Leyendas madrileñas. Miguel Moltó
una noche y dejar grabadoras de audio, además de grabar imágenes de video para ver qué sucede realmente. Este permiso se concede para la madrugada del 5 al 6 de junio de 1990 por el concejal de obras e infraestructuras del ayuntamiento de Madrid Enrique Villoría. Santiago obtiene en una de las grabaciones de audio una exclamación muy lejana, que apenas se aprecia, en la que supuestamente se oye una voz exclamar dos veces,¡mama!; También cuenta que hay o se muestran fenómenos paranormales y tanto él como el equipo del padre Pilón, el grupo Eptha, como el mismo, graban una voz que exclama un nombre, Raimunda, la hija de los marqueses que heredo el palacio. Santiago Vázquez en sus grabaciones de video 8 años después de grabar aquella madrugada de Junio de 1990, realizando un visionado encuentra detalles que le pasaron desapercibidos. Hablamos de tres personas vestidas de época. Dos hombres y una mujer. Todos llevan sombrero y la mujer viste un vestido rojo con vuelo, están en movimiento. Es un fenómeno que llaman los expertos bucle en el tiempo.
Mediatización de los medios
El 29 de Mayo de 1990, el telediario de TVE hace una conexión en directo, sin obtener ningún resultado. El periodista Jesús Hermida lo narra, mientras que cerca de doscientas personas esperan en el exterior de su valla. Durante la madrugada del día 30, la policía tiene que desalojar a los curiosos que quieren ver fantasmas o bien grabar psicofonías.Estas supuestas grabaciones las puso a la venta en la revista interviú en una cinta de cassette que se vendió en una gran tirada. Fueron comentadas en los programas de radio más importantes de la radiodifusión española. Una revolución. Se comentaba que los perros que acompañaban a los vigilantes del palacio aullaban debido a la habilidad que tienen para captar otras sensibilidades, pero, lo que sí es verdadero y a ciencia cierta se demostró, es que las grabaciones puestas a la venta y que dieron la vuelta por todos los medios de la época, eran falsas.
El palacio del Canto del Pico: su muerte
El palacio es un lugar actualmente abandonado. Su historia es apasionante, desde su construcción hasta su actual estado en ruina. Es un lugar situado a 1011 metros sobre el nivel del mar, ubicado en la sierra de la comunidad de Madrid, en el municipio de Torrelodones. Fue construido en 1920 como casa-museo, para albergar la colección de arte de José María del Palacio y Abárzuza, tercer conde de Las Almenas y primer marqués del Llano de San Javier, su promotor, autor del proyecto y propietario inicial.En 1930 fue declarado Monumento Histórico Artístico y en 1985 su entorno quedó incorporado dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Figura en la Lista roja de patrimonio en peligro, que la asociación Hispania Nostra empezó a elaborar en 2006, dado su delicado estado de conservación. Durante la Guerra Civil española, el Canto del Pico fue sede del Mando Militar Republicano y sirvió de cuartel a Indalecio Prieto y al General Miaja, quienes dirigieron desde allí la Batalla de Brunete.Fue residencia del general Francisco Franco y en abril de 1988, Carmen Franco Polo, hija del dictador, vendió la finca por 320 millones de pesetas a José José María Oyamburu Goicoechea (hermano de Francisco Oyamburu, párroco por aquel entonces de Torrelodones), propietario de la empresa hostelera Stoyam Holdings Limited (SHL), con sede en Inglaterra, que tenía prevista su conversión en un hotel de lujo. Sin embargo, tal proyecto nunca se llevó a efecto. José de Vicente Muñoz, historiador y maestro de Torrelodones alentó la rehabilitación del Canto del Pico, tarea que nunca pudo ver terminada, ante las dificultades que ponían los propietarios del palacio. En un escrito del año 1985 expresaba de la siguiente forma su impotencia:Al ver las habitaciones se me cayó el alma a los pies, sobre todo al ver la biblioteca por los suelos. Para evitar que un día ‘los cacos’ tirasen un pitillo y se produjese un incendio que acabase con todos los libros y el edificio, pedí permiso al administrador de los propietarios para que, en calidad de depósito, me permitiese llevarlos a una dependencia municipal, donde estarían seguros. Este permiso fue denegado y la biblioteca en extrañas circunstancias ardió. Lo que nunca se aclaró fue la muerte del estadista José María Maura, que residía en una mansión cercana, denominada El Pendolero. En una de sus visitas al lugar, murió repentinamente mientras descendía por unas escaleras, según se recoge en una placa conmemorativa, instalada en el interior del edificio (Bajando por esta escalera, ascendió al cielo don José María Maura). Esta muerte, según testigo fue repentina, comenzó a sentirse mal mientras pintaba, decidió bajar sus escaleras y no llego a su destino. Se llamo al médico, al Juez de paz y levantaron su cadaver. Las malas lenguas dicen que alguien lo empujo, otros dicen que sencillamente resbalo. No hay fantasma declarado, pero no deja de ser un lugar en ruinas, abandonado y custodiado Sea como fuere, es un lugar misterioso al que todo el mundo quiere ir y ver.
La puerta sellada que llevaba al infierno en el Escorial
El monasterio del Escorial tiene una leyenda preciosa. Se refiere a una puerta que conectaría directamente con el infierno. Dicen que Lucifer vivió a los pies del monte Abantos en la sierra de Guadarrama, justo después de ser desterrado al infierno. Fue cuando creo siete puertas para acceder a las tinieblas, una de ellas estaría en San Lorenzo del Escorial. Felipe II leyó con inquietud y atención esta referencia que escribía el cronista oficial del monasterio, el padre Jerónimo, fray de Sigüenza. El rey convocó una comisión de sabios y expertos para decidir lugar de la construcción del monasterio y evitar la presencia del diablo. Fue el 14 de noviembre de 1561. Según la crónica de Fray Jerónimo, el grupo de expertos fue asaltado por un fuerte viento, casi huracanado, que no les dejaba llegar hasta el lugar elegido, y arrancó las bardas de la pared de una viñuela que fueron directos hacia sus rostros. Un fenómeno que, interpretaba el fraile, como una respuesta de origen demoniaco con la intención de persuadir al Rey de que situara allí una estructura religiosa. Con interés de evitar y persuadir al maligno, el templo se crea con una estructura y geometría ocultas por un círculo, un triangulo y un cuadro, similar a la obra del mismísimo Dios sobre el templo de Salomón. Felipe II obsesionado con este concepto llenó el templo de referencias al Rey Salomón y al Rey David, empezando por las dos enormes estatuas dedicadas a estos personajes bíblicos en la fachada principal de la basílica. Las obras del monasterio duraron cerca de 21 años y los peones de trabajo alimentaban una historia dentro de esta leyenda con final triste. Me refiero a un perro negro que se creía pudiera ser el diablo, que intentaba a toda costa impedir la ejecución de las mismas amenazando a los trabajadores. Fue capturado y colgado de una de las torres durante un tiempo. Pero, la idea y la leyenda que toma más cuerpo sin duda es el sellado de una puerta que impidiera al Lucifer llegar al mundo de los mortales.
El perro en llamas en el monasterio de El Paular
La acción de esta leyenda se sitúa en la sierra Madrileña, concretamente en Rascafria. Colindante, cerca del puente del perdón, en el camino de la horca y la que fuera residencia del verdugo local. Es y era una zona bosquejada con álamos blancos.