Cuando domina la injusticia. Группа авторов
doctrinales, aplicaciones pedagógicas de éstas y proyectos para implementar las creencias en la vida personal, comunitaria y social. Para clarificar las prácticas sociales de las comunidades evangélicas realmente existentes, ya tenemos un considerable cúmulo de investigaciones históricas, sociológicas y antropológicas que muestran luces y sombras de tales comunidades.
En el 2017 se cumplen 500 años del inicio de la Reforma protestante, que en sus orígenes fue una crítica a la venta de indulgencias y a la corrupción eclesiástica católica romana. Hoy, cuando por todas partes campean en espacios evangélicos o neoevangélicos ambas formas de corrupción, la venta de neoindulgencias o la simonía (Hch 8.9–21), es preciso tener claridad desde el cristianismo evangélico sobre la adulteración y denunciarla como traición al espíritu y la esencia del evangelio de Jesús. Es ineludible la construcción de comunidades de integridad que permeen la sociedad y contribuyan a la renovación de ella aportando nuevos hábitos culturales que combatan desde sus cimientos el desbordante mar de la corrupción. ¿Habrá la energía ética para esta tarea?
El protestantismo en América Latina, a pesar de que desde distintas posiciones e intereses se le sigue etiquetando de advenedizo, ya tiene una historia de más de siglo y medio en este continente, y las últimas cuatro décadas se ha masificado y asentado en toda la extensa geografía latinoamericana. Si las primeras generaciones se enfocaron principalmente en sobrevivir en un medio que les era hostil, y por ello crearon espacios que les dieran tanto legitimidad social como posibilidad de reproducir y diseminar una identidad religiosa/cultural alternativa a la histórica y tradicional en Latinoamérica, las generaciones actuales tienen la responsabilidad que les da su peso demográfico de construir no sólo un perfil confesional identitario hacia dentro de sus comunidades de fe, sino también de fermentar con lo mejor de la cultura protestante las sociedades nacionales, que siguen inmersas en un desasosiego de profundas raíces históricas. Debe hacerse más carne el principio protestante para transformar lo que Gabriel García Márquez, en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, llamó la “realidad descomunal” de América Latina.45
29 Stanley Stein y Barbara Stein, La herencia colonial de América Latina, Siglo xxi Editores, México, 1970, p. 7.
30 Carlos Monsiváis, “Notas sobre el destino (a fin de cuentas venturoso) del laicismo en México”, Fractal, n.° 26, julio-septiembre 2002. Está disponible en línea (http://www.mxfractal.org/F26monsivais.html).
31 Salvador Cárdenas Gutiérrez, “La lucha contra la corrupción en la Nueva España según la visión de los neoestoicos”, Historia Mexicana, vol. lv, n.° 3, enero–marzo 2006, p. 720.
32 http://transparencia.org.es/wp-content/uploads/2016/01/tabla_sintetica_ipc-2015.pdf
33 Mario Vargas Llosa, “Prólogo”, Conversación en La Catedral, 3.a edición, Punto de Lectura, Madrid, 2007, p. 7.
34 Gonzalo Celorio, “Carlos Fuentes, epígono y precursor”, en Carlos Fuentes, La región más transparente (edición conmemorativa 50 años), Asociación de Academias de la Lengua Española-Alfaguara, México, 2008, p. xx.
35 Gabriel García Márquez, El otoño del patriarca, Editorial Plaza y Janés, Barcelona, 1975.
36 Sergio Ramírez, Adiós muchachos: una memoria de la Revolución sandinista, Editorial Aguilar, México, 1999.
37 Gonzalo Báez Camargo, Hacia la renovación religiosa en Hispano-América. Resumen e interpretación del Congreso Evangélico Hispano-Americano de la Habana, Casa Unida de Publicaciones, México, 1930, p. 11.
38 Ibíd., p. 21.
39 Tampoco tuvo espacio en el volumen el trabajo escrito por el misionero norteamericano Peter Wagner, que iba en sentido contrario a las posturas de Samuel Escobar, René Padilla y Pedro Arana.
40 Samuel Escobar Aguirre, La Biblia y la revolución social en América Latina, mimeo, 1970, pp. 2, 7–8.
41 Al respecto es útil el volumen coordinado por Olga Odgers Ortiz, Pluralización religiosa de América Latina, El Colegio de la Frontera Norte-ciesas, Tijuana-México, 2011.
42 http://www.pewforum.org/files/2014/11/Religion-in-Latin-America-11-12-PM-full-PDF.pdf
43 http://www.pewforum.org/files/2014/11/PEW-RESEARCH-CENTER-Religion-in-Latin-America-Overview-SPANISH-TRANSLATION-for-publication-11-13.pdf
44 Una evaluación certera, me parece, es la de Martín Ocaña Flores, Los banqueros de Dios. Una aproximación evangélica a la teología de la prosperidad, 2.a edición, Ediciones Puma, Lima, 2014. Acerca del tema ver el capítulo “¿Teologías posmodernas?”, de Alberto F. Roldán, ¿Para qué sirve la teología?, 2.a edición, Libros Desafío, Michigan, 2011, pp. 137–156. Sobre la identidad de la fe evangélica, Ian Randall, What a Friend We Have in Jesus. The Evangelical Tradition, Orbis Books, New York, 2005; J. I. Packer y Thomas C. Oden, One Faith: The Evangelical Consensus, InterVarsity Press, Downers Gove, Illinois, 204; John Stott, Identidad evangélica. Un llamado a la unidad, integridad y fidelidad, Ediciones Certeza Unida, Buenos Aires, 2012.
45 Gabriel García Márquez, “La soledad de América Latina”, discurso en la recepción del Premio Nobel de Literatura 1982, en Yo no vengo a decir un discurso, Random House Mondadori, México, 2010, p. 25.
Parte 2
Abordajes bíblicos y desafíos éticos
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