El misterio del tatuaje flotante. MJ Villamancebo

El misterio del tatuaje flotante - MJ Villamancebo


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      -Por Dios..., ¿quién inventaría algo así? -Pregunto Zoe, mientras se desplomaba en el sofá.

      -Esa es su asignatura pendiente, Dra. Alcalá -Le contesto Amat, con un poco mas de confianza en ella.

      -Haré lo que este en mi mano- respondió ella, poniéndose de nuevo en pie.

      -Otra cosa, Dra. Le ruego, que no comparta lo que le acabo de contar, con sus compañeros. -Rogó Amat

      -Ellos tienen derecho...- Respondió ella.

      -A seguir con vida. -Dijo el, secamente. -Cuénteles solo lo justo para mantener la seguridad de todos,... pero evite entrar en el cómo y el donde se encontró. -Esto último, lo dijo mirándola directamente a los ojos.

      Ella asistió con la cabeza, sin dejar de mirar aquellos ojazos marrones. Se giró y se dirigió a la puerta.

      -Dra. Alcalá. -la llamo el. -El Ejército está preparando un recinto especial. Tardaremos un tiempo todavía.-

      -Está bien -Dijo ella mientras salía,... pero... de repente, se paro y entro de nuevo.

      Cerró la puerta, cosa que descoloco totalmente al Comandante.

      -¿Ocurre algo Dra.?-

      -Por favor, llámeme Zoe, todo el mundo lo hace. Y sí, hay algo... algo que debería contarle. Por favor, siéntese.

      La noche que le ocurrió esto... yo tuve un sueño... Creo que debería contárselo.

      Fue la noche del 3 de Septiembre... como olvidarlo.

       Capítulo IV

      Sin secretos

      -ANSUEZ, ANSUEZ... -Salió gritando el Comandante, de su recién adquirido despacho.

      -¿Qué pasa? -Preguntaba el Teniente saliendo del despacho contiguo al de Comandante.

      -PASA A MI DESPACHO, YA -Grito, mientras entraba a su despacho.

      El Teniente lo siguió, y se quedó helado cuando vio a la Dra. Alcalá de pie, esperándole.

      -CIERRA -Ordeno el Comandante, a lo que el Teniente obedeció.

      -¿Qué ocurre? -Le pregunto a Zoe en un susurro.

      -Teodoro- Dijo un poco más calmado el Comandante. -La noche que me ocurrió esta locura,... ella...- dijo señalando a Zoe. -Soñó conmigo, y con estos tatuajes... ¿casualidad? No lo creo.-

      -¿Comoooooo? -Pregunto el Teniente, incrédulo -A ver, tranquilízate Ramiro y explicarme los dos, con tranquilidad, todo esto.-

      -Tienes que revisarla, mirarla, no se... ALGO, a ver si me puedo quitar este veneno de encima.- Amat estaba totalmente fuera de control. Estaba rabioso y no se molestaba en ocultar su frustración.

      Ansuez y Zoe comprendieron como se sentía en realidad,... se sentía atrapado en su propio cuerpo.

      Desde que le ocurrió, se había mostrado como el militar que era, dejando siempre sus sentimientos a un lado, pero ahora... ahora no tenía control sobre ellos.

      -Está bien, me hará lo que considere necesario, y colaborare. -Dijo Zoe aproximándose a él lentamente, como el domador que se acerca a una fiera.

      -Si -Dijo Ansuez por detrás de Zoe -pero primero me tenéis que contar lo que pasa.-

      -Dra.., Zoe, por favor, cuéntaselo, mientras voy a por un café, a ver si me tranquilizo. -Dijo Amat, mientras se dirigía a la puerta.

      Cuando abrió la puerta del despacho, para salir, se encontró con algo que no esperaba.

      Todo el equipo de la Dra. estaba al otro lado de la puerta. Katia tenía postura de que iba a abrir la puerta.

      -¿QUÉ PASA?, ¿QUE HACEN TODOS AQUÍ? -Pregunto Amat, gritando.

      -¿ZOE ESTÁ BIEN? -Pregunto Katia, desafiando al Comandante.

      -Le hemos oído gritar, y sabíamos que Zoe estaba con usted. -dijo Raúl, intentando atraer la calma a aquella situación.

      -Estoy bien- dijo Zoe, a la espalda de Amat.

      Este dio un salto, instintivo, porque pensó que lo iba a tocar. -REGRESEN AL LABORATORIO -Grito Amat.

      Irma miro a Zoe, y esta le hizo un gesto de que obedecieran, y esta dijo -Esta bien, chicos, Sigamos trabajando.-

      Todos habían visto el gesto de Zoe, por detrás del Comandante, y esto los tranquilizo de momento, sobre todo a Katia, que obedeció sin hacer mas preguntas. Ya las haría mas tarde.

      Amat dio un portazo y se alejó por el pasillo.

      Zoe, se quedó en el despacho con Ansuez y aprovecho para contarle el sueño, y también, lo que le ocurrió cuando vio por primera vez al Comandante.

      Un rato mas tarde, Ansuez y Zoe estaban en una agradable charla, cuando llamaron a la puerta.

      -Entre -dijo Ansuez, con el típico tono militar.

      Era Raúl -Creo que deberían venir, la caja está vibrando.-

      Ansuez y Zoe se miraron.

      -Voy a por el Comandante -Dijo Ansuez.

      -Yo voy a monitorizar la vibración -Dijo Zoe.

      -¿Qué ocurre? ¿Qué pasa?- Pregunto Raúl mientras caminaban hacia el laboratorio.

      -Cuando venga Amat, os lo contaremos todo -Dijo Zoe mientras entraban en el laboratorio y se encontró a todos con la cara blanca, sin entender nada.

      -ALEJAROS DE ESTO -Ordeno Zoe, cuando vio que la caja comenzaba a levitar.

      -¿QUÉ HAY AHÍ DENTRO, ZOE? -Grito Katia.

      Zoe la miraba, sin saber qué hacer, ni que decir.

      De repente, el sonido que emitía la caja cambio, y se posó de nuevo en el suelo.

      Zoe, comenzó a respirar con tranquilidad de nuevo, y dijo -Ya viene el Comandante, por favor, ser respetuosos.-

      -¿Qué? ¿Cómo sabes que...? -Comenzaron a interrogarla todos.

      -Zoe -dijo Abigail dulcemente, cogiéndola de la mano. -¿Qué ocurre?-

      Las puertas del laboratorio se abrieron, con un fuerte golpe.

      -YA ESTOY AQUÍ, MALDITA CAJA -Grito Amat. Y volvió a salir del laboratorio, y se oyó un portazo, que dedujeron que era de su nuevo despacho, el más cercano al laboratorio.

      Tras unos incómodos segundos, Zoe empezó a dar explicaciones.

      -Está bien, equipo. El Comandante Amat, Ramiro Amat, no está ahora para explicar nada.

      El Comandante, se encontró una pulsera, en el momento en que la toco, todo el mundo se le vino abajo.

      Todo a su alrededor, a unos 100 metros de radio, fue volatilizado, incluida su esposa y una 50 personas más. Solo sobrevivió él.

      Cuando despertó, le habían aparecido esos tatuajes en el cuerpo... -dijo señalando a las fotos. -y la caja, apareció bajo el.


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