Autismo. Lia Pistiner de Cortiñas
hostil, violencia y hostilidad que sí encontramos en los funcionamientos psicóticos. El desmantelamiento, el aislamiento y las lagunas en la observación no permiten tampoco que la experiencia pueda articularse. Cuando un chico juega, los tigres pueden ser animales peligrosos que comen, muerden, pueden representar una parte de sí mismo o del objeto y generar angustia ya sea persecutoria o depresiva. En el autismo observamos un modo de evitar el contacto con la experiencia emocional, para eludir el dolor mental, que consiste en anular la función del los objetos incluyendo su propia boca. La separación no implica la diferenciación de un objeto sino una vivencia de un agujero en su propio cuerpo. Una niña de 8 años muestra esta anulación de la función de los objetos envolviendo la boca y los dientes del tigre con plastilina y lo mismo hace con su boca. Cierra los ojos, cierra la boca y se cierra a toda posibilidad de diferenciarme y diferenciarse como otro.
En los funcionamientos autistas en lugar de desarticulación se produce aislamiento, anulación y desmantelamiento. Estos mecanismos impiden cualquier posibilidad de articulación y de encuentro del hecho seleccionado que armonice las experiencias. Los autistas no viven experiencias sino eventos sin significado, la conjunción constante se forma con eventos y también a través de mecanismos obsesivos, que no tienen la función de articular sino de producir un mundo alineado, estático e inanimado.
Ilustración clínica
En mi experiencia clínica he podido observar también que cuando los momentos de salida del autismo posibilitan el hallazgo del Hecho Seleccionado, esto suele ser seguido por un intento de aislarlo y de borronear su función a través de la indiferenciación. Estas características me fueron mostradas en el tratamiento de una nena que podría decirse que tiene el arte del no contacto. Esta niña de 6 años cuando accedía a darse cuenta de sus dificultades de dibujar y escribir, intentaba anularlo haciéndome atar un hilo alrededor de los lápices, ponía un lápiz junto con un muñequito adentro de un cubo hasta que llenaba todos los cubos, que eran colocados prolijamente en una fila. Obviamente este método no sirve para intentar escribir o dibujar, es una forma de anular la función de los objetos y el dolor mental del encuentro con la dificultad. (Ver imágenes de p. 30).
Ilustración de la relación continente-contenido en el autismo
Oscilación PS ⇔ D en el autismo
Maniobras autistas y retraso cognitivo-emocional
A través de las maniobras autistas evitan darse cuenta de la separación y de sus implicancias. Su retraso cognitivo-emocional y sus dificultades para aprender están vinculados a estas maniobras autistas. El mundo humano es un mundo de significados que están en función de los vínculos emocionales con el sí mismo: amor a sí mismo (L), odio a sí mismo (H) y disposición al conocimiento de sí mismo (K). Estos vínculo son factores centrales para que pueda emerger el sí mismo y el sentimiento de existir. El mundo humano realiza la transformación de inanimado en animado. Esto lo podemos observar en el juego de los niños que cuando proponen un juego suelen decir: “dale que” sellando un compromiso de ficción con el compañero de juego. El significado está ligado al sentimiento de existir y sentirse real. Los fracasos en el desarrollo de estos vínculos perturban también las relaciones con los objetos y la disposición al conocimiento. En el mundo autista fallan todos los vínculos y es notorio el fracaso del vínculo K. Los terrores atávicos quedan encerrados y aislados por las barreras autistas y cualquier contacto emocional es evitado.
Emociones y funcionamientos autistas y psicóticos
F. Tustin (1992) describió cómo los objetos y vínculos animados se vuelven inanimados. En la zona autista no puede haber significado puesto que faltan las emociones y tampoco puede hacerse un aprendizaje por la experiencia emocional. En los funcionamientos psicóticos las emociones son atacadas, fragmentadas, evacuadas. Las fallas en el desarrollo emocional y cognitivo se deben a que las transformaciones se hacen en un medio de des-conocimiento activo (-K) vinculado al Super-superyó, descrito por Bion como una conciencia moral sin moral. Las fallas simbólicas en los funcionamientos autistas se relacionan no con un ataque sino con una no diferenciación. Si hay fusión autista, no puede haber dos, no puede haber una relación, y menos aún un tercero.
Las ideas de Bion de la mente como algo vivo y en crecimiento implican la posibilidad de abordajes técnicos en que primero es necesario construir funciones cuando hay fallas en ese sentido, para que puedan darse las condiciones de un desarrollo mental. Tanto Bion como Meltzer se refieren a que el analista tiene que “soñar” la sesión y “soñar” al paciente. “Soñar” aquí significa que el analista necesita usar su función α para construir conjunciones constantes de elementos α que posibiliten encontrar un significado. Este “soñar” implica un sueño construido artificialmente, por medio de un artificio. Con los niños que no juegan y con los adultos con enclaves autistas a los que es necesario llegar para poner en marcha un crecimiento mental detenido, antes de interpretar contenidos, es necesario construir un espacio lúdico como continente y personificaciones para poner en marcha la expresión de contenidos. Esto significa desarrollar una zona lúdica, una zona de juego en que el “dale que” el “como si” pueda tener lugar y que son factores para el desarrollo de un espacio potencial interno para “soñar” y “jugar”.
Salida del autismo - Problemas clínicos
Uno de los desafíos en el tratamiento de niños autistas y de adultos con enclaves autistas es cómo sacarlos de ese páramo defensivo de desconexiones que genera vacío. El otro punto es cómo lograr que toleren los desarrollos de la conciencia, desarrollos que parecen vivir como desgarros. Uno de los problemas clínicos es que la penetración del encapsulamiento desarrolla contacto y darse cuenta y eso es sentido como trayendo la lacerante experiencia de los agujeros terroríficos y de una invasión de estímulos, frente a lo cual esa conciencia naciente es de nuevo truncada y amputada por los mecanismos de desconexión.
Espacio de juego - El sueño construido artificialmente
Winnicott (1972) sostuvo que la psicoterapia debía realizarse en un espacio de juego y que si éste faltaba era necesario construirlo. Si la transferencia implica una relación, en los niños autistas en lugar de una transferencia infantil lo que puede observarse es una norelación. Los pacientes adultos también necesitan poder desarrollar el equivalente de lo que es el juego en los niños que se manifiesta en el “soñar”, en el sentido del humor y en la tolerancia a la metáfora y a la paradoja. El juego y el jugar implican un acceso a un proceso de transformación simbólica. Necesitamos un abordaje técnico que posibilite generar una relación y una transformación en ese nivel.
Construcción de un espacio lúdico
Propongo la idea de introducir como abordaje técnico la construcción de un espacio lúdico cuando falta y la personificación de las emociones a través del juego. Esta construcción es un modo de posibilitar una formulación dramática y estética de la experiencia emocional que establezca contacto y los saque del mundo autista. El juego, el “sueño” construido artificialmente a través de mitos y modelos, permite expresar una experiencia emocional no sensorial en una forma sensorial, que la encarna pero que no se confunde con la experiencia en sí.
Viraje estético y construcción de funciones: “soñar”
Utilizo aquí “soñar” entre comillas porque quiero usar este término en el sentido en que lo usa Bion cuando se refiere a que la realidad tiene que ser soñada. Lo que esto significa es que los hechos en sí mismos no tienen significado y que para encontrar un significado estos hechos necesitan ser “soñados”. Generalmente cuando vemos pacientes autistas nos encontramos con niños o adultos con un alto