Leyendas madrileñas. Miguel Moltó

Leyendas madrileñas - Miguel Moltó


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       por el Coronavirus-Covid19.

      Era Madrid aún Magerit, y entre la cuesta de San Vicente y la iglesia de San Francisco el Grande se oían voces lastimeras, gritos descomunales que provocaban que la gente no quisiera pasar por la zona. Era un enclave declarado por el populacho de la Villa, “fantasma”, hasta que llego Alfonso VI. Se comenta que los espíritus se reubicaron por la ampliación de la capital y por lo que se transformaba y crecía en aquel momento la ciudad, una vez expulsados los árabes. Los fantasmas no tardaron en tomarse su venganza, y la Nochebuena de 1734 ardió el Alcázar. Con la llegada de Felipe V a una ciudad sumida en crisis, se decidió la reconstrucción con la mitad de los planos que mostro el encargado de la obra Abate Juvara. Este fallece en extrañas circunstancias y no sabemos si por venganza de los espíritus, pero ocurre poco después de ponerse la primera piedra. La obra se encarga entonces a Sachetti que con ayuda de Ventura Rodríguez la desarrollan con sobresaltos. Fue cuando su capataz una mañana, comienza a gritar despavorido y señalando los murallones que dan al campo del moro dice acongojado.

      —Allá, allá, ¿no lo veis?

      Hacía referencia a dos fantasmas medio demonios. Se creyó una alucinación producida por la calentura del sol, pero poco después canteranos que trabajan la piedra dijeron ver lo mismo. Se puso guardia por temor a ladrones comunes y cuando ya se estaba olvidando la historia sin motivo y porqué, uno de los obreros se abalanzo hacia el vacio perdiendo la vida. Dicen que no se precipito voluntariamente y que no fue un accidente, si no que fue empujado por los fantasmas endemoniados del Alcázar. Es en ese momento cuando Felipe V deicidio contratar los servicios de un conocido fraile exorcista. A este no se le ocurrió otra cosa que bañar a los obreros en agua bendita. Cesaron los incidentes pero no los contratiempos, y el traslado del monarca de su residencia del retiro, a su nuevo emplazamiento encantado. Desde entonces y hasta ahora no ha habido documentación a cerca de este hecho, pero la leyenda continua impertérrita en el tiempo...

      Este palacio está ubicado en el número 69 de la calle Mayor. Es un edificio de ladrillo próximo a la Plaza de la Villa y su historia está siempre ligada a fenómenos paranormales. Todo comienza en el siglo XVII cuando el dueño de este lugar, es asesinado a manos de José María Amada, clérigo de la capital. Este religioso fue condenado a muerte y su mano fue colgada en la puerta del Palacio para vista de los madrileños de la época. Esta práctica servía de escarmiento y para el afectado y para el curioso, se ponía a la vista de todos. Es en este momento cuando comienzan los fenómenos extraños dentro de palacio. Velas que se encienden y apagan solas,gritos desmesurados desde habitaciones que en un principio están vacías, o el ruido del corrimiento de muebles son junto a gritos de angustia, los más significativos. También se habla de apariciones, como la del clérigo para decir a los asistentes que ha permanecido un breve espacio de tiempo en el purgatorio. También se presenta en las estancias de palacio el mismísimo Marques de Cañete. Va dando tumbos por las dependencias de palacio. Su descanso sucede cuando es detenido su asesino. Mientras, y de manera constante, atemoriza a los inquilinos que se quieren instalar en dependencias de palacio. En tiempos de la Alcaldía de Don José María Álvarez del Manzano, uno de los integrantes de Madrid Oculto, blog de referencia para escribir este artículo, comenta que durante su breve estancia, nota que le están mirando. Se siente observado por la más absolutas de las nadas. Probaban teléfonos cuando de repente las luces se apagan, y el miedo se hace presa de nuestro testigo.

      El director de cine Luis García Berlanga lo destapo en 1980.Quiero decir lo destapo durante su rodaje en el más estricto sentido de la palabra. Fue quien nos lo mostro por primera vez tras años de abandono. Quitó sabanas de los muebles, enseñó las caballerizas. Subió y bajó escaleras para que su selecto elenco de actores se paseara por sus cámaras y recamaras. El Marques de las Marismas, José Luis López Vázquez, Luis Ciges, Agustín González y tantos y tan grandes mostraran su arte cómico a través del maravilloso guión de Rafael Azcona. El ayuntamiento de Madrid compró este palacete abandonado y que permaneció cerrado un siglo de manera hermética, superando su derribo tras la muerte de sus dueños, y siendo declarado en 1976 monumento artístico histórico. Es una obra llena de detalles artísticos decorados al más puro estilo Luis XV o Rococó. Este cierre durante tanto tiempo, propicia que la conservación de las obras y la estancia en perfecto estado, casi intactos hasta hoy desde el fin de su construcción en 1900. Actualmente es la sede de la casa de América, un espacio dedicado desde a la difusión de la cultura latinoamericana, sea cual fuere su origen o disciplina.

      El origen de la leyenda

      La construcción de este palacio se realiza porque Mateo de Murga al volver rico y hacendado tras hacer fortuna en Cuba, ordena su realización. El hijo de los marqueses, José, comienza a salir con la hija de una cigarrera fruto de un idilio anterior de su padre con dicha mujer, figura del Madrid costumbrista de la época. Mateo manda a su hijo a Londres a estudiar para romper el romance y a la vuelta, muerto el padre, el romance revive, y revive también la leyenda de los amantes hermanos. Da la vuelta por todos los mentideros y lugares de habladurías de la capital.

      La leyenda de la que vamos a hablar hoy, se sostiene sobre el palacio del Infante don Luis. Es un edificio situado en el casco urbano del municipio de Boadilla del Monte construido en 1765 por Ventura Rodríguez, uno de los arquitectos más prolíficos y destacados del siglo XVIII español, quien concibió así una de las obras más importantes del neoclasicismo madrileño. Además del edificio propiamente dicho, el palacio integra una zona muy extensa ajardinada y agreste. Responde a una iniciativa del infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio, el menor de los hijos varones del rey Felipe V y hermano de Carlos III, que se hizo con el señorío de Boadilla en 1761, aprovechando las dificultades económicas por las que atravesaba Josefa Micaela de Mirabal, III marquesa de Mirabal, a quien estaba adscrita la zona. Actualmente se alza sobre el antiguo palacio de las Dos Torres, residencia del citado marquesado, que quedó integrado en la estructura a partir de un diseño de Ventura Rodríguez realizado en 1763. Las obras se ejecutaron a un ritmo muy rápido, quedando el edificio prácticamente concluido en 1765, como así figura en una lápida conmemorativa del fin de la construcción, colocada en la fachada principal. En este lugar vivió el infante desde 1765 hasta 1776, año de su matrimonio morganático con María Teresa de Vallabriga, tras el cual se trasladó al palacio de la Mosquera, en Arenas de San Pedro, Avila. Entre sus moradores figuró el músico Luigi Boccherini, que estuvo bajo la protección del infante durante su estancia en España. Hasta ahora el palacio ha sido objeto de varias restauraciones, entre las que destacan las emprendidas en 1944, en 1973, en 2006 y en 2014. También ha sido escenario de algunas escenas de la película Los fantasmas de Goya de Miloš Forman, estrenada en 2006. Pero, ¿porque este lugar es leyenda, que destaca sobre toda la historia vivida y escrita? Se encuentran los restos de la Condesa de Chinchón. Pero también se habla de Osarios milenarios en sus hallazgos arqueológicos. Fue utilizado como hospital en la guerra civil española. Infinidad de anomalías se suceden, y dicen que por este motivo se producen fenómenos paranormales. Las luces en mitad de la noche se encienden con detectores de presencia que notan movimiento estando vacio. Por sus grandes ventanales se aprecia una figura, no sabemos si es la condesa, pero si cerca de su sepulcro se puede ver. Su habitación precisamente está cargada de energía, y se puede apreciar de la estatura de un niño el movimiento de sombras. Diversas psicofonías cierran este círculo cargado de energía, aun por descubrir para los madrileños y los forasteros interesados en este tipo de fenómenos.

      El origen de los estudios parapsicológicos

      El fallecido padre José María Pilón comienza nueve años después del rodaje de Berlanga en 1989, una investigación seria y de rigor donde notaba presencias, y la parasicóloga Sol Blanco Soler revelaba fotografías una tras otra mostrando un haz de luz blanco que catalogófinalmente


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