La cuestión del sujeto político decolonial en el Ecuador de la Revolución Ciudadana. Giacomo Finzi

La cuestión del sujeto político decolonial en el Ecuador de la Revolución Ciudadana - Giacomo Finzi


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expressed mainly in economic terms” (Hayek, 1967, p. 150).

      Sin embargo, el neoliberalismo representa algo más profundo y podría ser visto como un Weltanschauung, una cosmovisión completa que conceptualiza y teoriza eficazmente todas las esferas de la vida social (en el terreno individual, colectivo y comunitario). Las ideas políticas y económicas enriquecen el discurso neoliberal dentro de un horizonte filosófico, económico, político, histórico, sociológico, cultural, jurídico y ético. Representa, en efecto, una filosofía política sucinta y bien definida. Perry Anderson lo define en el año 2000 como una ideología universal; pero la definición del neoliberalismo como ideología crea algunos problemas en el análisis científico, cuyo riesgo es identificar solamente algunas características del concepto estudiado y llegar a algunas conclusiones influenciadas por juicios de valor. Por eso, aquí se sostiene que el término neoliberalismo surge sin una precisa connotación ideológica, pero que con el tiempo la adquiere en el momento en que construye un discurso político y modela una particular forma de organización política y social.

      En efecto, para poder alcanzar esta dimensión hegemónica, el neoliberalismo tuvo que organizarse y adquirir una estructura orgánica más definida, al grado de sistematizar sus contenidos. El mismo intelectual austriaco Friedrich von Hayek, fundador de la Sociedad Mont Pèlerin4, declaró: “We must make the building of a free society once more an intellectual adventure, a deed of courage” (Harris, 1997). Se trató inicialmente de una batalla intelectual, parecida a la que Borón describe para el mundo contemporáneo (frente a la difusión de los gobiernos progresistas y a las ofensivas imperiales), antes que sus valores y sus códigos se impusieran y se difundieran a nivel global. El neoliberalismo, con el tiempo, supo evolucionar tanto en términos teóricos como en la elaboración de estrategias, gracias a la presencia de sus instituciones, la Sociedad Mont Pèlerín y los think tanks5, que fueron creados en varios países. En esta batalla de las ideas, los teóricos y empresarios de la política y los economistas sirvieron como intelectuales orgánicos para ofrecer una mayor legitimidad al nuevo orden neoliberal ascendente (Birch y Tickell, 2010, p. 52). Los intelectuales desempeñaron un papel fundamental en el proceso de transformación que llevó consigo el neoliberalismo.

      En fin, se podría afirmar que el neoliberalismo es una doctrina filosófica que aspira a una transformación total de la sociedad, empezando por el ámbito económico y político y alcanzando finalmente los más diferentes sectores sociales y científicos. Con el tiempo, este ha sabido construir nuevos intereses, nuevas normas, nuevas prácticas y nuevos valores, que se han institucionalizado dentro de la sociedad mundial.

      Después de definir el concepto de hegemonía y neoliberalismo, es necesario aclarar cómo ha surgido la hegemonía neoliberal, en qué tipo de contexto lo ha hecho y cómo se desarrolló y difundió por todo el continente latinoamericano.

      Se iniciará esta aclaración recordando el planteamiento de Borón sobre la batalla de ideas. El triunfo del neoliberalismo en América Latina está fuertemente vinculado al fin de las experiencias alternativas y progresistas. En primer lugar, el gobierno de la Unidad Popular en Chile fue derrotado militarmente con el golpe del 11 de septiembre de 1973 y con la trágica muerte de Salvador Allende6. En paralelo, la victoria del conservadurismo y el triunfo del neoliberalismo en América Latina no consistieron solamente en la imposición de su agenda política, económica, y su modelo de organización de la sociedad y cultural, sino en haberse traducido e impuesto –hasta finales del siglo XX– como único paradigma válido para el desarrollo.

      Una de las evidentes señales de la derrota ideológica de las experiencias alternativas en América Latina, pero también en otras latitudes, es que buena parte de las fuerzas políticas de centroizquierda, o inclusive de izquierda, incorporaron algunos elementos puramente neoliberales dentro de su horizonte ideológico y manifiesto programático. Los casos emblemáticos son, por ejemplo, en Europa, el New Labour de Tony Blair, en el Reino Unido7, y la socialdemocracia del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) de Gerhard Schröder, en Alemania8. En América Latina, el caso más emblemático lo constituirían los gobiernos de la Concertación en Chile, que han mantenido, con pocas diferencias, las recetas económicas y el mismo modelo neoliberal en su conjunto, como herencia de peso en el eje del continuismo de la época de la dictadura de Pinochet.

      Lo paradójico sería justamente eso: que, inclusive en formaciones que se declaran socialdemócratas o socialistas –como en el caso del Partido Socialista Chileno, el Frente Amplio en Uruguay, la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) en Perú, componentes del peronismo en Argentina, y algunos sectores del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil–, estas ideas se mantengan como hegemónicas. En el momento en que ello se presente tanto en América Latina como en otras regiones del mundo, implicaría la desaparición de la diferencia ideológica (y también ontológica) entre derecha e izquierda política, así como la desaparición de una fuerza alternativa dentro del aparato institucional y dentro del esquema partidista. En el presente estudio se analizarán en esta óptica los diez años de la Revolución Ciudadana; en particular, para plantear –y, desde luego, problematizar– si Alianza PAIS supo construir un nuevo proyecto hegemónico capaz de derrotar al neoliberalismo. Para este propósito, se señalarán las rupturas y las continuidades con el orden hegemónico del periodo anterior.

      Según Borón, el sentido de la batalla de ideas sería precisamente “demostrar que hay vida después del neoliberalismo, que otro mundo es posible y que la historia todavía no ha dicho su última palabra” (Borón, 2008, p. 134). Aquí, el objetivo será verificar cuánto Alianza PAIS y los gobiernos de la Revolución Ciudadana se distanciaron de la hegemonía neoliberal y qué tanto se emprendió para definir otro tipo de hegemonía, que no fuera solo de carácter político-electoral. Para lograr una mayor problematización, se tratará de diferenciar entre el discurso político y la retórica, por una parte, y la práctica de los gobiernos de Alianza PAIS, por otra.

      En los estudios políticos latinoamericanos se considera el desarrollo y la difusión del neoliberalismo en el subcontinente a partir del Laboratorio Chile, en la década de los 70 y 80, principalmente por la influencia de los Chicago Boys y del pensamiento de Friedrich von Hayek. Si bien la influencia de los Chicago Boys es innegable y evidentemente importante para las medidas económicas implementadas en Chile –y sucesivamente aplicadas en buena parte de América Latina y del mundo–, aquí se sostiene que en la obra y en la filosofía política de Friedrich von Hayek hay una reflexión más profunda, no solamente ligada a las fórmulas monetaristas, sino que abarca la teoría política, la filosofía, el derecho constitucional, la ética y la epistemología. Al contrario, los Chicago Boys representaban un grupo de tecnócratas entrenados en el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago, destinados a aplicar las medidas de shock para implementar el modelo neoliberal.

      Las ideas de von Hayek surgieron en un mundo dominado por la hegemonía keynesiana y con un modelo de Estado de bienestar, que era el horizonte hacia el que la mayoría de los proyectos políticos en todas las latitudes del mundo aspiraban. La hegemonía keynesiana se había afirmado en el periodo de posguerra de la Segunda Guerra Mundial, cuando la mayoría de las economías devastadas por el conflicto mundial imponía a los Estados un papel protagónico y decisivo en cuanto a fomentar la reconstrucción económica y la recuperación de las fuerzas sociales. En América Latina, la fundación en 1948 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) había, de alguna manera, institucionalizado dicho paradigma económico y social, planteando un modelo desarrollista con un papel preponderante del Estado y una fuerte intervención en la economía y en la política social. Una vez creada la Cepal, la mayoría de los países de América Latina institucionalizó un nuevo paradigma económico: la industrialización por sustitución de importaciones (ISI).

      En este orden de ideas, el filósofo austriaco construyó y articuló su crítica al Estado de bienestar. La fuerza de sus ideas, junto con el aparato de intelectuales orgánicos y al aparato de tecnócratas (cuyo ejemplo mayor son los Chicago Boys), contribuyó a debilitar el modelo keynesiano y, gracias a sus impulsos ideológicos y organizativos, llegó a afirmarse como modelo organizativo de la sociedad en muchos países latinoamericanos y del mundo. El uso del terror y del terrorismo


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