El arte de criar un cachorro. Monks of New Skete

El arte de criar un cachorro - Monks of New Skete


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presente. Cuando se han completado todos los exámenes, varios monjes y trabajadores del criadero implicados en la asignación de los cachorros discuten los resultados y empiezan a planificar el destino de cada uno.

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       Prueba de sensibilidad visual. Movemos un objeto extraño cerca del cachorro y observamos su reacción.

      Como es obvio, el objetivo de la prueba de los cachorros no es juzgar si tienen buen o mal temperamento, sino indicar dónde deberían estar para desarrollar todo su potencial. Para una persona que pasa mucho tiempo al aire libre, un cachorro con buen temperamento puede resultar inadecuado para trabajar como perro de terapia en una residencia. Todo depende de las necesidades y deseos de cada dueño.

      Tras analizar los resultados de la camada de Anka (véase apéndice para el formulario de puntuaciones), no nos encontramos con ninguna sorpresa: la puntuación de cada perro nos confirma nuestras impresiones generales de las semanas anteriores. Puesto que la camada desciende de dos progenitores de un sólido linaje trabajador, los cachorros necesitarán estar con personas a quienes les resulte fácil tratar con perros activos e inteligentes. Ahora es el momento de revisar con atención las solicitudes de las personas que están esperando obtener un cachorro para intentar emparejarlas con los ejemplares disponibles de la camada.

      Sunny, que sacó doses en casi todas las pruebas, es el cachorro dominante de la camada. Posee todas las cualidades de un buen perro trabajador: ánimo, confianza, inteligencia y aplomo. Lo asignamos a una persona con experiencia en perros que está muy implicada en el trabajo Schutzhund.

      Kairos, el segundo macho, sacó sobre todo treses, lo que indica que es un perro activo y extrovertido. Puesto que no muestra dificultades ni con las personas ni con los ruidos, le escogemos para una ubicación suburbana, con una familia en la que hay tres adolescentes. Ya han tenido pastores alemanes en el pasado y se comprometen a adiestrarlo bien.

      Oka, que sobre todo sacó treses y cuatros, es también enérgica, aunque con cierta tendencia a mostrarse independiente. Creemos que se ajustará bien a una situación en la que el dueño está ausente la mayor parte del día, así que la asignamos a una mujer soltera que dedica unas horas del día a dar asesoramiento psicológico en su casa.

      Kipper, que también sacó principalmente treses, es un cachorro que creemos que puede encajar con una familia porque tiene una fuerte predilección por las personas. Lo destinamos a una familia que tiene dos niños y otro perro, un labrador retriever muy activo.

      Yola, que sacó principalmente cuatros, es la perra perfecta para una pareja de ancianos. Es amable y sumisa, pero no miedosa, de modo que la asignamos a una pareja recién jubilada que tiene mucho tiempo y amor para dedicar a la perrita.

      Al final de la novena semana ya se han marchado todos los cachorros. Lo normal es que enviemos a los perros a sus nuevos hogares entre la octava y la décima semana, dependiendo de las circunstancias particulares de cada caso. Aunque algunos libros señalan la séptima semana como la ideal para situarlos en su nueva ubicación, nosotros hemos constatado que la fecha de partida puede ser mucho más flexible, siempre que siga produciéndose una socialización regular en el criadero. Cuando los tenemos después de la séptima semana, seguimos sometiéndoles a un programa diario de socialización y nos aseguramos de que se expongan con frecuencia a personas, perros y entornos diversos. No hemos observado que se produjera ningún efecto adverso por ello. Cuando los cachorros se marchan, están preparados para encarar la transición de ir a vivir con unos nuevos dueños.

      Nos hemos referido antes a una parte natural del proceso de socialización que se produce entre las semanas ocho y diez, y se conoce como el período del miedo y la desconfianza. Durante esta temporada, los cachorrillos que se mostraban confiados y precoces la semana anterior pueden parecer de repente cautelosos y vacilantes, y hacer que uno se plantee si ocurre algo. Y esto es válido en especial para el nuevo dueño que se pregunta con preocupación si ese comportamiento indica que el criador le ha dado gato por liebre o que él mismo no sabe tratarlo. Esté tranquilo porque lo que sin duda está ocurriendo es que el perrito está atravesando el ajuste natural de sus plenas capacidades sensoriales de adulto. Esto le llevará unas semanas. Ya que la mayoría de los criadores colocan a los cachorros entre la séptima y la décima semana (el momento óptimo para que los cachorros establezcan un vínculo con sus nuevos dueños), hay que tener en cuenta esta fase y utilizarla a su favor. La paciencia y la comprensión del dueño suponen un gran impulso para que el cachorro salga de esta etapa habiendo establecido con el dueño un fuerte vínculo.

      A pesar de que se trata de una fase normal, durante este período es importante no exponer al cacharro a experiencias de mucho estrés. Los especialistas han descubierto que durante estas semanas los cachorrillos son en especial sensibles a experiencias traumáticas y tratos poco adecuados que podrían dejar secuelas emocionales duraderas. Mientras que los cachorros de cinco a seis semanas se recuperan rápidamente de experiencias de miedo repentinas, el impacto es mucho más profundo si se producen en el período del miedo y la desconfianza.

      Esto no implica que haya que mantener al cachorro aislado de personas y situaciones nuevas. La socialización es esencial durante todo el período. Sin embargo, hay que realizarla con cuidado e inteligencia. Las nuevas experiencias deberán ser no traumáticas y fáciles de encajar. Si mantiene una actitud positiva y estimulante con su cachorro y evita que se asuste y atraviese experiencias estresantes, percibirá que el animal recobra su personalidad normal tras la décima semana.

      Una observación final: el período del miedo y la desconfianza es una razón más por la que el entorno temprano del cachorro debe ser equilibrado y saludable para asegurar una transición y un ajuste positivos durante la infancia del animal. Si el cachorro jamás se han encontrado en una situación normal y saludable desde temprana edad, si no ha recibido la socialización necesaria en cada fase de su juventud, no tendrá una base sólida a la que regresar, y los efectos de este período pueden ser mucho más pronunciados y duraderos. Además, si las circunstancias y actitudes del cachorrillo en su nuevo hogar no le acompañan guiándole a través del período del miedo, el cachorro suele acusar cicatrices emocionales que afectarán su comportamiento durante toda su vida. Los nuevos dueños deben ser muy cuidadosos con el momento de obtener el cachorro y la manera de introducirlo en el nuevo hogar. Examinaremos estos temas en detalle en capítulos siguientes.

      * En aras de la claridad, analizaremos en conjunto las respuestas individuales a cada fase de la prueba, en lugar de presentar los resultados de cada cachorro por separado.

       Inspiración y transpiración

       La cualidad más encantadora de un cachorro tal vez sea la oportunidad. Los cachorros nos llenan de esperanza y nos dan una oportunidad para empezar de nuevo, para moldearlos y moldearnos a nosotros mismos como compañeros de largo recorrido que compartirán una parte íntima de sus vidas durante los siguientes diez o veinte años.

      Dogs & Devotion

      Hagamos una pausa para analizar cómo hemos llegado a este punto. Nuestro objetivo al describir tan meticulosamente los estadios ocultos de la infancia de los cachorros no pretendía cargarle con un montón de información fascinante pero innecesaria. Al contrario, lo que pretendemos es crear en usted una visión informada de muchos de los factores que han hecho que su cachorro sea una criatura única. Cuando los nuevos dueños comprenden la complejidad y la belleza del desarrollo de los cachorrillos, están más dispuestos a comprometerse con el proceso de disciplina y a criarlos concienzudamente. No lo subestimarán. Si un dueño puede ver al animal como el misterio que es y la capacidad que tiene para convertirse en un gran compañero, también aumentará su deseo de conseguir el objetivo.

      Éste es un punto importante que hay que recordar. Todo nuevo o futuro dueño entra en el proceso con una idea del cachorro que desea criar. Piense en su experiencia: ¿Qué desea? Sean


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