Autonomías populares y vinculación universitaria. Enrique Gutiérrez Martín del Campo
en la Etapa Exploratoria, es el que una persona que conoce mucho más la experiencia de Fomento esté siempre presente en los nuevos equipos que se echan a andar.
3. Pero no obstante todas estas precauciones, la Etapa Exploratoria se va a prolongar indebidamente si desde el principio no se logra preparar mejor al personal que va a integrar el nuevo equipo y darle el entrenamiento adecuado. A este respecto se tienen ya unas orientaciones, que han sido checadas por los equipos actuales, que probablemente mejoren bastante el ingreso de los nuevos miembros a Fomento.
Lo que más ha venido retrasando muchas etapas exploratorias de nuevos proyectos de Fomento, ha venido del recambio continuo de personas en la misma Etapa Exploratoria. Esto obliga a iniciar de nuevo muchos trámites y a reajustar la organización del equipo para el trabajo.
4. Hay un aspecto que me ha creado profundas dudas e interrogantes sobre la cierta inflexibilidad de los Métodos de Trabajo en la Etapa Exploratoria. Pienso que el equipo del Proyecto Suburbano (*) se hubiera probablemente salvado, si se hubiera atenido a ciertas orientaciones que se le dieron desde el principio, pero después dejándole a él la discusión y aplicación de dichas orientaciones. Aparentemente el equipo no tenía la madurez para decidir por sí mismo la orientación del proyecto futuro y se enfrascó en una serie ilimitada de disquisiciones, que desgastaron al equipo inútilmente.
Este último aspecto debería considerarse más, pues de otro lado es bastante seguro que un equipo no se envuelve dinámica y creativamente en un proceso si él no puede verlo con claridad y ser el autor mismo de dicho proceso.
Esto sería lo que yo comentaría sobre Etapa Exploratoria para el futuro.
6- Significa apresurar.
7- Dentro de Fomento existían varios consejos, el de gobierno, el de finanzas, el de educación y otro era el Consejo de Análisis, dedicado a acompañar el trabajo de análisis regional de los equipos en sus proyectos respectivos. Nota de DVY.
*- El Proyecto Suburbano fue un intento de un equipo de FCyE por trabajar en la ciudad y con obreros. No se llegó a poner en práctica, entre otras razones, por una fallida Etapa Exploratoria.
El diseño de la etapa experimental
Nota introductoria a la etapa experimental
A diferencia del diseño de la Etapa Exploratoria, en la que se señalan una serie de actividades para el equipo, el diseño de la Etapa Experimental descansa en talleres que realizaron los equipos en diferentes momentos y a lo largo de varios meses. Cada uno de los talleres tiene marcados sus tiempos y modalidades. Enrique Gutiérrez, SJ, recomendaba aprovechar alguna reunión ordinaria del equipo para su realización; pero había un taller, el inicial de la Utopía Operativa, que recomendaba hacerlo en clima de “retiro espiritual”. En cambio, el de Marco Teórico era implementado en tono de seminario de estudio, sólo para explicitar los consensos del equipo, o de debate y discusión para la aclaración de algún concepto que no era plenamente compartido. El taller de análisis, en cambio, se realizaba sólo si había la información acumulada, necesaria para realizar el taller. Finalmente, el taller de Aporte Operativo del Equipo se podía hacer en alguna de las reuniones ordinarias del equipo. Sólo de manera extraordinaria se realizaron los cuatro talleres en fines de semana completos, con todo el equipo. Más bien se realizaban de tiempo en tiempo, y sobre la base de los resultados de un taller se realizaba el otro.
La aplicabilidad que puede tener esta dinámica para el diseño de proyectos —que actualmente se reduce prácticamente al cuarto taller y sus diversas expresiones que establecen todas las variaciones del Marco Lógico, la Planificación Estratégica o el de Fuerzas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas— radica en la posibilidad de hacer explícitas la inspiración común de la institución o grupo que lo implemente, los conceptos básicos que orientan la actividad —fundamentalmente su teoría del cambio social así como su teoría del sujeto o sujetos de cambio, que suelen ser las nociones de mayor complejidad—, el análisis complejo de la realidad —con todo el debate contemporáneo sobre la crisis del capitalismo, el cambio climático, la crisis civilizatoria y la disminución de las democracias a su mínima expresión—, que se aborda en varios momentos y con la suficiente información; y finalmente, la explicitación del aporte cualificado de los equipos de trabajo.
David Velasco Yáñez, SJ
Guadalajara, Jal., 1991
TALLER A. DE UTOPÍA OPERATIVA
INTRODUCCIÓN
Después de la coyuntura del ’89 en Europa Central y de la derrota electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y las negociaciones de paz en El Salvador, se ha cantado mucho “el fin de las utopías”, o la muerte del pensamiento utópico. Habrá que ver qué se quiere decir con todo esto, que la ideología dominante se ha preocupado tanto en difundir.
El caso concreto que nos ocupa es que Enrique Gutiérrez coloca al principio de los talleres de planeación un Taller A de Utopía Operativa. Su primera orientación es fundamental. Dice que “la manera [que] se ha encontrado [para] checar la calidad operativa de una Utopía, es confrontarla con la acción”. (8)
No se trata de cualquier utopía. Ni mucho menos de manejarla en cuanto algo ideal, que literalmente “no tiene lugar” en la historia. Tampoco, en cuanto “paraíso en la tierra” construido por la fuerza, que quizá por aquí vaya el sentido de la crítica al pensamiento utópico.
El Taller de Utopía Operativa tiene más bien el sentido que ya comentábamos en la introducción general, de explicitar lo que haya de utópico en toda actividad humana, particularmente aquella que se realiza con el pueblo en su lucha de liberación hacia condiciones de vida más humanas, que humanicen, al mismo tiempo, a los hombres y a la historia.
El Taller A es más una meditación personal que un ejercicio meramente reflexivo. Tiene más características de “retiro espiritual” sobre el sentido último de la vida personal y social de los hombres y mujeres que han decidido apostar sus vidas en favor de los explotados. El “soñar despiertos” y entonar cánticos de esperanza en una vida radicalmente nueva.
El taller sugiere unas preguntas, como pueden ser las que se incluyen o bien otras que apunten a esa finalidad: cuál es el horizonte último del quehacer humano, de este quehacer concreto nuestro con el pueblo explotado en su lucha de liberación.
Conviene tomar en cuenta estas observaciones porque realmente es más una guía para que los participantes tomen su vida en sus manos y den razón de su esperanza. El objetivo es que el equipo explicite la base común de inspiración que anima a todos a determinadas acciones.
Más aún, se trata de que el equipo haga continua y periódicamente esta explicitación, porque en la práctica se oscurece, y mucho, esta base de común inspiración. De donde se generan diversos conflictos al interior y que tienden a reflejarse exteriormente.
En la práctica ordinaria de varios equipos de educación popular, tanto de FCyE, AC como de Sedoc, AC, el ejercicio del Taller de Utopía Operativa ha permitido la explicitación de la inspiración cristiana que anima a los promotores y ha sido también una forma de impulsar la maduración en la fe como motor que anima y enriquece los proyectos en los que nos embarcamos.
La importancia de este taller está en sentar una base común, un horizonte de comprensión desde donde se ubican aspectos de marco teórico–operativo, el mismo análisis, la estrategia y el aporte concreto del equipo.
Ahí donde se oscurece el panorama en cada uno de esos niveles de planeación, el ejercicio de explicitar la utopía operativa trata de ubicar cada cosa en su lugar; pero, además, trata de dinamizar aspectos que se hayan estancado.
La condición fundamental para realizar con provecho este taller es la flexibilidad con que se haga. Para ello ayuda escoger las preguntas que más favorezcan el “dar razón de la esperanza” del