Dimensiones de la migración en Colombia.. Felipe Aliaga Sáez
XXI, es fundamental dar cuenta de lo presentado por medio de los censos poblacionales y publicaciones por parte de distintas instituciones. Si bien se da por hecho la existencia de La Violencia en el país, es fundamental mencionar los acontecimientos específicos que generaron este desplazamiento: tensión política, presencia de grupos guerrilleros, narcotráfico, extorsión, masacres, violación de derechos humanos, entre otros. Además, retomando el segundo factor, las migraciones voluntarias, es importante considerar las situaciones en donde la población migró por otras necesidades, entre ellas, encontrar mejores oportunidades de trabajo y vivienda. Las migraciones voluntarias se definen por el cambio de residencia y se explican por una gama amplia de motivaciones, desde razones culturales (religión, idioma, etnia, etc.) y sociales (reunirse con la familia o amigos, acceso a educación, etc.) hasta razones netamente económicas (mayores salarios, mejora en la calidad de vida, etc.) pero, en general, dependen en mayor medida de estas últimas (Dureau & Flórez, 1997).
Teniendo en cuenta que los datos presentados provienen de los censos de población realizados en el país, en un primer momento se tendrá en cuenta el texto publicado por Ciro Leonardo Martínez Gómez sobre las migraciones internas en Colombia, un análisis territorial y demográfico según los censos 1973 y 1993. Una primera observación es que los datos censales indican que hasta finales de la década de 1930 más de dos terceras partes de la población colombiana vivían en los campos. Dentro de este texto, con el fin de evidenciar el proceso migratorio, se exponen diferentes etapas como factores causales de la migración. A principios de la década de 1950 el país continuaba siendo rural, con el 60 % de su población viviendo en áreas de este tipo, pero el conflicto social se estaba generalizado y se apreciaban los primeros impactos de una tendencia a la urbanización.
Por otro lado, Granados (2010) confirma que, dentro del formato censal del DANE en 2005, se puede observar un interés en conocer las tendencias y dinámicas migratorias de la población. Una pregunta enfocada a ello era la referente al cambio de residencia en los últimos 5 años. Cuando la respuesta era positiva, se indagaba sobre la razón y los datos consolidados arrojaron las siguientes respuestas: 49,8 % de la población había cambiado de residencia por razones familiares; el 25,8 % por otras razones no específicas; el 15,2 % por la dificultad para conseguir trabajo; 3,4 % por necesidad de educación; el 3,0 % por amenazas a su vida; 1,6 % por salud y 1,1 % por riesgo de desastre natural.
Por otro lado, la autora también llega a la conclusión de que, al observar las estadísticas del cambio de residencia, se puede observar un 75,6 % de la población no expresa de manera clara las causas, pudiendo ser miedo a decir la razón, matrimonios, vejez o cambio de lugar de trabajo.
Este análisis enriquece la información sobre este fenómeno y permite profundizar en el estudio de las migraciones internas, especialmente al desplazamiento interno por condiciones violentas. Se puede pensar en un porcentaje bastante bajo (3 %) para realidad del conflicto, pero se abre la ventana para entrar a indagar en esas zonas donde se reflejó esa expulsión de población. (Granados, 2010, p. 19)
En Colombia se pueden identificar dos momentos cruciales de desplazamiento: entre 1948 y 1965 el país sufrió la época conocida como La violencia, donde los dos principales partidos políticos se enfrentaron a través de las guerrillas conservadoras y liberales cobrando miles de muertes y provocando la expulsión masiva de familias campesinas, hacia las principales ciudades, las que en ese entonces comenzaban sus procesos de industrialización. Por otro lado, una serie de hechos violentos desde finales de la década de los setenta hasta el presente denominados conflicto armado interno elevó el número de homicidios en Colombia hasta el punto de ser constantemente una de las principales causas de muerte (DNP, 1999). Como se mencionó en el inicio, uno de los factores se basa en observar la migración interna en Colombia desde las migraciones involuntarias, esta se puede clasificar en dos tipos: los refugiados y los desplazados internos. Los primeros, son aquellos que traspasan las fronteras nacionales buscando protección y seguridad que no reciben en su país, y los segundos son aquellos que se encuentran a la deriva en sus propios países huyendo de una situación violenta y no tener seguridad internacional. Considerando el interés del capítulo, se dará protagonismo a los desplazados internos, sin desconocer el hecho de que existe una alta cifra de desplazados transfronterizos.
La urbanización y el desarrollo como factores de atracción
La década de 1960 y los primeros años de 1970 fueron periodos de estímulo a la industrialización, desarrollo de infraestructura, fomento del comercio internacional y mejoramiento social y económico. También mejoraron las condiciones de vida de las familias, se incrementó el empleo, se amplió el acceso a la salud y a la educación, y se facilitó la adquisición de vivienda. Sin embargo, las mejoras se concentraron en unas pocas regiones y ciudades que se consolidaron como principales focos de localización de las actividades económicas. Por otro lado, las extensas regiones de la costa pacífica y los llanos orientales estaban totalmente aisladas del interior y excluidas de los procesos de desarrollo. Siguiendo lo anterior, los principales centros urbanos tomaron protagonismo, mientras que los factores de expulsión continuaban en el sector rural y en la mayoría de las regiones del país. Estas características dan cuenta de que, para los periodos mencionados anteriormente, se presentó un proceso migratorio en el país, caracterizado principalmente por el movimiento de la población rural a los centros urbanos. Martínez (2006) afirma que el proceso de urbanización y la transformación demográfica experimentada por el país están indudablemente interrelacionadas.
Ahora, en cuanto a los datos de las instituciones mencionadas en el inicio, se deben considerar las siguientes estimaciones: de acuerdo con proyecciones del DANE, entre los años 1985 y 2015, 2.749.050 personas migraron a las ciudades. En especial, Bogotá fue la ciudad que recibió históricamente más migrantes internos en el país, según las estimaciones, en ese periodo llegaron a la capital 880.597 personas. Es decir, que a la ciudad llegó aproximadamente el 32 % de los 2.749.050 migrantes calculados en los últimos 30 años a 2015. Según una investigación realizada por Javier Ruiz (2015), de la Universidad Autónoma de Barcelona, la capital del país se convirtió en un centro de acogida de los migrantes internos a finales del siglo XX debido al crecimiento de las grandes urbes y a varios factores sociales, económicos, geográficos y de infraestructura1.
La urbanización en Colombia habría sido, entonces, como en Latinoamérica, un efecto territorial de la acumulación capitalista en una relación de dependencia económica entre el centro (países desarrollados) y la periferia (países en desarrollo). Con esto, la penetración del capitalismo en el campo (agricultura comercial) y el estancamiento de las estructuras agrarias de minifundio y latifundio no permitían que la superpoblación fuera absorbida por el campo, provocando las migraciones y la acumulación urbana (Jaramillo, 2007).
Según Cardona (1968), en Colombia el inicio del proceso de urbanización coincidió con el desarrollo de una situación de violencia política en el campo, sin embargo, no fue un factor relevante de migración hacia las grandes ciudades y, más bien, aquellos habitantes rurales que se veían obligados a desplazarse por razones de inseguridad, si no estaban motivados a migrar a una ciudad grande, lo hacían a conglomerados urbanos intermedios, donde adquirían alguna seguridad y su situación socio-cultural continuaba similar a la del lugar de origen.
Además, independientemente de las razones que motivaban a las personas a abandonar su lugar de origen, era de esperarse que migraran a una región desarrollada industrialmente, urbanizada y con altos niveles de educación. Tal decisión dependía no tanto de las razones que producían la emigración sino, más bien, de las condiciones que ofrecía el sector de destino.
De esta forma podemos ver que los migrantes internos son protagonistas del desarrollo de las grandes ciudades, adicionalmente en su mayoría son población que se encuentra en edad activa, lo cual permitiría impulsar factores económicos. Según el análisis de Torre & Giorguli (2016), quienes diferencian entre los patrones de migración interna y los destinos internacionales, concluyen que durante las etapas más tempranas de la vida (adolescentes y adultos iniciando sus trayectorias laborales) es más común la migración interna, mientras que la migración internacional