Historia y nación. Alexander Betancourt Mendieta
href="#ua0d46761-1340-4cad-881b-dd2f4d45424f">Definir el pasado nacional: las luchas interpretativas sobre el pasado
Capítulo II. Institucionalizar el pasado nacional
Los caracteres de la Academia Colombiana de Historia
Las bases del conocimiento académico
La difusión del conocimiento histórico y la Academia
La consolidación de una institución: los avatares de las coyunturas
La creación de una Historia Nacional
Las discrepancias en el monolito
La marginación de una institución
Capítulo III. Los revisionismos históricos: el momento de los años treinta
Las reinterpretaciones del pasado nacional: los revisionismos
El encuentro con “Los de abajo”: la literatura desplaza al conocimiento histórico
Las descripciones de la “sociología científica”
Otra faceta del “liberalismo colombiano”: los nuevos radicales
La nueva interpretación sobre el pasado nacional: la obra de Nieto Arteta
Capítulo IV. Los revisionismos históricos: el momento de los años sesenta
La historia como polémica política: una nueva discusión sobre el rostro de la nación
Las condenas al presente: el revisionismo histórico de Indalecio Liévano Aguirre
El revisionismo histórico desde las izquierdas
Capítulo V. La historia profesional: los esfuerzos fundadores y los historiadores famosos
El primer historiador profesional: Jaime Jaramillo Uribe
Una ruptura local: la nueva historia colombiana
Repensar un modo de hacer historia
Capítulo VI. Los balances recientes, el recurso de la teoría y el horizonte de un oficio
Los rasgos de una disciplina profesional consolidada
De las dificultades de la representación de la nación
Las consideraciones sobre la tradición disciplinar local: rasgos de intolerancia
A modo de conclusión: un horizonte abierto
Después de todos los trasiegos que se encuentran detrás de la publicación de casi cualquier obra, es importante reconocer a las personas y a las instituciones que permitieron de uno u otro modo la realización y la culminación de estos esfuerzos.
Debo mucho al apoyo incondicional y el aliento que me representa la presencia y la compañía de Mateo y Simón.
También deseo expresar toda mi gratitud al Dr. Ignacio Sosa Álvarez, mentor académico de esta investigación y un apoyo fundamental a la hora de persistir ante todos los obstáculos que se me han presentado en estos años. Del mismo modo, debo referirme al Dr. Ignacio Díaz Ruiz, exdirector del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, como un incondicional apoyo en esta labor de investigación, y agradezco las distintas oportunidades que tuvo a bien brindarme para que el trabajo se desarrollara de la mejor manera.
Reconozco todo el apoyo bibliográfico que recibí de Ana María López Jaramillo y de Martha Díaz Alanís en la biblioteca del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos para consultar una buena parte de la documentación que sirvió de base a mis argumentaciones. De igual forma, agradezco a Claudia del Pilar Bolívar, de la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá.
Muchas de las ideas que aquí se exponen pude documentarlas, aclararlas y discutirlas en diferentes momentos y circunstancias con el Dr. Bernardo Tovar Zambrano, el Dr. Álvaro Matute Aguirre (†), el Dr. José Antonio Matesanz, el Dr. Gustavo Vargas Martínez (†), Jesús Saldarriaga, Miguel Ángel Beltrán Villegas, Luis Alonso Gerena Carrillo,