La sal y el Estado colombiano. M Joshua Rosenthal
Colombianistas; el Archivo General de la Nación; la Biblioteca Luis Ángel Arango; y la Biblioteca Nacional. También quiero agradecerles a Edwin López Rivera y a Salomón Kalmanovitz, quienes me invitaron a formar parte de un proyecto de historia fiscal durante el federalismo que me permitió revisar de nuevo la historia boyacense y sus fuentes. Igualmente, quiero extender mis agradecimientos a todas las personas vinculadas al programa de Historia de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC). Esta universidad fue un lugar de acogida intelectual mientras llevaba a cabo mi investigación inicial y ha sido muy placentero renovar mi vínculo con su programa. Estoy en deuda con Javier Guerrero Barón, Isidro Vanegas y muchos otros que hicieron posible esta edición.
Finalmente, quiero agradecer el apoyo inquebrantable de Samara, Zeke y Amber.
Este libro fue posible gracias a la Beca para traducir y publicar obras escritas en lenguas diferentes al español sobre temas colombianos de la segunda fase de la Convocatoria de Estímulos 2019 del Ministerio de Cultura y al equipo de la Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
En el proceso de escritura de este trabajo usé las citaciones y las referencias bibliográficas que cumplen con los estándares de la academia y las practicas historiográficas de los materiales colombianos más importantes, pero los lectores cuidadosos podrían encontrar algunos pasajes en los que puedo quedarme corto en esta empresa. Las citaciones de los documentos del Archivo General de la Nación de Colombia (AGN) incluyen el número de folio sin información adicional. Con frecuencia, estos legajos contienen varias páginas para cada número, lo que vuelve impreciso tal sistema. Aquellos que utilicen esas notas como una guía deberán encontrar el número preciso del folio y trabajar sobre las páginas que le siguen. Adicionalmente, las citaciones reflejan la catalogación usada a mediados de los años noventa. En la medida en que los Fondos de Gobernaciones y las Gobernaciones varias han sido traspasados al sistema de microfilms, sería necesario consultar el índice para determinar la ubicación de los volúmenes provinciales en el fondo más amplio. Creería que las guías antiguas aún están disponibles en el AGN. Finalmente, a menudo fue difícil, e incluso imposible, discernir la autoría cuando se trató la correspondencia de La Salina, objeto de mi investigación, pues mucha de esta fue copiada y reenviada. Esto derivó en que mi reconstrucción de los hechos está referida a correos oficiales, más que a individuos particulares. Confío en que esta falla no haya generado inexactitudes históricas, pero es necesario reconocerla y esperar que los lectores la excusen.
La sal es un producto de uso ancestral en el altiplano cundiboyacense, es la base de la dieta alimenticia de sus pobladores y es un elemento importante de intercambio comercial. No por otra razón, la problemática sobre su explotación y monopolio es recurrente para el análisis histórico regional, en particular cuando este producto es visto como un factor económico que le interesa al Estado republicano colombiano, en su intención de controlar su comercio; de hecho, esta es una práctica heredada del Virreinato de la Nueva Granada.
Esa intencionalidad monopolista estatal, que representó el 10 % de los ingresos federales durante el siglo XIX y, por ende, contribuyó a la construcción del naciente fisco republicano, es el objeto de interés de Joshua M. Rosenthal en el presente libro1. Este autor enfoca su investigación en La Salina de Chita, ubicada en el otrora Cantón de El Cocuy y actualmente en la provincia de Casanare. El “pueblo de la sal” –como lo conocieron los primeros avanzados ibéricos, y que luego se convirtió en la encomienda de Chita– era una localidad con una población cercana a los 1000 habitantes. Esta salina es abordada por el autor desde los referentes hispánicos iniciales, pero en función de ver cómo su producción constituyó un ingreso importante para el fisco nacional y cómo se administró, además de otros recursos complementarios de la época, como la cerámica, la madera, la tierra y la mano de obra.
La perspectiva institucional –caracterizada por un Estado débil– en torno al control de la fabricación de la sal y la respuesta de ese entorno local y sus resultados son considerados por Rosenthal a partir de la política fiscal propiamente dicha y de su implementación. Además, este autor considera las respuestas regionales y locales frente a dicho control y el contexto de la política nacional en el que interactúan ministros, empleados, empresarios, contratistas, habitantes locales, comunidades y trabajadores migrantes.
Rosenthal analiza esa intervención del naciente Estado republicano en el ámbito local en el que, de hecho, la explotación de sal fue su atractivo principal. Sin embargo, esta intervención no siempre fue exitosa, por el contrario, el acercamiento y la relación entre los agentes estatales y las prácticas locales fue frustrante. En especial, por un interés que buscaba gestar un verdadero proceso industrial que llevara la modernidad económica a La Salina.
Hay que destacar que, después de los ingresos por los conceptos de aduana y tabaco, las salinas fueron el tercer renglón de rentas del Estado, por lo menos hasta mediados del siglo XIX. Una vez estuvo en condiciones de monopolio estatal, la sal ocupó el segundo renglón, después de los ingresos por aduanas, durante la segunda mitad del siglo XIX. Esto sin desconocer la discusión en torno al papel monopolista del Estado y el potencial de los conflictos entre los estados federados, que por esta época se dirimían. Este papel siempre fue discutido por los intentos de regulación del mercado y las consideraciones críticas del entorno local, que terminaron en una dicotomía extrema entre los que estaban a favor de la administración y los que no, considerados inmorales o criminales. En palabras de Rosenthal, “el discurso de la primacía del Estado fue en sí mismo un intento fallido de construcción del Estado”, que en la práctica se usaba para la compra del producto y para aumentar su precio oficial en el mercado regional.
Hay que señalar que La Salina ocupaba el tercer renglón regional en ventas de sal, después de Zipaquirá y Nemocón. El producto de esta localidad era de los más requeridos y, en consecuencia, también lo eran su fabricación y venta ilegal. No por otra razón, en este libro se ofrece el estudio de un contexto en el que converge la ya mencionada monopolización en la producción y el comercio del Estado, la especulación inflacionaria de los comerciantes, y el contrabando con un producto a menor precio, contra los cuales el Estado se muestra ineficiente.
Rosenthal ubica a La Salina en el contexto de la historia política colombiana, partiendo de la Gran Colombia, la República Temprana y la Guerra de los Supremos, o Guerra de los Conventos (1839-1841), en la que estuvieron involucrados boyacenses y casanareños, y, por ende, los pobladores de La Salina. Esa guerra implicó actualizar los planes de la administración directa, en un escenario en el que los contratistas de sal fueron figuras y políticos notables, según los cambios políticos y las rebeliones de mediados y de la segunda mitad del siglo XIX.
La importancia fiscal y el monopolio de la sal, desde el nivel central, aclara el porqué de las contradicciones bipartidistas, los cambios político-administrativos, las revueltas regionales, el liberalismo radical, la Regeneración y la Guerra de los Mil días (1898-1902), eventos que se van a ver reflejados en el ámbito local. Este libro es un esfuerzo de su autor por colocar el ámbito local en el contexto de lo nacional, pero, en especial, en los grandes hitos de la historiografía decimonónica colombiana. Recordemos que en los albores del siglo XX el papel del Estado, a través del Ministerio de Finanzas, comienza a decaer y su importancia se opaca. Las redes de influencia y contratación encuentran nuevos canales y, por ende, su acervo documental decrece, a la luz crítica del historiador.
Rosenthal finaliza su monografía resaltando la innegable importancia de La Salina de Chita en la historia nacional y regional, a partir del papel liderado por el Estado y su intencionalidad monopolista evidenciada a lo largo del siglo XIX. Lo anterior, a modo de síntesis y conclusión. Es evidente que la decadencia de la sal estaría relacionada con otros fenómenos de modernización y tecnologización provenientes