Exiting. Leonardo Glikin
de mudanza
Otros
Para mí
Más tiempo libre
Posibilidad de desarrollar mis gustos
Posibilidad de vivir más descansado
Desafío de encarar nuevas actividades
Dejar de hacer cosas que no me gustan
Otros
Hacer el F.O.D.A.
Una vez que hayamos escrito las diferentes alternativas para el exiting, es necesario hacer un F.O.D.A., o sea, una evaluación de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de cada una de esas alternativas.
Vamos a definir cada uno de estos aspectos:
FORTALEZAS: cuáles son las capacidades propias, y la de la organización, que permitan imaginar el éxito de la propuesta.
OPORTUNIDADES: si tomo ese camino, ¿cuáles son los beneficios que puedo lograr? ¿Qué situaciones puedo aprovechar?
DEBILIDADES: todo aquello para lo que no estoy preparado, o que mi organización tiene dificultades en atravesar y resolver.
AMENAZAS: los eventos que pueden hacer peligrar el proceso de salida, o a la organización.
En general, se considera que las fortalezas y debilidades son propias, y que las oportunidades y amenazas las proporciona el entorno.
Hacer un F.O.D.A. permite reconocer las propias fortalezas y debilidades, e identificar aquellas oportunidades que se podrían aprovechar, y las amenazas de las que hay que cuidarse.
Aprendí hace mucho tiempo que, cuando frente a un proceso determinado, uno no ve amenazas, o no reconoce debilidades, tiene que “salir de la ruta”, como si estuviera frente a un banco de niebla, porque, seguramente, hay datos de la realidad que no está pudiendo registrar.
Cada uno de nosotros, con las mejores intenciones, y con sus mejores fortalezas, también puede ser una amenaza para el avance de los procesos de la organización.
Por ejemplo, si alguien es un excelente técnico en una función específica de la empresa, es posible que se ocupe de formar a otro para reemplazarlo, o que sea excesivamente exigente con la persona elegida. Y, entonces, la fortaleza personal se convierte en una amenaza para el éxito de la organización.
CUADRO 5: Un ejemplo de F.O.D.A
Alternativa: dejo la empresa en manos de J.C.R, como gerente general profesional
FORTALEZAS:
Conoce la empresa desde hace muchos años
Es eficiente
Es leal
Lo conoce el mercado
Es respetado por el personal
OPORTUNIDADES
Justificaría otorgarle el aumento de sueldo que está reclamando
Se simplificaría el exiting, porque conoce la empresa a fondo.
DEBILIDADES
La relación de lealtad es exclusivamente hacia mí, ya que no tiene una buena relación con mi familia
No tiene inclinación a trabajar en equipo, o compartir información
Es apenas 5 años menor que yo
AMENAZAS
En caso de mi fallecimiento, existe el riesgo de que no brinde reportes adecuados a mi familia
Si él fallece o se incapacita no habrá una segunda opción, ya que él no tiene una inclinación a preparar gente.
Es un proceso que puede ser necesario replantear dentro de muy poco tiempo, dada su edad.
Capítulo 4
LAS DIFICULTADES A SUPERAR
“Con las dificultades no se negocia. O las superas, o te derrotan”.
(frase que ilustra un poster, donde un niño intenta atarse los cordones de las zapatillas)
- Aquí está la carpeta del seminario al que asistimos todos los directivos de la empresa en 2006 -, dice Diana, convencida de que eso le otorga algún título prestigioso en relación con el conocimiento de los problemas en su empresa.
Sin embargo, en muchos casos es al revés: quienes circulan de seminario en seminario, quienes hacen sesudos cursos acerca de la problemática de la empresa y la familia, corren el riesgo de alejarse cada vez más de una solución porque, al conocer intelectualmente lo que en realidad deberían experimentar como vivencia personal, se van encalleciendo, y, por lo tanto, corren el riesgo de ir perdiendo la capacidad para enfrentar y resolver su propia problemática.
Es como si alguien que presenta síntomas de enfermedad, en lugar de consultar al médico navegara por Internet para encontrar todo lo que se dice acerca de esa clase de padecimientos. Por más que investigue, no va a lograr curarse con información, sino, exclusivamente, con el tratamiento adecuado.
Las dificultades para encarar el proceso de exiting suelen tener diferentes orígenes.
Veamos algunas de ellas.
Dificultad para fijar objetivos financieros
En países en los que se vivieron situaciones de inestabilidad, por alta inflación, fuertes recesiones, cambios de rumbo económico, etc., suele quedar un resabio, aun después de muchos años de vividos esos eventos: es muy difícil fijar los objetivos financieros.
La sensación de que todo puede cambiar por un golpe de suerte – o de mala suerte – hace que, para muchos, sea difícil determinar cuánto pretenden ganar en el próximo ejercicio, o cuántas personas deberían incorporarse al plantel de recursos humanos.
A ello se suma una imprecisión generalizada cuando se habla de dinero: suele decirse “mucho” o “poco”, pero sin cuantificar, lo que hace más difícil pensar proyecciones y soluciones para el futuro.
Esta dificultad para encarar lo financiero complica el proceso de exiting, dado que las necesidades financieras futuras quedan en una nebulosa, con la que se hace muy difícil tomar previsiones y fijar pautas de ingresos.
Un caso de estudio
Juan Manuel percibía que la empresa se le había ido de las manos, con gastos que superaban los ingresos, y esta situación lo llenaba de angustia.
Por lo tanto, tenía toda su energía en tratar de reducir gastos, tanto en la empresa como a nivel personal
Sin embargo, se trataba de un objetivo de difícil cumplimiento, ya que, por el grado de desarrollo de su empresa, le resultaba imprescindible acometer determinadas acciones urgentes. En particular, se veía en la necesidad de invertir en un nuevo software de administración, y en un costoso proceso de consultoría.
Juan Manuel decía que su empresa estaba atravesando graves problemas económicos que la llevarían a tener que recurrir a préstamos por más de un millón de dólares.
Al comparar esos valores con los ingresos corrientes de la empresa del último año, Juan Manuel entraba en pánico: no veía la manera de pagar esos créditos.
Esta sensación de malestar lo llevó a tratar el tema con un consultor externo, quien le propuso, antes de imaginar cualquier solución frente al endeudamiento, entender cómo se había llegado a esa situación, lo que quizás permitiría encontrar el mecanismo para revertirla.
Así fue como Juan Manuel identificó que las dificultades se habían originado por un nuevo negocio que estaba encarando su empresa agrícolo-ganadera: la preparación de unos campos inundables, de escaso valor, para convertirlos en una plantación de arroz.
A ello se sumaba la decisión de no vender ganado debajo de determinado peso.
La empresa no había confeccionado el plan de negocios de la plantación