Universidad, lasallismo y proyecto de vida. Óscar Augusto Elizalde Prada

Universidad, lasallismo y proyecto de vida - Óscar Augusto Elizalde Prada


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      Asimismo, el texto que se propone para la asignatura de Cátedra Lasallista también es un medio de articulación de los procesos formativos que se desarrollan en el Área del Lasallismo, por cuanto favorece la posibilidad de hablar un “idioma común”, no obstante la originalidad y la creatividad que cada docente imprime a sus espacios académicos. En los procesos de investigación, redacción, evaluación y corrección que supuso la escritura de cada uno de los capítulos, se consideraron siete criterios básicos:

       Novedad en la apuesta de pensar el lasallismo en perspectiva de educación superior.

       Talante académico en sus contenidos, fruto del itinerario de formación e investigación de sus autores.

       Sabiduría pedagógica a partir de la experiencia de los docentes del Área de Lasallismo.

       Actualidad en la manera de abordar y articular cada uno de los temas, teniendo presente el propósito, las competencias y los horizontes de sentido que se señalan para la asignatura de Cátedra Lasallista.

       Utilidad para acompañar el desarrollo del microcurrículo de la asignatura de Cátedra Lasallista (Syllabus).

        Agilidad en su lenguaje, adaptado a su público prioritario: los estudiantes neolasallistas.

       Lasallista en su metodología de construcción colectiva, inspirada en la Guía de las escuelas.

      Los autores de los capítulos son idóneos por su formación pedagógica, por experiencia docente y, sobre todo, por su contacto permanente con el estilo educativo lasallista. Desde el punto de vista metodológico y pedagógico, el libro se encuentra estructurado en cuatro grandes partes, en las cuales se abordan los tres ejes temáticos de la Cátedra Lasallista referidos arriba —universitología, lasallismo y proyecto de vida—, y se adiciona una “caja de herramientas” referida a los libros del canon general que forman parte de este espacio académico.

      De este modo, los trece capítulos que dan cuerpo a esta propuesta se encuentran vinculados a estos ejes temáticos, sin que ello implique que el lector necesariamente deba abordarlos en el mismo orden cronológico en el que aparecen. A juicio del estudiante-lector y del profesor-orientador estará el mejor uso que se le puede dar a cada uno de los temas, dependiendo de los enfoques y de los ritmos pedagógicos y didácticos que se asuman.

      La primera parte ofrece tres aproximaciones a La universidad en el devenir de la historia. En efecto, en el primer capítulo (“La universidad, una lectura desde su génesis”), José Luis Jiménez Hurtado recupera los pasos que antecedieron a la fundación de la universidad en el Medioevo, de la mano de algunas iniciativas de la Iglesia católica que, en su momento, asumió la tarea de custodiar y propagar el legado histórico, cultural e intelectual de occidente. De este modo, a la vez que se presentan los contextos sociopolíticos que prepararon el surgimiento de la universidad, se ofrecen algunas pistas sobre su fundamentación jurídica que, finalmente, permiten vislumbrar cómo era la vida universitaria en sus orígenes.

      En el segundo capítulo (“La universidad colombiana, configuraciones y desafíos”), escrito por José Alberto Silva Rivera, se destaca, a partir de algunos elementos estructurales que configuran la universidad (esencia, misión, función y proyección), una serie de retos contemporáneos: autonomía, corporatividad, universalidad, enseñanza, investigación, servicio, cultura, sociedad, ciencia, pertinencia, cien- tificidad e integralidad. Desde el reconocimiento de las tradiciones alemana, francesa y anglosajona, el aporte principal del autor estriba en su propuesta de cuatro grandes desafíos para la universidad colombiana: continuar siendo templo de sabiduría; estar inserta en la realidad; dinamizar el cambio de la nación y asegurar la superioridad de los saberes y de los conocimientos que en ella se gestan.

      Una tercera mirada al asunto de la universidad en el devenir de la historia es asumido en el tercer capítulo (“La Universidad de La Salle: una respuesta pertinente a las exigencias de la historia”), de Fabio Orlando Neira Sánchez, con un tono expresamente lasallista que asume la vigencia de la herencia pedagógica y espiritual que ha inspirado la obra de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, desde los inicios de la Universidad de La Salle hasta el día de hoy, respondiendo a los grandes imperativos de formar seres humanos, comprometidos con una sociedad igualitaria y equitativa. En este sentido, el autor ofrece diversos puntos de vista frente a la continuidad de un proyecto educativo que se ha cualificado en el transcurso de las últimas cinco décadas, sin perder el espíritu que lo inspiró cuando apenas era una “semilla de mostaza”.

      La segunda parte del libro representa lo que podría ser el corazón y tal vez la mayor originalidad del conjunto de la obra. Allí se postulan cinco perspectivas sobre el lasallismo en la universidad.

      En el capítulo cuarto (“Un hombre que desafió su tiempo: Juan Bautista de La Salle”), escrito por el hermano Diego Muñoz León, se dibuja una introducción a la vida y obra de Juan Bautista de La Salle desde el contexto histórico de Francia en el siglo XVII, marcado por la irrupción de una nueva manera de ver el mundo, la sociedad francesa y, particularmente, la renovación de la Iglesia, así como su impacto en el mundo de la educación. Al tenor de los acontecimientos más relevantes de la biografía de La Salle, se destaca su doble vocación, primero al sacerdocio, heredero de la escuela de espiritualidad francesa, y después como fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, desde donde desafía a la sociedad y a la Iglesia de su tiempo, con su manera original de educar en la vida y para la vida.

      De manera similar, Juan Manuel Torres Serrano, en el capítulo quinto (“Recordar para pensar: una historia abierta a nuevos relatos”), presenta el itinerario evangélico de Juan Bautista de La Salle acentuando el sentido de los acontecimientos que marcaron las búsquedas del fundador de los lasallistas, desde dos interpelaciones acuciantes: ¿de dónde vengo? y ¿hacia dónde voy? Más que un relato en perspectiva estrictamente cronológica, en este capítulo el lector podrá asomarse a una propuesta crítica-reflexiva de las experiencias y prácticas de vida de La Salle, las cuales pueden retroalimentar la propia experiencia e identidad, tres siglos después de los hechos que impresionaron a La Salle y que lo llevaron a emprender una aventura humana y espiritual de cara al mundo de la educación.

      En el capítulo sexto (“El carisma lasallista en Colombia”), Javier Polanía González presenta los diferentes matices del lasallismo en Colombia desde la perspectiva del “carisma fundacional”, heredado de La Salle y los primeros hermanos. Para esto, en la primera parte del capítulo clarifica qué se entiende por carisma. Luego, en la segunda parte, propone de manera explícita cómo se ha desarrollado el ca- risma de los lasallistas en el país, a la luz de sus principales aportes, como lo son la pedagogía católica, la educación técnica industrial, el bachillerato moderno en administración y comercial y la formación de maestros para la enseñanza primaria e investigación en ciencias naturales. Al final, el autor destaca algunas implicaciones de la “asociación” como forma vigente y actual del carisma lasallista.

      A estos planteamientos sobre el lasallismo en Colombia se suman dos miradas que atañen propiamente a la universidad lasallis- ta. En el capítulo séptimo (“El lasallismo en la educación superior”), Milton Molano Camargo sitúa la misión lasallista en el contexto de la educación terciaria o superior, haciendo un breve recorrido histórico y destacando los elementos constitutivos y referenciales del lasallismo en la universidad desde la fe que inspira, la fraternidad como estilo de vida y la pasión que moviliza. De este modo, enfatiza que el relato de la universidad lasallista debe continuar respondiendo a los desafíos que se desprenden de la triología axiológica fe, fraternidad y pasión.

      Asimismo, en el capítulo octavo, (“El universitario lasallista”), escrito por Juan Carlos Rivera Venegas, se profundiza en torno a las implicaciones de “lo lasallista” en la vida universitaria, partiendo de la sensibilización social, la formación sociopolítica y el compromiso con la justicia y la solidaridad. Así, se comprende por qué el universitario lasallista es autor y actor protagonista de una nueva realidad que se construye “juntos y por asociación”, como “signos de fe” en el contexto actual.

      En la tercera parte del libro se plantea un asunto de orden práctico y existencial, presente


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