Tres perspectivas sobre el milenio y el más allá. Darell L. Bock
libro de Apocalipsis en cuanto a su mensaje y a su posición en el canon.
Concluyo el libro con un ensayo que resume los asuntos discutidos cuando se considera el milenio y más allá. No trataré de resolver el debate en mi ensayo final, pero sí trataré de describir los aspectos hermenéuticos, teológicos, y exegéticos que están en el centro de la discusión de este tema y los desacuerdos que resultan. Cada punto de vista tiene que enfrentar estos aspectos a medida que intenta determinar lo que las Escrituras dicen acerca del tema. Usted merece saber que yo soy premilenialista, pero he tratado de escribir el ensayo final como un estudiante que está reflexionando sobre el tema, tratando de ayudar a otros estudiantes de la Biblia a viajar en el complejo terreno de los debates acerca de la escatología del futuro.
Doy gracias a los tres autores por su cumplimiento fiel de lo asignado. He disfrutado estudiar los ensayos y reflexionar acerca de cada punto de vista en este formato paralelo.
He aprendido mucho acerca de cada posición y por qué algunos mantienen cada punto de vista. Espero que usted tenga la misma experiencia, y además, reciba los recursos necesarios para «escudriñar las Escrituras» y ver cuál de estos puntos de vista refleja de mejor manera la Palabra de Dios.
Darrell L. Bock Febrero 28, 1998
Capítulo Uno
POSMILENIALISMO
Kenneth L. Gentry Jr.
Fácil y frecuentemente, la escatología se utiliza de mala manera. Su importancia, sin embargo, es fundamental para tener una cosmovsión distintivamente bíblica. Aunque somos criaturas limitadas por el tiempo (Job 14:1-67) y el espacio (Hechos 17:26), Dios ha puesto la eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11). Por eso, tenemos un interés innato en el futuro —cosa que necesariamente afecta nuestra conducta en el presente—.
A la luz de estas verdades, la revelación bíblica del futuro tiene mucha importancia y relevancia para el pueblo de Dios.
2 Timoteo 3:16-17 nos enseña que «Toda Escritura es inspirada por Dios» (y por lo tanto tiene importancia), «a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» (y es por tanto, práctica). La no desdeñable tarea de la escatología es explorar la revelación entera de la Palabra infalible de Dios con el objetivo de discernir el curso de la historia del mundo. Dicho curso ha sido ordenado por Dios y revelado proféticamente desde la creación hasta la consumación. Esta tarea tiene como fin emitir «un llamado a la acción y obediencia en el presente».1
En este capítulo presentaré los fundamentos bíblicos y contornos básicos del sistema de escatología conocido como posmilenialismo. Empezaré dando una definición de la idea básica, a saber: el posmilenialismo espera que la proclamación del Evangelio de Jesucristo, bendecida por el Espíritu, ganará la vasta mayoría de seres humanos a la salvación en esta época presente. El éxito creciente del Evangelio producirá de manera gradual una época en la historia, antes de la segunda venida de Cristo, en la cual la fe, la justicia, la paz, y la prosperidad prevalecerán en los asuntos de personas y naciones. Después de una época extensa de tales condiciones, el Señor volverá visible y corporalmente, en gran gloria, poniendo fin a la historia con una resurrección general y el juicio final de toda la humanidad.2 Por tanto, nuestro sistema es posmilenial porque el retorno glorioso del Señor ocurre después de una época de condiciones «mileniales». De esta manera, la persona que adopta el sistema de escatología denominado posmilenialismo proclama en una forma especial que la historia está bajo el control de Él.
EL DESARROLLO HISTÓRICO DEL POSMILENIALISMO
A pesar de frecuentes afirmaciones proféticas en los escritos de los padres de la Iglesia, se presenta un fenómeno curioso: ningún credo antiguo afirma un punto de vista específico sobre el milenio. Aunque están subordinados a las Escrituras, los credos tienen un papel importante en definir la ortodoxia cristiana. Protegen a la Iglesia, a lo interno de la corrupción de la fe, y a lo externo, de los ataques de la incredulidad.
El posmilenialismo antiguo
Las formulaciones tempranas de los credos del cristianismo proveen solamente los elementos más sencillos de la escatología. Por ejemplo, el Credo de los Apóstoles simplemente afirma, «Ascendió al cielo, y se sentó a la derecha de Dios Padre Todopoderoso; desde dónde volverá para juzgar a los vivos y a los muertos», y «Yo creo . . . en la resurrección del cuerpo, y la vida eterna». La escatología del credo de Nicea hace solo un pequeño avance, afirmando que Él «ascendió al cielo, y se sentó a la derecha del Padre; y volverá otra vez con gloria para juzgar a los vivos y a los muertos; cuyo Reino no tendrá fin».
Tanto el amilenialismo como el posmilenialismo se adaptan fácilmente con estos y con otros credos antiguos. En cambio, es más difícil adaptar el premilenialismo a los credos antiguos, porque requiere dos resurrecciones y dos juicios separados en lugar de una resurrección y un juicio general que abarquen simultáneamente a todas las personas. Por esta razón, tal como admite el teólogo dispensacionalista Robert P. Lightner:
«Ninguno de los credos importantes de la Iglesia incluyen el premilenialismo en sus afirmaciones».3 Sin embargo, ninguno de los credos tempranos afirma explícitamente alguno de los puntos de vistas sobre el milenio como la posición ortodoxa. Esto no es causa de sorpresa porque como explica Erickson, «Los tres puntos de vistas sobre el milenio han existido durante toda la historia de la Iglesia».4
Tomando nota de esto, esperamos pues encontrar en la historia temprana del cristianismo, un desarrollo progresivo de los diferentes puntos de vista sobre el milenio, en lugar de un sistema ya completamente desarrollado. Por ejemplo, Walvoord confiesa, cuando se da a la tarea de defender el dispensacionalismo: «Es necesario conceder que una teología desarrollada y detallada de pretribulacionismo no se encuentra en los escritos de los primeros padres de la Iglesia, pero tampoco encontramos ninguna otra exposición detallada y establecida de otra variante del premilenialismo. El desarrollo de la mayoría de las doctrinas importantes duró siglos»5. Y aunque el premilenialismo se desarrolló un poco más temprano (especialmente en Ireneo, 130-202 d.C.6), el teólogo Donald G. Bloesch escribe: «El posmilenialismo fue anticipado ya en los escritos patrísticos de Eusebio de Cesarea (260-340 d.C.)7». Schaff le atribuye al posmilenialismo un origen aun mas temprano, notando que Origenes (185-254 d.C.) «esperaba que el cristianismo, debido a su crecimiento continuo, lograría dominio sobre todo el mundo».8
Atanasio (296-372 d.C.) y Agustín (354-430 d.C.) son otros dos padres prominentes de la época temprana de la iglesia cuya confianza histórica parece expresar una forma incipiente de posmilenialismo.9 Tal como Zoba comenta, Agustín enseñó que la historia «será marcada por la influencia siempre creciente de la Iglesia al vencer la maldad del mundo antes de la venida del Señor».10 Esto eventualmente resultará en un «descanso futuro de los santos en la tierra» (Agustín, Sermón 259:2) «cuando la Iglesia sea libre de todos sus malos elementos, los cuales están en el presente mezclados entre sus miembros y Cristo reinará en paz en medio de ellos».11 Este posmilenialismo temprano e incipiente contiene dentro de sí el elemento primordial sistemático de su desarrollo tardío: una esperanza firme en la victoria del evangelio antes del retorno de Cristo.
Posmilenialismo en la Reforma
Después, como afirma Bloesch: «el posmilenialismo experimentó un crecimiento en la edad media» como lo demuestran los escritos de Joaquín de Fiore (1145-1202) y otros.12 Pero el posmilenialismo más completamente desarrollado aparece durante los siglos XVII-XIX, especialmente bajo influencia puritana y reformada en Inglaterra y Estados Unidos. Rodney Peterson escribe que «este punto de vista había sufrido cambios, especialmente desde el tiempo de Thomas Brightman (1562-1607)». Brightman es uno de los padres del presbiterianismo en Inglaterra.13 El libro “A Revelation of the Revelation” [Una revelación del Apocalipsis] publicado después de su muerte en 1609 explica en detalle su punto de vista posmilenialista y muy pronto llegó a ser una de las obras más traducidas en su tiempo. De hecho, algunos historiadores de la Iglesia consideran esta obra la «revisión más importante e influyente