Autonomías populares y vinculación universitaria. Enrique Gutiérrez Martín del Campo
¿Cuál es la relación que guarda nuestra vida de fe cristiana con la comunidad cristiana?
5.4 ¿Cómo nos situamos nosotros y con la tarea que hemos asumido en nuestro equipo y proyecto, ante la Iglesia local y sus autoridades; y ante la Iglesia nacional y sus autoridades?
5.5 ¿Qué relación establecemos entre la tarea secular de cristiano en el campo cívico–político y su tarea como hombre de fe y miembro de su Iglesia?
5.6 ¿Cómo entiende y va viviendo nuestro pueblo, en esa región, los aspectos que arriba hemos tocado como más concernientes a nosotros mismos? Responder las cinco primeras preguntas, pero respecto del pueblo.
Aquí cabe la reflexión que recupere los elementos más importantes de la cultura popular, tanto las vetas “conservadoras” como las “progresistas”
6. A nivel educativo–promocional:
6.1 ¿Cuál es la manera como tú interpretas el papel del educador promotor? ¿Qué le distingue del “asesor” educativo o promotor? ¿Qué lo distingue del activista político? ¿Qué lo distingue de un miembro de un partido u organización política? ¿Qué lo distingue de un “agente de pastoral”?
6.2 ¿Qué percepción viene teniendo nuestro pueblo de esa región, sobre los diversos agentes externos que tratan de influir sobre él y/o ayudarle y/o ofrecerle algunos servicios más o menos interesada o desinteresadamente? ¿Qué diferencia se establece entre otros agentes de servicio social en la región y el de nuestro equipo?
6.3 ¿Cuál es la relación que cada uno de nosotros establecemos entre nuestra vocación, misión, profesión y nuestra tarea y papel educador–promotor popular?
6.4 ¿De qué tipo debería ser la educación que nosotros vamos a ir transmitiendo a nuestro pueblo para que realmente colaboremos con él a que cumpla su misión histórica? ¿Cuáles serían los elementos fundamentales que debe contener y en qué deberíamos estar de acuerdo nosotros todos en equipo?
6.5 ¿En qué consistiría el tipo de promoción humana que nosotros deberemos tener sobre los elementos fundamentales de esta promoción que vamos a llevar a cabo juntos?
6.6 ¿Qué características debería tener nuestro trabajo político–organizativo? ¿Cuáles debieran ser los acuerdos fundamentales en el equipo?
6.7 ¿Qué espera nuestro pueblo en esa región de nosotros, por lo que hace a nuestro servicio educativo promocional y otros servicios?
6.8 ¿Cómo has venido entendiendo tú la índole propia de la tarea educativo–promocional que tratamos de aclararnos poco a poco hasta el momento presente?
NOTA: Las preguntas son guías para la reflexión personal. El trabajo de grupos procuraría hacer una relación de los acuerdos fundamentales que como equipo se van teniendo.
Se evitaría cualquier tipo de discusión, si acaso sólo para pedir aclaración a alguno, sobre algo que no se haya entendido. Por tanto, el esfuerzo lo concentraríamos en entendernos en nuestra manera de pensar de cada miembro del equipo y en subrayar los acuerdos comunes a todo el equipo.
Es importante hacer una relación de los puntos en los que hay divergencias en el equipo. Éstas las iríamos trabajando en las reuniones ordinarias del equipo dedicadas al estudio–reflexión de nuestra acción común, en la medida en que toquen aspectos que influyen a la orientación del proyecto.
10- La formación social se entiende como cualquier sociedad, circunscrita a un territorio, una población y un estado. La pregunta se dirige a explicitar el papel que juega el concepto para la comprensión de la realidad social. Si seguimos la propuesta teórico–metodológica de Pierre Bourdieu, equivale a utilizar los conceptos complementarios de espacio social y espacio simbólico. Nota de DVY.
TALLER C. DE ANÁLISIS SOCIOPOLÍTICO REGIONAL Y DE HIPOTÉTICA ESTRATEGIA POPULAR DE UN PROYECTO DE EDUCACIÓN POPULAR
INTRODUCCIÓN
Con el Taller C entramos al eje fundamental de este método de planeación. [Aquí introducimos] Una breve explicación sobre el sentido y el objetivo de cada una de las seis unidades.
La Unidad I es una recopilación de los datos básicos fundamentales de una formación social concreta. Puede ser una zona urbana, una región geográfica en ambiente rural o un sector de la población, p. ej. obreros o jornaleros agrícolas, jóvenes, etc.
El trabajo fundamental de esta unidad es el balance de la investigación previamente realizada y de la etapa exploratoria. [En estricto sentido] esta unidad sólo puede realizarse al final de una buena etapa exploratoria o durante ella. [Puesto que se trata de] una recopilación de datos, la unidad I sólo puede realizarse después de un buen nivel de investigación; o bien como guía de investigación, lo cual también es aprovechable.
No está por demás señalar e insistir en la flexibilidad y aun en la adaptación de la guía a circunstancias más concretas. La unidad I está pensada en función de los proyectos rurales con campesinos e indígenas donde se encuentran actualmente prácticamente todos los proyectos de FCyE. No son difíciles las adaptaciones si entendemos bien el esquema–guía. Por ejemplo, si nos orientamos al trabajo con obreros, toda la unidad I se orienta a la recopilación de los datos que nos informen del mundo obrero: el tipo de industria, de sindicato, de producción o de servicios, etc.
La Unidad II es interpretación de la Unidad I. Por tanto. No se puede hacer sin una buena primera unidad. No se pueden interpretar datos inexistentes.
Dependiendo mucho de las características aportadas por la Unidad I, la segunda trata de interpretarlos en tres bloques analíticos: económico, político e ideológico–cultural.
Suponemos que toda formación social, o sector de ella, es analizable desde estos tres aspectos globales. Damos por sabido que es más una distinción analítica y no una realidad concreta autónoma. Es decir, que la realidad se presenta con toda su complejidad y que los aspectos económicos, políticos e ideológicos se encuentran íntimamente ligados. La distinción es, por tanto, analítica. Y distinguimos para aclararnos y entender mejor.
Siguiendo con el ejemplo de un hipotético proyecto con obreros, la unidad se orientará a responder las preguntas adecuadas que nos permitan una más crítica interpretación del mundo obrero concreto en el que queremos insertarnos y colaborar a su avance estratégico.
La estrecha relación entre las unidades I y II nos da la base concreta del análisis que llamaremos estructural y coyuntural. Entre las dos unidades se aportan los elementos necesarios para el análisis de estructura social, en cuanto estructura. Es decir, en sus aspectos menos cambiantes y más propios de la realidad concreta. También aparecen los elementos del análisis coyuntural, en cuanto al proceso mismo del desarrollo de la formación social y, concretamente, a la recuperación de la historia reciente.
El conjunto de las dos unidades nos presenta la realidad concreta como una fotografía del momento y un álbum fotográfico de su historia particular.
La Unidad III va a tratar de localizar entre los diversos actores sociales analizados por las primeras unidades, al “sujeto popular emergente”, es decir, al sujeto con mayor y mejor capacidad de impulsar un cambio en las relaciones sociales.
Esta unidad es muy importante porque nos permite ser muy críticos respecto a con quién en concreto trabajar. Al menos para hacernos conscientes de las limitaciones que tiene el trabajar con cualquier sujeto, suponiendo que nos dé lo mismo trabajar con un sector popular que con otro.
La Unidad III nos pregunta por el sujeto más dinámico, el más consciente, el mejor organizado, el que puede aglutinar en torno suyo a otros sectores sociales. Nos sitúa también ante los límites que tiene trabajar con un sector particular y nos hace críticos respecto a que el “sujeto popular emergente” no es precisa ni necesariamente aquel con el que estamos trabajando.
La Unidad III se hace dos preguntas fundamentales: ¿para quién venimos haciendo el análisis concreto?