Resistencias noviolentas en América Latina. Esperanza Hernández Delgado
la lucha que hicieron y por las negociaciones que tuvieron con Cárdenas. Se dice en la historia antropológica, que discutían los yaquis con el gobierno yori. Decían: “Que se rinda el gobierno ante el pueblo yaqui, pero si quieren la seguimos, ustedes son los que están diciendo que quieren firmar o sea que ustedes son los que están pidiendo la paz” (Alejandro Aguilar, 2016, entrevista).
Los altos costos de la resistencia violenta incidieron en la decisión de cambiar a una resistencia pacífica. La tribu yaqui había perdido líderes históricos valiosos y un buen número de yaquis sufrió deportación, esclavización y los rigores de la represión del Estado. Su capacidad política, les llevo a comprender pragmáticamente la conveniencia de asumir formas de lucha noviolentas. Para entonces contaban con condiciones especiales como la existencia de líderes y comunidades más preparados para luchar en términos de diálogo y negociación con el gobierno. También incidieron otros factores: la confianza de este pueblo en su capacidad de resistencia, la experiencia de lucha y una estructura organizativa preparada para resistir (Tomás Rojo; autoridad yaqui, 2016, entrevistas).
Todavía tenemos armamento y una nación por la cual luchar, nuestros antepasados nos dejaron la soberanía y la autonomía […]. Sí hay armamento, pero no lo vamos a usar, no vamos a ponernos de tú a tú como lo hicieron nuestros antepasados, porque sabemos que con la tecnología que ellos tienen nos pueden exterminar en nuestro territorio. Además, acá tenemos licenciados, ingenieros y gente preparada para hablar con el gobierno (autoridad yaqui, 2016, entrevista).
Significados que otorgan los yaquis a la resistencia civil
Para los yaquis la resistencia civil es un mecanismo de lucha pacífica en defensa del territorio y del espacio sagrado que han heredado. En él están sus recursos hídricos y sus comunidades, la Sierra y las actividades económicas que les proveen la subsistencia (autoridad yaqui; Tomás Rojo, 2016, entrevistas). Optar por la resistencia noviolenta fue una decisión pragmática de los yaquis, tomada a partir de la conveniencia y oportunidad que en ese momento ofrecía esta forma de lucha. Para entonces consideraron que contaban con las condiciones necesarias para asumirla (autoridad yaqui; Tomás Rojo, 2016, entrevistas). Su propósito no fue persuadir al adversario de su equivocación y transformarlo, o resistir basados en principios religiosos o filosóficos. Los yaquis tienen claro por qué luchan, las fortalezas con las que cuentan, los métodos y estrategias que emplean al ejercer la resistencia. Así se refleja en las entrevistas realizadas a autoridades y líderes de este pueblo indígena: “Nosotros tenemos nuestra lucha, y nuestra bandera que es nuestra pequeña nación, entonces nosotros estamos luchando por lo que tenemos” (autoridad yaqui, 2016, entrevista).
En su comprensión de la resistencia civil está muy presente el elemento de organización para la lucha, que se interpreta como planeación y preparación. Los yaquis reconocen como factores favorables a su resistencia noviolenta: la confianza en su capacidad de resistencia, probada a lo largo de su historia, y la consolidación alcanzada en su organización interna. Así se refleja en lo manifestado por autoridades y líderes de esta tribu:
La resistencia es la organización de la lucha, organizarse para luchar. No es establecer un modelo humano de impedimento. Es una forma organizada de luchar por nuestro pueblo, nosotros tenemos una organización estructural, y desde siempre ha luchado por la tierra y el agua (Tomás Rojo, 2016, entrevista).
El orgullo es saber que al yaqui nunca lo han doblegado y hasta la fecha el gobierno no nos ha conquistado. Los proyectos que dicen darnos, nos toca por derecho porque somos mexicanos (autoridad yaqui, 2016, entrevista).
Luchar siempre contra el gobierno, a nosotros no nos da miedo porque de eso estamos hechos, nosotros podemos quedarnos en el camino, pero atrás de nosotros viene mucha gente que puede terminar con el gobierno y es gente preparada de nuestro pueblo (autoridad yaqui, 2016, entrevista).
Lo que queremos nosotros es vivir en paz en nuestro territorio, tener para nuestros nietos, para nuestros hijos, un bien, dejarles algo, dejarles un buen trabajo, dejarles un buen porvenir. Porque como está actualmente la situación, nos quieren quitar nuestro territorio a base de concesiones, invadiéndolo. Es lo que anhelamos nosotros: vivir en paz, que nos respeten como autoridad. Dicen ellos respetarnos, pero las leyes no las están cumpliendo. Nosotros somos originarios de aquí, nosotros tenemos siglos, y nosotros estamos asignados aquí, a quedarnos en nuestro territorio (autoridad yaqui, 2016, entrevista).
Resistencia noviolenta estratégica
Diversas razones permiten afirmar que la resistencia civil de los yaquis representa una experiencia de resistencia noviolenta estratégica. Así se evidencia en los motivos que los condujeron a una resistencia pacífica. Para ellos, las condiciones estaban dadas: con la negociación realizada con el gobierno de Cárdenas, habían logrado la restitución parcial de su territorio ancestral y el reconocimiento de su derecho de propiedad sobre el 50 % de su río. Asumieron entonces que su territorio, eje generador y dinamizador de su resistencia, estaba asegurado y que, a partir de ello, podrían iniciar otras luchas con métodos menos costosos como la resistencia noviolenta. Además, consideraron que habían alcanzado un significativo nivel organizativo y que estaban preparados para esas formas de lucha (autoridad yaqui; Tomás Rojo, 2016, entrevistas). Parece evidente que la opción por la resistencia noviolenta fue producto de un análisis de costo beneficio y en perspectiva de conveniencia y oportunidad.
Para los yaquis, la lucha noviolenta es una decisión con la que se han comprometido a pesar de conservar sus armas, las cuales no utilizan. También preservan organizada una guardia indígena, que es la más antigua de México. Ambos elementos representan una advertencia al gobierno de que ante un caso extremo de necesidad de defensa, son capaces de recurrir a la violencia para protegerse (autoridad yaqui; líder yaqui, 2016, entrevistas).
La lucha de nosotros es pacífica, pero siempre damos a conocer nuestras armas para que el gobierno sepa que nosotros tenemos el poder y la autoridad. Lo que queremos nosotros es vivir en paz en nuestro territorio, tener un territorio para dejarles a nuestros hijos, nietos y dejarles un buen porvenir (autoridad yaqui, 2016, entrevista).
La importancia que los yaquis conceden a la preparación y planeación de la lucha también le otorga carácter de resistencia noviolenta estratégica a sus acciones. Otro factor importante para destacar es que acuden a la combinación de métodos de resistencia civil con métodos de resolución y transformación de conflictos como la negociación; evidenciando una postura abierta y estratégica, que busca lograr mayores alcances para su campaña de resistencia (Tomás Rojo, 2016, entrevista).
Actualmente, la resistencia es organizarnos para las luchas, porque ya tenemos la estructura interna y ahora vamos por la lucha externa. Esta corresponde a las alianzas con los demás pueblos, con la sociedad civil y con los distintos sectores, pero siempre bajo una alianza de respeto y de solidaridad, y esto nos ha llevado a aliarnos con estructuras que no eran consideradas como posibles, debido a la liberación económica, la apertura comercial de los países capitalistas y el esquema de la globalización económica. Nosotros tenemos un tipo de resistencia legal (Tomás Rojo, 2016, entrevista).
Si bien la opción por la resistencia noviolenta estratégica es fundamental, no es suficiente para el éxito de una campaña de esta naturaleza; es necesario contar, además, con condiciones especiales (Sharp 2005, 193). A ellas se hace referencia al finalizar este capítulo.
La campaña de resistencia civil de los yaquis contra el Acueducto Independencia
El reconocimiento del gobierno de Lázaro Cárdenas a los yaquis no logró la consolidación esperada, y la tranquilidad que se había alcanzado con los acuerdos comenzó a debilitarse. A lo largo de 70 años, el decreto que reconoce su derecho sobre parte del río Yaqui ha sido violado y el estado de Sonora construyó tres represas que afectaron el cauce de este río. Desde 2010, se inició la construcción del Acueducto Independencia, sin la consulta previa exigida. Esta megaobra pretende transvasar el agua de la cuenca del río Yaqui para llevarla a la del río Sonora, en Hermosillo, afectando el cauce bajo del Yaqui y la sobrevivencia de la tribu (Padilla 2007).
Durante los últimos 70 años no se ha cumplido ese decreto. En este tiempo, se construyeron tres represas, creció la población, se fomentó el crecimiento de