidades humanas (Mínguez, 2000). Para Jean Watson el cuidado es el ideal de enfermería, un esfuerzo epistémico y una transacción única entre la enfermería y el “otro” (Jeese, 2011; Neil y Watson, 2011). Es también asistir al individuo y comprender su realidad, en la determinación que tiene para él la salud, la enfermedad y la muerte (Malagón-Londoño, Morera y Laverde, 2008).
El cuidado es todo menos un procedimiento. Para el caso colombiano, la Ley 911 de 2004, el cuidado “se da a partir de la comunicación y relación interpersonal humanizada entre el profesional de enfermería y el ser humano, sujeto de cuidado, la familia o grupo social, en las distintas etapas de la vida, situación de salud y del entorno” (Congreso de Colombia, 2004, p. 15). En otras palabras, el cuidado es una relación entre la enfermería y un sujeto que puede presentarse como individuo, familia o comunidad, establecida bajo propósitos fundamentados en el restablecimiento de la salud o acompañamiento durante la enfermedad y muerte. Requiere de la comprensión del sujeto cuidado, atendiendo a sus características culturales, necesidades espirituales y situación emocional, desde una actitud enfermera sustentada en criterios morales, éticos y de los conocimientos propios de la ciencia.
Pese a que la definición del cuidado ofrece elementos tan complejos que no pueden ser reducidos a actividades de fácil verificación, en los últimos años ha empezado a ser frecuente la valoración de la calidad de los cuidados (Perdomo, Romero y González, 2013) y la definición de indicadores de cuidados (Caamaño et al., 2006), partiendo de los resultados del paciente, como de la satisfacción del servicio recibido y la percepción de sus familiares. Para el caso colombiano, estas mediciones se realizan en un peligroso límite, debido a que las condiciones laborales desfavorables, así como la situación del sector salud, difícilmente pueden contribuir a valorar objetivamente el desempeño enfermero, sobre todo cuando en ocasiones se trabaja con los insumos mínimos y el usuario, resentido y molesto por la atención no logra distinguir la labor enfermera, por encima de la atención general prestada, a pesar de que alguna enfermera o auxiliar haya comprado de su cuenta los guantes para poder brindar el servicio.
Un tercer elemento que conforma el conjunto de recursos de la enfermería es su método. Aunque la enfermería dispone de una variedad de recursos, muchos de ellos afines a enfoques, teorías y especialidades, el método científico que la distingue es el proceso de atención de enfermería, PAE. Dicho método es definido como la forma sistemática de brindar cuidados enfermeros, se caracteriza por ser sistemático, dinámico y humanístico. Para Berdayes (2008), no existe consenso internacional para el establecimiento de las etapas, sin embargo, generalmente se reconocen cinco fases que lo distinguen, y orientan la labor enfermera. De acuerdo a esta autora, las fases son las siguientes:
1 Valoración: fase de recolección de la información, realizada con el fin de averiguar las necesidades de salud, problemas de salud, preocupaciones y respuestas humanas del paciente. Los datos se recogen sistemáticamente, por medio de entrevistas, examen físico, datos de laboratorio y otras fuentes.
2 Diagnóstico: análisis e interpretación de datos, con base a los diagnósticos de enfermería, se establece un plan de cuidados.
3 Planificación: fase para desarrollo de estrategias dirigidas a prevenir, minimizar o corregir los problemas identificados en el diagnóstico de enfermería. Esta fase se subdivide en a) establecer un orden de prioridades para los problemas diagnosticados; b) plantea al paciente los objetivos para corregir, minimizar o prevenir los problemas de salud del paciente; c) redactar los protocolos de enfermería que conducirán a alcanzar los objetivos propuestos y d) se deberá hacer una relación ordenada de los diagnósticos de enfermería, objetivos y acciones de enfermería dentro del plan de cuidados.
4 Ejecución: se realizan las actividades para las actuaciones necesarias para alcanzar los objetivos, esto supone informar el plan de cuidados a todos los que participan en él; sirve como directriz el plan de cuidados.
5 Evaluación: donde se determina en qué medida se han alcanzado los objetivos; además la enfermera valora los progresos del paciente, toma medidas correctoras si hace falta y revisa el plan de cuidados. (p 109)
Por último, las taxonomías Nanda, Nic y Noc constituyen una herramienta básica para la planificación y diagnóstico de las actividades de enfermería. Representan un desarrollo importante en términos de la clasificación de los diagnósticos, a partir de los cuales se pueden ejecutar las fases que comprenden el PAE. Sin embargo, el estándar es poco sensible a la heterogeneidad de la población humana, siendo criticado a veces por la dificultad que tiene para aplicarse a contextos diferentes a los que fueron formulados (Cachón, Álvarez-López y Palacios-Ceña, 2012; Román et al., 2005)intervenciones y resultados en los cuidados. Su utilización en diversos medios asistenciales es variada. En el caso de las unidades de cuidados intensivos es preciso estudiar las implicaciones que tiene la integración de este lenguaje en las enfermeras. Describir el significado del lenguaje estandarizado NANDA-NIC-NOC para las enfermeras que trabajan en las Unidades de Cuidados Intensivos madrileñas (UCIM. Se resalta que, los desarrollos de la enfermería no se limitan a los elementos mencionados, si no que se extienden más allá, sobre todo en el campo teórico, la innovación, la tecnología, la enfermería basada en la evidencia (EBE) y otros recursos del ámbito clínico, por lo que aquí se presenta es solo un punto de partida.
La enfermería en la historia y la historia de la enfermería
De acuerdo a lo establecido anteriormente, la enfermería es la disciplina encargada del cuidado de los seres humanos. Como se dijo, el cuidado es una actitud y práctica antropológica, porque hace parte de las acciones de los seres humanos. Esto coloca la trayectoria histórica del cuidado en la misma línea de la historia de la humanidad, y a la enfermería, como profesión, en una referencia temporal de los últimos 150 años. Sin embargo, la literatura sobre el tema toma a ambas como sinónimos, por lo cual, cuando se trata la historia de la enfermería, se incluye una ventana de observación que corresponde a toda la historia de la humanidad (Donahue, 1996; Alligood, 2011; Martínez y Chamorro, 2011).
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