Exiting. Leonardo Glikin
de que todos van a desempeñar su papel con eficacia, cuando llegue el momento de ejecutar las decisiones tomadas.
Sin embargo, en muchos casos se peca por exceso de prudencia, y en otros por exceso de audacia.
Veamos algunos ejemplos:
1.- Morosidad exasperante
“Ya venimos hablando este tema con mis hermanos desde hace 10 años, pero no creemos que haya llegado el momento de incorporar a la próxima generación. Es cierto que Andrés ya tiene 40 años, y que hace quince que se desempeña en la empresa, y que Martha, mi hija, tiene un master en administración de empresas y hace varios años que está aquí…pero, no sé, se me hace que todavía es demasiado pronto. Es cierto que mi hermano mayor tiene achaques de salud importantes, pero, qué le va a hacer…hay que aguantar hasta que estemos seguros de lo que hacemos. Para colmo, ahora Andrés dice que no sabe si se va a quedar en la empresa o va a aceptar un puesto que le ofrecieron en el exterior…”.
Como todo proceso de cambio, el exiting requiere un tiempo prudencial.
A veces, el empresario lo toma con tal sentido de la trascendencia e importancia, que no puede terminar de definir un rumbo.
Participa en cuanto seminario se dicta acerca de temas afines, evidencia una sobre-exigencia notable respecto de los procesos y las personas en su organización…en fin, tanta energía invierte en que su exiting sea impecable, que va postergando cada uno de los pasos a tomar. En estos casos, se aplica el adagio de que “lo ideal es enemigo de lo bueno”.
El resultado final es que el proceso queda tan idealizado, que las personas que potencialmente deberían participar perciben que no cuentan con la confianza del líder como para participar en el proyecto. De esta forma, baja su auto-estima, y, con ella, su capacidad de gestión exitosa.
2.- El apuro incontenible
Rafael anunció a su familia en el mes de noviembre: “en febrero me voy de vacaciones, y luego ya no vuelvo a la empresa. Quedará todo en manos de mi sobrino, que hace diez años se viene preparando para manejar la empresa”.
Por supuesto, nadie le creyó. Pero, cuando llegó el mes de marzo, Rafael empezó a levantarse más tarde de lo habitual, y se armó una agenda muy completa…que no incluía pasar por la empresa.
Alberto, el sobrino, puso lo mejor de sí durante dos meses. Pero estaba cada vez más agobiado por situaciones en las que tenía que tomar decisiones, sin el espaldarazo del dueño. Esto lo llevó a estar cada vez más nervioso y exigente con el personal.
En mayo, después de 35 años, la empresa tuvo un conflicto gremial cuyo trasfondo era la disconformidad del personal con el trato que recibía de parte de Alberto.
Frente a esa situación, Rafael tuvo que “interrumpir” su retiro, y consagrar su tiempo, integramente, a resolver el problema con el personal, primero, y luego a desandar un camino que no estaba llevando a la empresa hacia un destino de éxito.
En este caso, fue tal la ansiedad de Rafael por retirarse, que no ponderó a fondo el grado de preparación que tenía su sucesor. De esta manera, se puso en riesgo a la propia organización, ya que, al desentenderse antes de tiempo de procesos y factores que estaban bajo su responsabilidad directa, Rafael no permitió que Alberto se preparara para la función que él le había reservado.
No podemos dejar de señalar que el apuro incontenible es, a veces, la estrategia del “imprescindible” para reconfirmar que no hay manera de que él se retire.
CAPÍTULO 3
BENEFICIOS DEL EXITING
“Tener coraje no significa no tener miedo, sino decidir que hay cosas mas importantes que el miedo de las que ocuparse”
Aníbal Carmona, presidente de Unitech S.A.
Nadie contrataría una excursión a un lugar desconocido sin, por lo menos, mirar algunas fotos, o recibir referencias.
De la misma manera, sólo se puede pensar en la salida de la empresa, si, al mismo tiempo, se imaginan situaciones beneficiosas que esa salida va a conllevar.
Poder dejar la empresa de una manera consciente implica beneficiarse de diferentes circunstancias. Algunas, referidas expresamente a la empresa, y otras ligadas al ámbito de desarrollo personal.
El empresario que decida un cambio tan significativo, debe hacerlo sabiendo, por anticipado, cuáles son los beneficios que va a obtener.
Qué significa “beneficio”
Todo empresario está acostumbrado a medir el beneficio como la diferencia entre el precio percibido y los costos totales. Y su compromiso con su espacio en el mundo de la producción suele consistir en obtener el mayor beneficio posible.
Sin embargo, este no es el único concepto de “beneficio” que se puede computar, ya que en el moderno mundo de las empresas han nacido nuevos objetivos que han mermado una parte de terreno al beneficio:
•Crecimiento
•Poder de mercado
•estabilidad
•sustentabilidad en el largo plazo
•adaptabilidad al medio
•respeto al sistema ecológico
•responsabilidad social
•servicio a la comunidad
Para encarar un proceso de exiting, el empresario debe pensar los objetivos que su empresa debería cumplir, sea los que están aquí enumerados, o los que surjan de su experiencia o sus ideales.
Pero también, para poder tener éxito en su salida, el empresario debe re-definir que llama “beneficio”. En algunos casos, es posible que sea necesario resignar rentabilidad en función de una empresa más ordenada, o menos dependiente de quienes hoy la lideran.
En otros casos, quizás sea necesario resignar una porción de mercado o una zona geográfica, en función de que la empresa resulte manejable.
Finalmente, en caso de venta de la empresa, quizás sea necesario resignar una parte del valor teórico, en función de aceptar una oferta real, que permita ejecutar el proceso en un momento determinado, en lugar de seguir esperando indefinidamente hasta que llegue el comprador ideal.
Algunas historias de beneficios
Vamos a ver a continuación algunas historias de beneficios que se pueden obtener a través del proceso de exiting
Participar de otra manera con la pareja y con la familia
Nunca me imaginé que Eduardo podía ser tan compañero, y tan buen abuelo –dice Beatriz, encantada con el nuevo tiempo que puede compartir con su marido−. Todos estábamos tan acostumbrados a que él se levantara temprano y volviera agotado a la noche, que nunca nos habíamos preguntado cuál era su verdadero deseo. Desde que Eduardo se retiró planificamos viajecitos cortos, a veces de fin de semana, o vamos al cine en los horarios en los que él antes trabajaba… Pero, lo que más placer me da, es verlo jugar con los nietos, no sé de dónde sacó tanta paciencia, él, que antes era un cascarrabias…
Para algunos, el tiempo libre significa un redescubrimiento de sí mismo, y la posibilidad de encarar la vida en pareja de una manera diferente. Y eso significa abrirse a un tiempo de nuevos desafíos, de reencuentro en el diálogo y en las actividades compartidas.
Un tiempo de jubilación, pero en el sentido de “jubileo”.
El cuidado del bienestar personal
Cuando uno entra al taller, encuentra un cartel en chapa que dice: “Norberto Condetti, pequeño empresario argentino”.
Él lo muestra con orgullo, y dice: “lo hice con mis propias manos, lo pinté. Lo colgué. Es para espantar a las brujas…”
Norberto, pequeño empresario, es grande en creatividad, en ganas de vivir, en hobbies para su futuro.
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