El amor no es para mí. Dana Darius

El amor no es para mí - Dana Darius


Скачать книгу
muy amplio con un par de espejos enormes, el suelo ha cambiado, y en lugar de un suelo gris oscuro que parecía un parking, ahora hay unas baldosas color arena, las paredes son de color marrón muy suave y el techo es azul con estrellas hechas con pintura que solo brilla en la oscuridad; las mesas y los taburetes ya han llegado, son geniales, y la barra es enorme, tiene unos colores espectaculares: azul turquesa con unos toques blancos y azules más oscuros, con los bordes plateados; ha quedado muy bonito, toda la parte trasera de la barra es de espejo y con muchas estanterías para botellas, las neveras y demás me llegan en una semana, el hilo musical ya está instalado y la cabina está al fondo en una esquina, rodeada de altavoces, tiene una pinta tremenda. ¡Estoy deseando bailar aquí!

      Se acerca la hora en la que he quedado con Noah y de camino me encuentro a Jordi con unos amigos. Desde nuestro encuentro han pasado casi tres semanas y tengo que decirte que nos hemos vuelto inseparables, es un tío genial, además de estar muy, pero que muy bueno, es un chico amable, simpático, fiestero y un dios del sexo, pero eso ya lo sabes. Bueno, a lo que iba, quedamos a los días para hablar, y decidimos tener una amistad muy sana porque ninguno de los dos busca relaciones y en eso somos muy parecidos, pero tengo que deciros que pecar nos está permitido siempre que surja la ocasión, aunque de momento no ha surgido de nuevo.

      —¡Ella! ¡Pero qué guapa estás! ¿Dónde va mi bombón favorito tan sola? —Que zalamero es cuando quiere.

      —Pues lo cierto es que he quedado para cenar con Noah. —Vaya careto que me ha puesto. ¿Estará celoso? No, no creo… ¿o sí?

      —Vaya, veo que Noah no pierde el tiempo, aunque si te soy sincero mucho has tardado en cenar con él, creo que le gustas desde el primer día. ¿A dónde vais? —lo dice con un tono un pelín malhumorado, aunque sabe disimular bien pero sí, lo confirmo, está molesto.

      —Aquí cerca, vamos a cenar al restaurante de su tío y luego vamos a bailar por aquí, seguramente acabemos en el Joy Eslava. Vamos a celebrar que ya por fin tenemos nuestra canción grabada, no pienses mal.

      —Piensa mal y acertarás… Ella, no seas tan inocente, que ese lleva queriendo meter las manos bajo tus pantalones mucho tiempo.

      —¿Estás celoso? —pregunto sin pestañear y con una sonrisa de bruja perfecta.

      —¿Celoso yo? —lo dice con un punto de chulería—. Que va, es solo que no lo veo un chico para ti, ya sé que no buscas nada con nadie pero quizá él sí lo hace y no quiero que luego estéis de mal rollo. —Casi parece sincero.

      —No te preocupes que no es mi tipo, es guapo y eso, pero ya sabes lo que pienso, además hoy no tengo mi mejor día para irme a la cama con nadie.

      —Bueno, te dejo porque si no llegaras tarde a tu no cita. —Conoce muy bien mis denominaciones de citas—. Luego igual nos vemos en la discoteca.

      —¡Perfecto!

      Me voy porque si no seguro que empieza a preguntarme. En este tiempo que nos hemos ido conociendo nos lo hemos contado todo a cerca de nuestras relaciones, y sabe cuál es mi punto débil en el amor, Lucas, y yo sé que él no quiere novia hasta los cincuenta por lo menos, por eso estamos tan bien juntos.

      Voy a cenar con Noah, porque se lo había prometido, aunque muchas ganas de salir hoy no tenía y te diré por qué. Como sabes, de un tiempo a esta parte, me negué al amor por completo, porque solo hay una persona con la que quiera pasar el resto de mi vida, casarme y crear una familia, pues bien, tenía sus recuerdos un poco presentes y un poco apartados pero cuando los tengo presentes como es hoy no doy pie con bola… Y dirás, cómo una chica como tú, guapa, divertida, que es un cañón de tía… «No tengo abuela…», que tiene lo que quiere, puede estar así por un chico… Yo tampoco me lo explico. Pero hoy encontré un archivo en mi ordenador con fotos del instituto, lo he abierto, en él estaban nuestras fotos y me he puesto muy ñoña.

      Hace muchos años que no hablo con Lucas, que no somos amigos porque en una conversación algo dura que tuvimos me dijo cuatro verdades que me merecía y no las quise aceptar, así que decidí borrarlo de mi vida. Pero al parecer, mi mente y mi corazón no estaban muy de acuerdo y fracaso tras fracaso amoroso ellas estaban ahí recordándome lo bien que estuve con Lucas y creo que lo he idealizado tanto que sé que nunca encontraré a nadie mejor, por eso no quiero estar con nadie. Aunque es complicado estar con él. Primero, porque soy muy orgullosa y no sé cómo volver a hablarle, y segundo, porque por lo que sé él vive en la otra punta del mundo con otra chica y serán muy felices, por lo que no puedo entrar en su vida y destrozársela de nuevo… Pero claro, Noah no tenía la culpa de que yo hoy esté de bajón, así que he pensado que divertirme puede ser lo que necesite, pero queda claro que no tendremos nada de sexo.

      Llego al restaurante y me sorprendo: es un sitio de lo más fino, de esos a los que suelo ir con mi padre y no con mis amigos, que suelen ser de menos poder adquisitivo que yo.

      —Ella, pensaba que ya no venías. —Miro el reloj… Bueno, solo he llegado media hora tarde, me disculparé.

      —Perdona, Noah, es que he parado en mi bar a ver cómo iban las obras y se me ha ido el santo al cielo.

      —Tranquila, no pasa nada, estas guapísima. —Sí que me mira como si quisiera desnudarme con la mirada, al final van a tener razón tanto Maka como Jordi.

      —Gracias, ¿nos sentamos? —No voy a darle pie a nada, aunque mirándolo bien, se ha puesto muy guapo, y no está nada mal, deben de ser las hormonas que las tengo revolucionadas y muy necesitadas.

      —¿Y cómo van las obras? ¿Ya has pensado un nombre para el local?

      —Tengo varios candidatos y las obras van genial, con un poco de suerte en dos semanas podré abrir.

      —Y esos candidatos, ¿cuáles son?

      —Pueden ser Ocean, Crazy, Mandala o Tropic, no sé, aún le doy vueltas.

      »Hay un nombre que me gusta mucho porque significa mucho para mí pero ese me lo guardo porque si decido ponérselo no quiero desvelarlo aún.

      —Pues eso es que lo tienes claro ya, los que me has dicho me gustan casi tanto como tú; tenía muchas ganas de quedar contigo fuera del estudio. El día que quedé con tu amiga no me lo monté muy bien, en realidad es que quería saber más cosas de ti, me supo mal luego por ella.

      —Ya me lo contó. Mira, Noah, no quiero que esto sea algo que no es, no te lo tomes a mal pero yo no busco relaciones en mi vida, no quiero conocer a nadie, no sé si me entiendes.

      —Maka me contó que estabas cansada de los tíos, pero quizá yo pueda hacerte cambiar de parecer. No creo que quieras pasar el resto de tu vida sola.

      —No, pero si quiero disfrutar un tiempo de la soltería, hacer lo que quiera sin darle cuentas a nadie. —Su cara ha cambiado, este se las prometía tan felices esta noche.

      —Bueno, no importa, ¡vamos a celebrar que por fin hemos grabado nuestra canción a tiempo!

      Después de cenar pedimos unas copas, otras y unas cuantas más. Vamos a la discoteca y me abraza, yo me dejo, porque en ese momento no sé si ando o levito, creo que me he pasado bebiendo, pero es que estaba todo tan bueno y entraba tan bien… Y miraba a Noah y pensaba en Lucas y necesitaba más. Llegamos a la discoteca y me encuentro a Carol, mi amiga esa que siempre me lía con sus amigos que luego resulta que son unos capullos, por no decirles algo peor, mira a Noah de arriba abajo, los presento a todos y me aparta del grupo.

      —¡Joder, Ella! Que llevamos sin hablar ni vernos un montón, que calladito te lo tenías, guarra, no veas cómo está tu novio… A ver si este te dura más.

      —Oye, guapa, que no era yo quien los dejaba, ¿eh? Y Noah no es mi novio… «¿O sí? Porque con lo borracha que voy todo podría ser y yo sin enterarme…».

      —Ay, chica, como le he visto tan acaramelado contigo y te mira de esa manera, pensaba que salíais juntos.

      —Que va, es mi compañero de trabajo, bueno, el chico con el que hago


Скачать книгу