Viaja conmigo a Ítaca. Julio Marco Barroso
y luego acelero y me pongo detrás de él dándole luces»; «yo pongo el warning (los cuatro intermitentes)»; «yo enciendo los antiniebla». Y la más curiosa: «yo le doy al limpiaparabrisas para echarle agua». Eso por no hablar de los que hacen todo tipo de gestos manuales…
«¿En qué otra cosa podía haberme convertido después de haber crecido con un padre como el mío?»Esta frase fue dicha por dos hermanos, hijos de un padre encarcelado por ladrón y drogadicto. Uno acabó como su padre, en la cárcel, alcohólico, ladrón y drogadicto, y el otro se convirtió en un prestigioso abogado, buen padre de familia con cuatro hijos. Ante el mismo hecho los dos interpretaban que lo normal era que acabasen como lo habían hecho.
¿Has oído hablar de Hulda Crooks? Hulda es una persona de 92 años que, cuando cumplió 70, se planteó, junto con su íntima amiga de la misma edad, qué iban a hacer a partir de ese momento con sus vidas.La amiga de Hulda pensó que ya con 70 años lo mejor que podía hacer era retirarse a su casa, dejar todo bien atado para cuando muriera y llevar una vida de recogimiento y tranquilidad propia de su edad.Hulda, sin embargo, pensó en qué era lo que más le gustaba hacer de joven, y se acordó de que le apasionaban el montañismo y el trekking y se apuntó a un club de montañismo.Actualmente es la persona más mayor conocida que ha escalado varios «cuatromiles».
Creencias limitantes y creencias fortalecedoras (lastres y palancas)
Existen dos tipos de creencias: las que nos limitan y las que nos fortalecen. No es lo mismo pensar que la vida es una muerte lenta, que pensar que no hay nada más valioso. En función de lo que pienses, así actuarás y así te irá. Es muy distinto interpretar que no me valoran porque no valgo, a interpretar que no me valoran porque todavía no me conocen. Una interpretación te abre y la otra te cierra puertas. Veamos ahora algunas creencias concretas de los dos tipos:
Creencias limitantes (nuestros «saboteadores» personales, nuestro crítico interno)
Soy demasiado mayor
Soy demasiado joven
Esto no se puede hacer
Ahora no es el momento
No soy lo suficientemente inteligente
Con fulano no hay quien se entienda
Yo no valgo para eso
No me lo merezco
No me lo puedo permitir
Más vale malo conocido
Yo es que soy realista
Yo es que soy así
En épocas de crisis no se puede ganar dinero
Ya llegará mi oportunidad
Hay que tener pareja para ser feliz
Se me ha pasado el arroz
Si no tienes casa en propiedad no eres nadie
No dispongo de tiempo
Los miedos son insuperables
Nuestra gente no está lo suficientemente preparada para hacerlo
No delego porque no tengo gente competente
Los sueños, sueños son
No te puedes fiar de nadie
No se puede cambiar
Algún día…
No lo puedo soportar
Yo no tengo remedio
A nadie le importo
Nadie me puede ayudar
Si pido algo, me vuelvo vulnerable
¿Por qué a mí?
EJERCICIO #4
¿Hay alguna con la que te sientas más identificado? ¿Cuántas veces has pensado algo así?
Escribe en un papel las cinco con las que te sientas más identificado. Añade otras tres que no aparezcan en la lista.
Ahora elige de todas las dos que más te estén limitando y sustitúyelas por creencias fortalecedoras y empieza a trabajar las nuevas hoy mismo.
Cambia estas creencias y cambiarás tu vida.
Creencias fortalecedoras
Todo el mundo puede cambiar
La gente no hace las cosas mal a posta
Todos guardamos dentro un talento oculto que espera ser revelado
No sé
El error es aprendizaje
Todo el mundo tiene una razón para hacer las cosas
Imaginar o desear no es suficiente
¡Atrévete!
Tú puedes diseñar tu vida si te lo propones
Puedo hacerlo…
No se pierde el tiempo cuando se afilan las herramientas
Dar sin esperar nada a cambio
Me lo merezco
No hay cliente imposible
No esperes… toma decisiones
EJERCICIO #5
Ahora haz una lista de al menos cinco creencias limitantes y cinco creencias fortalecedoras que tengas.
¿Qué vas a hacer con las creencias limitantes?
¿Cuándo vas a empezar a actuar sobre ellas?
Ahora elige dos y escribe fecha de comienzo y plan de acción que vayas a realizar.
Imagínate ahora que existen dos empresas:
Una empresa A que tiene:
Clientes importantes
Ejecutivos jóvenes y dinámicos
Buenas relaciones humanas
Un buen departamento de relaciones públicas
Y una empresa B que tiene:
Graves reclamaciones
Ejecutivos inexpertos
Líos entre el personal
Problemas fiscales ocultos
¿En cuál preferirías trabajar? Obviamente en la A. Pues… ¡¡¡es la misma empresa!!!
La empresa tiene:
Graves reclamaciones porque tienen clientes importantes; si no fueran importantes, las reclamaciones no serían tan graves
Ejecutivos jóvenes y dinámicos, pero eso significa que no sean inexpertos
Tan buenas relaciones humanas, que todos están liados entre ellos
Un departamento de relaciones públicas tan bueno que se dedica a hacer ingeniería financiera y a ocultar sus problemas fiscales
¡Todo depende de cómo lo interpretes! Todo tiene las dos caras de la misma moneda que interpretamos en función de nuestras creencias.
Podemos modificar nuestras creencias limitantes porque:
Somos diferentes de nuestras creencias
La realidad es diferente de nuestras creencias. Al identificarlas y aceptarlas pierden poder sobre nosotros
Podemos