El estallido. Hassan Akram
inversión y el monto encima de esto es la renta (ganancia excesiva) de $12 billones anual.85 Así, como observa Ramón López: “si estas empresas hubiesen sido obligadas a pagar este monto al fisco chileno […] su inversión y producción habrían sido idénticas a las que en realidad ocurrieron”.86
Sin embargo, gracias a la privatización, este dinero va directo al bolsillo del gran empresariado (aunque es propiedad del propio pueblo chileno, dueño del subsuelo según la misma constitución de Pinochet). Entonces, mientras la liberalización comercial neoliberal deja una matriz productiva poco diversificada, sin complejidad tecnológica y concentrada en sectores con rentas de recursos naturales, la privatización neoliberal entrega estas rentas a una pequeña elite. Finalmente, la desregulación financiera hace más inestable la economía, incrementando la vulnerabilidad de los más pobres (los menos protegidos frente a los vaivenes del mercado). Así, en conjunto, las tres políticas neoliberales tienden a favorecer a los más ricos y perjudicar a los más pobres, ayudando a explicar por qué el alto nivel de desigualdad que Chile históricamente ha tenido no se ha podido bajar. Cuando economistas afines al duopolio, como Briones y Landerretche, se rehúsan a hablar del ‘modelo neoliberal’ en Chile, cierran sus ojos frente a los efectos negativos de las tres políticas públicas mencionadas, y hacen más difícil que estas cambien.
Entonces, para resumir: los altos niveles de desigualdad son caldo de cultivo para el malestar y la rabia, y el aumento en la desigualdad está claramente relacionado con las políticas públicas implementadas por gobiernos neoliberales. Sin embargo, una cosa es decir que la rabia y el malestar con la desigualdad en Chile es producto del neoliberalismo. Otra cosa es señalar que el efecto político de esto fue el estallido. Se ha demostrado que el neoliberalismo genera el potencial para un estallido. Pero para entender cómo esto se hizo efectivo, hay que analizar el modo en que la desigualdad neoliberal perjudica a un grupo de actores o colectividad específica dispuesta a la protesta social.
Concepto clave: el debate académico sobre las causas de la desigualdad antes de impuestosLa explicación que vincula la alta desigualdad chilena con los efectos negativos de las tres políticas públicas neoliberales (la liberalización, la privatización y la desregulación) responde a una temática explícitamente nacional. Sin embargo, hay un debate académico más general sobre las causas del aumento en la desigualdad que se ha visto en muchos países, sobre todo desde los años ochenta, cuando las ideas neoliberales iban ganando influencia entre los gobiernos del mundo. Es importante destacar que no hay un consenso académico acerca de las causas del aumento en la desigualdad de los años recientes. Sí se han identificado dos principales, pero hay mucha controversia acerca de cuáles son las más importantes de ellas: la globalización o el cambio tecnológico.87 Sin embargo, lo más importante acá es notar que estas dos causas están inextricablemente vinculadas con el neoliberalismo.Por ejemplo, algunos economistas que enfatizan la importancia de la globalización como causa de este aumento en la desigualdad. Según ellos, tener que competir con productos baratos fabricados en países en vías de desarrollo ha afectado negativamente al sector manufacturero de muchos países desarrollados. Con la reducción en el número de empleos industriales sindicalizados y bien remunerados, una nueva elite enriquecida por su trabajo en la cima de las expandidas corporaciones transnacionales convive con una masa cuyo estándar de vida ha empeorado.Otros economistas dicen que la desaparición de los empleos industriales no es tanto por la globalización sino por el cambio tecnológico, porque la automatización ha eliminado muchos puestos de trabajo tradicional en las fábricas. Ahora que hay maquinaria más avanzada que puede reemplazar el trabajo obrero, también hay creación de nuevos empleos para personas con altas habilidades tecnológicas, quienes mantienen y mejoran las máquinas. En otras palabras, el cambio tecnológico reduce las oportunidades laborales para personas con baja educación y capital humano y, por el contrario, las aumenta para aquellos con alta educación y capital humano. Así, este “skill-biased technical change” tiene el efecto acumulativo de aumentar la desigualdad salarial.Mientras los economistas debaten cuáles de estos factores son más importantes, es evidente que las relaciones causativas son complejas. De todas formas, las dos causas sí están directamente relacionadas con el neoliberalismo. La globalización definida como el desarrollo de ‘cadenas de producción’ globales, donde los distintos componentes de cada producto están fabricados y ensamblados en diferentes países, solo es posible gracias a la liberalización comercial indiscriminada y la desregulación. Las empresas transnacionales únicamente pueden reubicar empleos a zonas de menor costo laboral (aumentando la desigualdad) porque se han eliminado todas las barreras legales e impositivas.De la misma manera, el cambio tecnológico no es intrínsecamente un gatillante de mayor desigualdad. Lo que ha subido la desigualdad es la interacción entre el cambio tecnológico y ausencia de políticas compensatorias del Estado subsidiario. Específicamente, la presión neoliberal de reducir el tamaño del Estado ha implicado la reducción de políticas educacionales útiles para mejorar la distribución de capital humano en la población. Ya se examinó cómo la privatización de los derechos sociales como la educación ha sido una constante demanda de los neoliberales. Además, la oposición neoliberal a políticas activas en el mercado laboral (“active labour market policies”) ha reducido los programas públicos para la reubicación de trabajadores cuyo capital humano se deterioró haciendo obsoletas sus habilidades con el cambio tecnológico. Si no fuera por el debilitamiento de los sindicatos, que juegan un papel fundamental en estas políticas activas, junto con el bajo financiamiento público a la educación, se podría haber logrado que el cambio tecnológico no implicara mayor desigualdad. Lamentablemente, el neoliberalismo lo impidió. |
En la próxima sección se argumentará que las tendencias nocivas de las políticas neoliberales descritas en esta sección han dado luz a un nuevo grupo de personas: los left behind (rezagados). El acceso de este grupo a los beneficios de la modernización capitalista (para usar la terminología de Carlos Peña) ha sido insuficiente. Su malestar con esta situación hace que se debilite el apoyo de la sociedad a las políticas neoliberales. Este argumento no es limitado a Chile, sino que los cambios acá son más bien parte de una tendencia mundial. En todas las sociedades que pasaron por experimentos económicos neoliberales extremos (el Reino Unido bajo Thatcher, los Estados Unidos bajo Reagan y Chile bajo Pinochet), se ha cuajado un grupo de left behind (rezagados), quienes están desestabilizando el sistema político y económico. Entonces, terminando este capítulo se espera poner el estallido chileno en el contexto más amplio de una crisis global del neoliberalismo.
1D. Los ‘rezagados’ de la modernización capitalista, ¿los sepultureros del neoliberalismo?
Aunque a la Sofofa le duele reconocerlo, es cada vez más evidente para el público general que la causa del malestar en Chile es el propio modelo neoliberal. Así, en la forma de la ciudadanía movilizada, el neoliberalismo ha dado a luz a aquellos que podrían ser sus propios sepultureros. Es que la gente manifestándose en Chile es parte de un porcentaje grande de personas perjudicadas por las políticas económicas de la liberalización comercial, la desregulación financiera y la privatización, y sus acciones están poniendo en jaque al sistema.
Pero este grupo no solo está presente y activo en Chile en 2019. De hecho, fueron identificados primero con las victorias de Brexit y Trump en 2016. Aunque estos dos eventos políticos fueron triunfos para la derecha, había un componente antineoliberal en las votaciones. Con el Brexit el Reino Unido votó para salirse del Mercado Común Europeo (efectivamente un TLC europeo) y Trump hablaba de forma muy agresiva durante su campaña contra el Nafta (el Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Así, el sentir antineoliberal de los rezagados ayuda a entender estos dos resultados electorales.
De hecho, una de las interpretaciones más influyentes acerca de estas dos votaciones las vincula con el aumento en la desigualdad salarial combinado con un estancamiento o deterioro absoluto en los ingresos de la mayoría que ha habido en los dos países. Esta tendencia se aceleró con posterioridad a la Crisis Financiera Global de 2007. Las clases rezagadas y marginadas (‘the left behind’), enfrentando una situación económica muy negativa, abandonaron la centroizquierda (que apoyaban tradicionalmente), criticándola