Geografía de las dunas costeras de Chile. Consuelo Castro Avaria
de dunas costeras activas entre Coquimbo (29°S) y Chiloé (41ºS).
Tramo litoral | Superficie (hás) Dunas activas |
I. Pta. Teatinos - Pichidangui (29º 54’S) - (32º 08’S) | 4242 |
II. Los Molles - Iloca (32º 41’S)- (34º 55’S) | 9682 |
III. Junquillar - Lota (35º 08’S) - (37º 05’S) | 21830 |
IV. Arauco - Chiloé (37º 13’S) - ( 41º 43’S) | 38000 |
Fuente: Elaboración propia a partir de Iren, 1966. |
Figura 1: Distribución de dunas costeras de Chile entre 29º 48’S y 41º 50’S.
En Chile, las dunas tienen un patrón característico de localización, al norte de la desembocadura de los principales ríos (Albert, F. 1900; Bruggen, J. 1929; Fuenzalida, H. 1956). Este modelo se explica por la dirección de la corriente de deriva litoral que se desplaza de sur a norte, muy próxima a la orilla, transportando los sedimentos que los cursos de agua llevan hasta su desembocadura en el mar, según se observa en las imágenes satelitales de la Figura 2. En su recorrido, dicha corriente va depositando sedimentos que forman playas desde donde el viento extrae la arena para construir las dunas en las tierras interiores. Esto se observa, por ejemplo, en la duna de Longotoma, situada al norte de la desembocadura de los ríos Petorca y La Ligua; en la duna de Ritoque, al norte del río Aconcagua; en la duna de Santo Domingo, al norte del río Maipo; en las dunas de Putú-Quivolgo, al norte del río Maule (Figura 2).
En la Figura 2, la carta regional de dunas entre Punta Choros (29º 10’S) y Concón (32º 55’ S) integra las unidades geomorfológicas y la litología del borde costero donde estas se localizan; el litoral se extiende por aproximadamente 450 km medido en línea recta; si se consideran las inflexiones de la costa, son aproximadamente 727 km, de los cuales 532 km corresponden a una costa rocosa (73,2 %), 143 km de costa arenosa (19,7 %) y 51 km de costa con acantilados (7,1 %).
En la leyenda, página 43, las formas se agrupan según su origen: marino, eólico, fluvial y formas estructurales.
En las formas marinas, la orilla litoral corresponde a las costas rocosas, las acantiladas y las costas arenosas. Las terrazas marinas de abrasión están labradas en rocas metamórficas Paleozoicas y rocas graníticas Jurásicas, Moscoso, R. 1982; Herbert, T.1967; Rivano, S. 1986; Rivano, S. 1993. Las terrazas marinas de sedimentación están compuestas por areniscas, conglomerados y coquinas.
Las formas eólicas son las dunas activas y las dunas antiguas. Las formas de origen fluvial representadas en la carta son los lechos, y terrazas fluviales, los glacis y coluviones. Finalmente, las formas estructurales son los horst labrados en rocas resistentes que forman algunas de las salientes rocosas que delimitan las bahías como en Tongoy y Quintero.
En la distribución de las formas en la carta de la Figura 2, se observa que las terrazas marinas de abrasión y de sedimentación se encuentran entre la línea de costa y la base de la Cordillera de la Costa o Núcleo Montañoso en la carta. Destacan las terrazas marinas sedimentarias en Punta Choros y entre La Serena y Tongoy donde la costa se caracteriza por las bahías de Tongoy, Guanaqueros y Coquimbo, con formas lobuladas en su fondo con extensas playas arenosas. Las terrazas marinas situadas al sur de la bahía de Tongoy se extienden por más de 30 km y se sitúan al oriente de los Altos de Talinay, que corresponden a un sistema de bloques solevantados que se prolongan hasta las proximidades de la desembocadura del río Choapa. En este tramo, la Cordillera de la Costa cae casi directamente al mar, en cuyo contacto se forma una estrecha franja de terrazas de abrasión; la costa es muy pareja y continua. El sistema fluvial del río Limarí es el de mayor importancia en este tramo costero y en su desembocadura se forma un pequeño campo dunario; un poco más al norte, en el sector Los Baños, hay otra pequeña acumulación de arenas eólicas. En la Bahía el Teniente también se desarrolla un campo dunario al norte de la desembocadura de la quebrada sobre las terrazas de abrasión marina.
Las dunas situadas al norte del río Choapa están relacionadas con sistemas fluviales menores con escaso aporte de sedimentos debido a condiciones climáticas de aridez. El tamaño de los campos dunarios es más pequeño si se comparan con los existentes más al sur, con la excepción de Punta Choros donde extensas terrazas marinas tienen cubiertas de acumulaciones dunarias de importancia.
Al sur del río Choapa, la costa se caracteriza por su irregularidad, con bahías donde desembocan cursos de agua con aportes sedimentarios constantes que permiten la formación de sistemas de dunas activas de mayor tamaño, tras las cuales hay extensas cubiertas de dunas antiguas sobre las terrazas marinas escalonadas, como son las dunas de Huentelauquén-Choapa, Agua Amarilla-Conchalí y Pichidangui. Continuando hacia el sur, las dunas de Longotoma y Ritoque son las de mayor superficie en este tramo de la costa semiárida y central; el sistema de Longotoma, al norte de la desembocadura de los ríos Petorca y La Ligua, y el de Ritoque, al norte del río Aconcagua, respectivamente.
Figura 2: Distribución de las dunas en la costa semiárida y costa central de Chile. Los recuadros con imágenes satelitales muestran las dunas situadas en bahías próximas a la desembocadura de ríos y esteros locales.
1.2. Los antiguos usuarios de las dunas
Los usuarios más antiguos de las dunas costeras son los pobladores indígenas de culturas precolombinas, quienes las utilizaron como sitios de descanso aprovechando los recursos de bancos de bivalvos situados en las playas próximas a las dunas (ver Fotos 1 y 2); dichos sitios corresponden mayoritariamente a conchales precerámicos y cerámicos (Stehberg, R.1975), con objetos de la cultura Molle y Bato en las dunas de Los Choros, Tongoy, Longotoma, duna antigua de Cachagua, Ritoque; Putú-Quivolgo (Berdichewsky, B. 1964); dunas de Chiloé (Montaña, A. et al. 2015, inédito), ver Foto 3.
Autor del mural: Jorge Salinas. Museo de La Ligua.
Foto 1: Los hombres de la Costa, mural con la recreación del ambiente doméstico de los habitantes costeros del período Alfarero Temprano en la duna de Longotoma, sitio ocupado aproximadamente hace unos 1.600 años (Ávalos, H. et al. 1994).