El estallido. Hassan Akram

El estallido - Hassan Akram


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económicos de las tres políticas públicas que son los pilares del neoliberalismo (liberalización, desregulación y privatización) han sido bastante negativos. La defensa académica de las tres ha sido utópica y simplista y más bien cada una de ellas ha demostrado ser perjudicial para el crecimiento económico y el bienestar general. Para entender esto será necesaria una revisión crítica de los argumentos proneoliberales.

      El argumento general que subyace en la defensa neoliberal de sus tres políticas públicas fundamentales es la acción antipobreza del libre mercado. Según los neoliberales, el mercado crea mayor producción de bienes y servicios a través de la competencia que supuestamente le es inherente, y así, mayor bienestar social.62 Para ponerlo en simple: los neoliberales no creen que los empresarios sean ni buenas personas ni blancas palomas, solo que la competencia los obliga a producir más cosas de forma más barata (so pena de perder sus clientes). Con más productos más baratos (comida más barata, medicamentos más baratos, hasta computadores y celulares más rápidos y baratos) la gente más pobre puede tener cosas que antes eran exclusivamente para los ricos.

      Además, los neoliberales argumentan que esta dinámica antipobreza del libre mercado empieza a funcionar en plenitud solo cuando se implementan estos tres tipos de política pública neoliberal (las anteriormente mencionadas liberalización, desregulación y privatización). Primero, dicen que la liberalización comercial (los famosos TLC63 que Chile ha firmado) desata las fuerzas competitivas globales haciendo que las empresas locales se concentren en sus ‘ventajas comparativas’ y así maximicen el bienestar.

      Cuando hablan de ‘desatar fuerzas competitivas’, lo que quieren decir los neoliberales es que los TLC disminuyen los impuestos pagados por importaciones (aranceles) y así los productos internacionales bajan de precio. Frente a la mayor competencia internacional, las empresas nacionales también ajustan su producción, tendiendo a expandir el empleo en sectores donde son relativamente más eficientes (esto es el resultado de seguir ‘las ventajas comparativas’). El gran ganador de este proceso es el consumidor de bajos recursos que ahora puede comprar más cosas, y también los trabajadores en estos sectores pujantes que tienen más empleo mejor pagado. En el caso chileno se ha visto, sobre todo, un gran aumento en el acceso a productos importados que antes no estaban disponibles.

      Segundo, dicen que la desregulación financiera (específicamente la eliminación de las regulaciones que limitan las transacciones transfronterizas) también genera competencia, esta vez entre bancos y otras instituciones financieras que entonces tienen que bajar las tasas de interés domésticas. La apertura financiera, que implica eliminar regulaciones como los controles de capital (impuestos que gravan la transferencia de dinero que cruza fronteras nacionales) es clave acá. Es este tipo de desregulación la que supuestamente hace más fácil y factible la llegada de recursos frescos (dineros del extranjero) para los cuales los bancos pueden competir canalizándolos hacia la inversión productiva.

      Así, con más dinero disponible, baja el costo de un préstamo (más oferta de dinero, menor costo) y de este modo las empresas pueden expandir la producción y el empleo, beneficiando a los consumidores y también a los trabajadores. Una vez más las políticas públicas neoliberales fortalecerían las bondades antipobreza del libre mercado.

      Tercero, sostienen que la privatización crea nuevas empresas competitivas, intrínsecamente más eficientes que las empresas estatales, liberando todos estos nuevos actores privados (previamente atrapados como funcionarios públicos) de la interferencia del gobierno. Se profundiza así la acción maximizadora del mercado (se asume que el Estado es ineficiente porque, teniendo acceso a subsidios casi ilimitados por los recursos tributarios64 no enfrenta las presiones competitivas para mejorar, so pena de perder clientes).

      Ahora, estos tres argumentos proneoliberales tienen grandes falencias que explican por qué la implementación de estas políticas públicas ha traído consecuencias nocivas. En términos de la primera política (la liberalización comercial), se ha analizado cómo esta solo fortalece las ventajas comparativas estáticas, muchas veces generando una matriz productiva peligrosamente monoexportadora sin capacidad de generar alto crecimiento a largo plazo.65

      Lo que quieren decir los economistas antineoliberales con ‘ventajas comparativas estáticas’ se entiende mejor con un ejemplo. El argumento a favor de seguir especializándose según las ventajas comparativas es el mismo argumento que tendría un cirujano para contratar a una secretaria. El cirujano puede tener mejor ortografía que su secretaria, y puede teclear más rápidamente (él tiene una ‘ventaja absoluta’ en escribir cartas, frente a ella). Sin embargo, si el cirujano decide escribir sus propias cartas, en vez de dedicarse cien por ciento a la cirugía, pierde este tiempo valioso (eso es su ‘costo de oportunidad’).

      En contraste, la secretaria, que no sabe hacer cirugía, no pierde la oportunidad de realizar otra actividad alternativa tan valiosa cuando se dedica a escribir las cartas del doctor (tiene un menor ‘costo de oportunidad’). Entonces, aunque la secretaria es una peor redactora de cartas que el doctor (no tiene ventaja absoluta), sí tiene ventaja comparativa porque no pierde tanto cuando hace la actividad. Según los neoliberales, es más eficiente seguir las ventajas comparativas (haciendo la actividad con menor costo de oportunidad) con el doctor haciendo cirugía y la secretaria escribiendo sus cartas y manejando la agenda de su jefe.

      Este argumento es ‘estático’ porque asume que las habilidades no cambian –no considera la posibilidad de que la secretaria pudiera trabajar tiempo parcial y pagar un vespertino para luego aprender a hacer cirugía u otra actividad más productiva. Si las personas en el mundo laboral siguieran los consejos de los neoliberales, estaríamos siempre en un mundo machista y patriarcal, con mujeres haciendo trabajos menores.

      De la misma forma, cuando pensamos en empresas y países que siguen sus ventajas comparativas estáticas, el problema es que no se considera la posibilidad de cambio de capacidades (capacidades tecnológicas, específicamente). Entonces se cae en una situación donde ciertos países en vías de desarrollo (como Chile) se especializan en actividades económicas de baja complejidad tecnológica (como la exportación de cobre concentrado o no-refinado). Mientras tanto, los países desarrollados (como Estados Unidos) se especializan en actividades económicas de alta complejidad tecnológica (como la exportación de aviones con alambres de cobre). Dado que los países con mayor complejidad tecnológica tienden a crecer más rápidamente en promedio, este patrón estático de especialización tiene efectos negativos para los países en vías de desarrollo, pues estos tienden a crecer más lentamente, debido a su menor complejidad (sobre todo los países monoexportadores, que por tener un solo producto dominando su matriz exportadora tienden a ser muy volátiles, además).66

      El libre mercado y la liberalización comercial que lo promueve solo fortalecen este padrón de especialización desigual. No aumentan la competencia global sino que empoderan a los oligopolios globales que pueden quebrar a empresas nacionales que no tienen las capacidades tecnológicas para competir con ellas.67 Peor aún, los TLC dificultan las políticas públicas activas de fomento productivo (política industrial) donde el Estado ayuda a empresas que tienen una brecha tecnológica con los oligopolios globales, a través de subsidios y protección hasta que puedan competir con ellos.

      Los neoliberales argumentan que es ineficiente subsidiar a empresas nacionales a hacer cosas que las internacionales hacen mejor. Pero de la misma forma es ineficiente para la secretaria aprender cirugía en vez de dejar esa actividad al doctor. Sí hay un costo de corto plazo (dejar de ganar el salario de secretaria tiempo completo), pero también un beneficio de largo plazo (acceder a un trabajo mejor). Lo mismo aplica con subsidiar una empresa para que aumente la complejidad económica de sus actividades: en el corto plazo hay que pagar el subsidio, pero a la larga producirá más y ayudará a subir el crecimiento general.

      Los neoliberales responden a esta crítica argumentando que los subsidios hacen que las empresas se vuelvan más dependientes e ineficientes porque no hay ninguna presión para mejorar. Esto es un riesgo real, tanto como es un riesgo real que la secretaria que trabaja tiempo parcial,


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