Exiting. Leonardo Glikin
acreedores y frente a la conflictividad familiar, tanto en caso de divorcio como de incapacidad mental.
Planificación Sucesoria: estrategias que permiten una transmisión hereditaria, o la transmisión del mando en la empresa, basada en los intereses y deseos del heredante (es decir, la persona que va a ser heredada alguna vez) y las necesidades de su entorno afectivo, en un marco de equidad.
Planificación Financiera: metas y acciones para un adecuado manejo de los flujos de dinero activos (ahorro, inversiones) y pasivos (deudas).
Planificación Estratégica de negocios: estructuración de los negocios y productos de la empresa, para brindar un resultado adecuado en función de la visión, la misión y los recursos que se invierten.
El exiting y el amor a la empresa
Dice Ricardo: Yo, de chico, correteaba por la fábrica. Después de la escuela, iba directamente para allí, y lo ayudaba a mi viejo con pequeñas cosas. Con el tiempo fui aprendiendo el oficio. Me casé, Y mi señora entró a trabajar conmigo. Cuando mi viejo enfermó, mi hermano dejó de estudiar, y también vino a la empresa a ayudar. La empresa es mi vida, no sé si puedo imaginarme sin estar allí…
El sólo hecho de pensar en la posibilidad de salir de la empresa o del negocio es vivido, por muchas personas, como la antesala de la muerte.
Después de cuarenta o más años de labor o, en muchos casos, de haberse criado en y con la empresa, pensar en la salida puede generar sensaciones de angustia y pensamientos de pérdida de identidad, o de un lugar en el mundo. Esas vivencias dolorosas son las que explican en gran medida las resistencias frente a la salida de la empresa.
¿Eso significa que, para no pasar por esos momentos angustiantes, simplemente hay que quedarse para siempre?
Reflexionemos sobre los momentos de dolor e incertidumbre que genera una operación necesaria, sea por razones de salud o estéticas. ¿Acaso evitaríamos la intervención por temor a los dolores postoperatorios?
Seguramente, no es ésa la mejor actitud.
Por el contrario, saber que habrá resistencias propias y ajenas, y enfrentarlas con adultez (en muchos casos, con acompañamiento profesional) nos da una posibilidad de crecer en la vida y abrirnos a experiencias nuevas que, de otro modo, jamás habríamos imaginado.
Conocer esas vivencias es un componente fundamental para una salida exitosa de la empresa.
Los pensamientos positivos respecto de cómo continuará la vida a partir de ese momento forman parte fundamental del proceso de exiting.
Preguntas para pensar la salida
Todo proyecto comienza con una idea; en el caso del exiting, la idea de salida.
Para construirla, son necesarias algunas preguntas, cuyas respuestas permitirán ir planteando situaciones específicas en cada caso..
En el cuadro 2 formulamos algunas de esas preguntas, para ayudar a pensar la salida.
No todas estas preguntas son aplicables a las mismas personas, ya que las actitudes y decisiones dependen, en gran medida, del carácter de cada uno y del futuro que imagina (si mantener la empresa en la familia o venderla, si retirarse en forma total o en forma parcial):
CUADRO 2: PREGUNTAS DISPARADORAS
¿Qué va a pasar con mis proyectos, cuando yo no esté ahí para defenderlos?
¿Qué va a pasar con mis finanzas, si dejo de tener el respaldo de la empresa?
¿Acaso hay alguna inversión realmente segura?
Poner este proceso en movimiento, ¿generará una crisis con el personal?
Anunciar un proceso de sucesión, ¿desatará peleas entre mis hijos?
¿Qué voy a hacer con el tiempo libre?
Si los sucesores no saben manejar la empresa, y ésta entra en dificultades económico-financieras, ¿tendré que volver a manejarla, después de haberme ido?
¿Cómo va a ser mi vida, cuando no tenga secretaria que se haga cargo de pagar mis facturas y se ocupe de las cuestiones de papeles?
¿Cuál es la edad del exiting?
En nuestra civilización crecen las expectativas de vida, y, al mismo tiempo, la posibilidad de utilizar el tiempo libre de diferentes maneras.
A su vez, cada cual tiene su modelo mental respecto de cuándo le gustaría retirarse, y qué hacer con su vida.
Por lo tanto, no podemos establecer una regla universal, pero sabemos que, a partir de los 55 años, plantearse el retiro de la empresa es, más que nada, una necesidad.
“Es más, aunque no haya una decisión cierta respecto al momento del exiting, es posible identificar una serie de factores que lo impulsan:
La aparición y/o manifestación de las expectativas y deseos de los hijos respecto de su posibilidad de participar en los puestos de dirección de la empresa.
El hecho de que, aunque no haya hijos “haciendo banco”, hay menos ganas de seguir luchando frente a las cambiantes condiciones de los mercados.
La llegada de los nietos, a partir de la cual surge -en muchos casos- el deseo de vivir de una manera diferente.
El diagnóstico de una enfermedad (incluso, superable) que restringe el grado de dedicación y la energía que se puede seguir invirtiendo en la empresa.
El surgimiento de uno o varios de estos factores, que pueden presentarse simultáneamente o no, desencadenarán la necesidad de preparar a la empresa, a sus integrantes claves y a uno mismo para enfrentar el desafío inicial: la preparación del exiting.
¿Cuándo comenzar a preparar el exiting?
Tengamos en cuenta que el retiro no es un evento, algo que ocurre un día determinado, y de una vez.
Por el contrario, el retiro es un proceso que tiene un punto de inicio, un desarrollo y un momento de culminación.
Por otra parte, no se trata de un proceso individual y totalmente privado. Puede tener aspectos que se desarrollan en la intimidad, pero, en gran medida, el proceso abarca a quien planifica su retiro, a su organización y a la familia.
Durante su transcurso, se van a producir modificaciones tanto en la empresa, como en las personas que participen en ella, y en la familia.
Todo irá conformando una realidad compleja (no necesariamente complicada), no sólo en lo que respecta a los involucrados, sino también a los tiempos que llevará: algunas situaciones tendrán un orden temporal, se sucederán e irán concluyendo y algunas serán simultáneas.
Esto condicionará la aparición de situaciones críticas, o sea, convergerán factores que pueden operar como obstáculos frente al camino trazado, y nos obligarán a pensar en determinadas modificaciones para que esos obstáculos puedan ser superados. Precisamente porque Es decir, no se está exento de la posibilidad de una crisis, o sea, de una confluencia de factores que operen como obstáculos frente al camino trazado, y nos obliguen a pensar en determinadas modificaciones para que esos obstáculos puedan ser superados. Precisamente porque las dificultades son parte del camino en un proceso tan trascendente, el compromiso y la determinación de hacerles frente son requisitos clave para el éxito.
En un desarrollo adecuado, sin apuros innecesarios ni presiones, es recomendable iniciar el proceso de exiting entre 5 y 10 años antes del momento en que se efectivice. Durante ese tiempo, será necesario recorrer un camino que no depende exclusivamente de la persona que se retira:
Cuadro 3: a tener en cuenta…
En el caso de una venta, va a depender de la preparación de la empresa y la posible aparición de compradores.
A su vez, en muchos casos, los compradores no están presentes en todo momento, sino que aparecen en momentos específicos del ciclo de la economía, y de acuerdo a la manera como ese ciclo afecta al rubro de la empresa.
Si