El estallido. Hassan Akram

El estallido - Hassan Akram


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      Sin embargo, hay estrategias de enseñanza que puede usar la universidad para asegurar que la secretaria aprenda bien, tanto como hay estrategias que puede usar el Estado para asegurar que las empresas usen sus subsidios para aumentar su productividad. Estas estrategias incluyen poner límites de tiempo para la protección (obligando a las empresas a invertir para poder competir cuando vence el arancel). También incluyen requisitos de rendimiento (obligando a las empresas a invertir para tener productos de suficiente calidad para exportar, siendo cierto nivel de exportación necesario para mantener el subsidio). De hecho, son precisamente estas políticas pragmáticas antineoliberales las que han aplicado todos los países que han logrado el alto crecimiento a largo plazo, necesario para llegar al desarrollo, siendo los más recientes de ellos los tigres asiáticos.68

      La obstaculización de este tipo de política ha sido el gran problema de la liberalización comercial neoliberal y ha tenido efectos nocivos para el crecimiento.69 La crisis del salitre chileno es solo una de una larga lista de crisis, producto de economías liberalizadas comercialmente que se volvieron casi monoexportadoras y no tuvieron la capacidad de reemplazar su actividad principal cuando esta se volvió menos rentable. Sin la diversificación promovida por políticas industriales activas, la posibilidad de una crisis aumenta (de la misma forma que una secretaria, que no ha estudiado más, es más vulnerable a perder su empleo y no encontrar otro).

      La liberalización comercial con un Estado mínimo (neoliberal) tiene muchos riesgos para el crecimiento, pero con la segunda política recomendada por los neoliberales (la desregulación financiera) el récord es aún peor. Muchos economistas han analizado la manera en que la desregulación financiera genera inestabilidad macroeconómica y además es procíclica (hace más difícil que el Estado responda para neutralizar los peligros de la inestabilidad).70

      Para empezar con la inestabilidad: la desregulación financiera (específicamente la apertura a los flujos transfronterizos a través de la eliminación de las regulaciones que limitan su uso) sí aumenta la cantidad de recursos nuevos para el país. Más dineros del extranjero llegan a los bancos. Entonces, tal como dicen los neoliberales, se aumenta la competencia entre los bancos y esto baja la tasa de interés doméstica, posibilitando más financiamiento para subir la producción y el empleo.

      Sin embargo, la realidad es que estos recursos que llegan tienen un componente productivo y otro especulativo. El componente productivo es de los inversionistas que tienen un plan específico de invertir en un nuevo negocio, generando más producción y así más riqueza. El componente especulativo es de los inversionistas que carecen de planes para aumentar la fabricación de un nuevo producto como medio para ganar dinero. Más bien su forma de ganar dinero es comprar y revender por un precio mayor, sin generar ningún cambio en la producción.

      La especulación ocurre en muchos diferentes sectores, el más notorio de ellos el inmobiliario. Ilustra bien el punto el famoso caso del boom de la venta de tierras en Florida, Estados Unidos, en los años veinte, cuando se vendía por precios siderales parcelas de pantano, algunas bajo el agua y otras infestadas de caimanes. Los compradores de esas propiedades no creían que fuera posible construir casas bajo el agua entre los caimanes; de hecho, muchos ni siquiera sabían de las condiciones de la tierra que estaban comprando. Solo sabían que los precios de la tierra floridana estaban subiendo y así comprándola y revendiéndola en unas semanas o meses, tendrían una ganancia segura.71

      El problema con este tipo de burbuja especulativa es que, en algún momento, se revienta: la gente se da cuenta de que el valor subyacente de los activos que ha comprado no tiene relación con su precio. Así empiezan a vender y entonces bajan los precios (menor demanda, menor precio). Dado que los especuladores no compran para desarrollar un proyecto de inversión a largo plazo, sino solamente para ver su precio subir rápidamente, en el momento en que estos bajan ellos no esperan, entran en pánico y venden todo.

      El efecto de muchas personas vendiendo al mismo tiempo es que los precios bajan aún más. Es una especie de profecía autocumplida: creen que los precios están bajando, así que venden y entonces los precios sí colapsan. De esa forma, las personas que tenían inversiones en propiedades en Florida perdieron todo. No solo quebraron los que tenían las parcelas con caimanes, sino también aquellos que contaban con buenos proyectos, porque en el clima de pánico general era muy difícil para los prestamistas distinguir entre inversiones productivas y especulativas. Entonces cayó el valor de todas las parcelas generando deudas impagables en todo el sector.

      Los dineros especulativos que causan tantos problemas en el mercado inmobiliario son aún más complejos en el sector financiero relacionado con el mercado de las divisas (donde se compran y venden monedas como dólares y pesos). La desregulación financiera que propugnan los neoliberales cataliza la especulación con el valor de la moneda. Se ha estudiado cómo los mercados financieros responden a un comportamiento de manada (herd behaviour).72 Entre otras cosas este comportamiento implica que los rumores y especulaciones hacen que grupos muy grandes de inversionistas entren dineros a un país al mismo tiempo, subiendo el valor de su moneda. Después, sobre la base de rumores o pequeños cambios en la tasa de interés, estos flujos internacionales especulativos de corto plazo (hot money) salen todos al mismo tiempo, generando un colapso en el valor de la moneda (menor demanda, menor precio).

      Los controles de capital y otras regulaciones financieras, que los neoliberales denostan, buscan influir en estos flujos subiendo el componente productivo de los recursos que llegan al país y reduciendo el componente especulativo.73 Un impuesto puede hacer esto porque la especulación cortoplacista depende de márgenes de ganancia más pequeños, con lo que el impuesto puede eliminar los incentivos a la especulación, pero mantener los incentivos para inversión productiva. En contraste, eliminar impuestos que son parte de un sistema de controles de capital, como hace la desregulación financiera neoliberal genera una creciente tendencia a la crisis financiera porque incentiva la especulación y hace el valor de la moneda muy volátil.

      El problema con esta volatilidad es que, entre otras cosas, cuando baja el valor del peso relativo al dólar las empresas chilenas con deudas en dólares, pero ganancias en pesos (liability mismatch) se encuentran repentinamente con deudas impagables.74 Esto no solo afecta a los especuladores financieros, sino que puede quebrar el sector productivo nacional entero, como pasó en Chile en 1982. Algo bastante similar fue la raíz de la crisis asiática de 1997 y el colapso argentino de 2002. La Crisis Financiera Global de 2007 (gatillada por el sector inmobiliario en Estados Unidos) también responde a esta dinámica de desregulación financiera neoliberal y nociva.75

      Ahora analicemos el problema que genera la desregulación al tener efectos procíclicos: la desregulación financiera también limita la posibilidad de los gobiernos de tomar medidas correctivas frente a esta inestabilidad que ella misma genera. Una política monetaria anticíclica es la estrategia clave dificultada por la desregulación financiera. Para ser anticíclica, la política monetaria (la tasa de interés que pone el Banco Central de un país) debe bajarse cuando hay menor demanda y menor empleo en la economía. Con una menor tasa de interés es más barato pedir un crédito de consumo (en consecuencia la gente puede comprar más productos). También es más barato pedir un crédito empresarial (por lo tanto las compañías pueden contratar a más gente y producir más, para responder a la mayor demanda por productos). De esta forma, cuando la inestabilidad financiera genera una crisis con desempleo y bajo crecimiento, el gobierno puede reactivar la economía con esta política monetaria anticíclica.

      Con la desregulación financiera, los gobiernos arriesgan perder la libertad de bajar la tasa de interés en una crisis financiera. Esto ocurre porque los mismos especuladores, la salida de cuyos fondos gatilla crisis, responden a bajas tasas de interés sacando aún más fondos (profecía autocumplida) y empeorando con ello la crisis misma. Así, el gobierno no tiene opción: está obligado a subir la tasa de interés en vez de bajarla, respondiendo de forma procíclica a la inestabilidad (tal como pasó con la crisis asiática).76 Si no hay ningún control que limita la salida de dineros (la fuga de capitales), o limita la entrada


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