Transformate en el dueño de tus finanzas. Franco Ezequiel Torres

Transformate en el dueño de tus finanzas - Franco Ezequiel Torres


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en una vida miserable, ¿a cambio de qué? ¿Por qué una persona es capaz de adoptar esos hábitos destructivos? ¿Por qué una persona repite esa secuencia de días hasta la edad de su jubilación? No logro entender esas actitudes porque a cambio no obtienen ninguna recompensa, ni siquiera poseen el dinero suficiente para tomar un avión hacia el país más limítrofe y poder disfrutar de una aventura. Quizás parezca exagerado el ejemplo, pero es real, muchas personas viven atrapadas en esta burbuja y no se lo merecen. El objetivo de este libro es brindar herramientas y conocimiento a todas las personas que quisieran de una vez comenzar a ser las dueñas de su vida. Inicie este libro con la afirmación: ¡vivimos dormidos! Pero tranquilos, llego la hora del despertar.

      Tengo una teoría muy íntima y personal que siempre da vuelta inevitablemente en mi cabeza. Puede sonar a conspiración o locuras mías simplemente, pero cada vez la creo más posible y es la siguiente. En el sistema educativo no nos enseñan nada de educación financiera para mantenernos esclavos y dependientes al dinero trabajando duro por él, y tampoco nos enseñan nada de educación sexual. ¿Será para que caigamos en la trampa de tener hijos a edades tempranas, mantenernos mentalmente muy agotados y así aumentar el número de probabilidades de que permanezcamos dormidos sin cuestionar nada hasta nuestro retiro? No estoy en contra de formar una familia ni de tener hijos, repito, simplemente mi mente está configurada para cuestionar absolutamente todo y esto es simplemente una observación personal, conclusiones que se afianzan cada vez más en mi mente cuando veo que a los meses de nacer un nuevo bebé los padres se separan, ya que en realidad no se amaban y ahora se encuentran completamente amarrados. También cuando veo que mi mamá, hermanos, tíos, familiares y amigos que siguieron el tradicional consejo de ir al colegio, conseguir un empleo, y muchos de ellos con un título universitario, se encuentran literalmente sufriendo por la llegada de un nuevo mes y que ingrese urgentemente su nuevo cheque de salario.

      Cuando una persona no sabe absolutamente nada sobre finanzas, termina vendiendo su tiempo a muy bajo precio a quienes sí saben sobre finanzas, para poder obtener un salario.

      Tener educación financiera cada vez se vuelve más indispensable en un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados destruyendo los trabajos físicos, reemplazándolos por trabajos de inteligencia.

      Jack Ma, fundador de Alibaba y uno de los hombres más ricos de la tierra, cree que los robots destruirán en la siguiente década más de 800 millones de empleos. Si tienes la suerte (o mala suerte) de no perder tu trabajo en la siguiente década, si hay algo de lo que no podrás salvarte es de la ley económica de oferta y demanda. Los salarios seguirán bajando, ya que cada vez habrá más gente buscando menos empleos.

      La educación financiera debe ir acompañada de una mentalidad filosófica que cuestione todo lo que ve y escucha en un mundo lleno de falacias sobre el dinero. En este mundo todas las personas creen poseer la verdad y con sus mejores intenciones intentan ayudarte. Tus padres y personas cercanas cuando te dan el consejo de “gradúate y consigue un buen empleo”, sin dudas están diciéndolo con la mejor intención, creyendo que te están ayudando, y es ahí cuando más debes refugiarte en tu mente rica y filosófica para distinguir entre un buen consejo o un mal consejo.

      Si no aprendes a cuestionar lo que ves, lees o escuchas puedes pagar muy caro el precio. Al igual que el jubilado que siguió al pie de la letra los consejos y le robaron los mejores años de su vida.

      A lo largo de todo este libro voy a tratar de dar lo mejor de mí, transmitir mi experiencia y conocimientos, pero quiero pedirte, querido lector, que no lo tomes como una verdad absoluta, tómate el tiempo cada vez que lo necesites de detener la lectura y cuestionar con tu mente filosófica lo leído. No quiero que las personas piensen como yo, simplemente quiero que piensen.

      El objetivo principal de este libro es desarrollar tu mente crítica, y el segundo objetivo es brindarte las herramientas para que puedas salir de la prisión a la que te han sometido y también, si eres emprendedor o dueño de negocio pequeño, para que puedas llevar tu negocio a tu próximo nivel.

      Wallace Wattles, en su libro La ciencia de hacerse rico, explica la existencia de una ley natural que rige en el planeta Tierra que nos dice que a iguales causas se producen los mismos efectos. Por lo que, trasladado al mundo de las finanzas, si una persona adopta los mismos hábitos que tuvieron y tienen las personas a las que les va bien financieramente hablando (siempre hablando de una riqueza legítima) sin lugar a dudas van a obtener los mismos resultados.

      PREFACIO

      Era un día más de clases y, como todo lunes, la maestra del primer grado acostumbraba a pedirles a algunos de sus alumnos que pasaran al frente del salón a contar qué habían hecho durante el fin de semana. Los niños debían presentarse con su nombre al comenzar el relato y luego contar su historia, a menudo solían contar que habían dado un paseo en el parque con sus padres, andado en bicicleta, habían tomado un helado, jugado a la pelota o simplemente se la pasaron en casa viendo dibujitos o jugando con sus juguetes. Eran buenas oportunidades para integrar a los alumnos al grupo, ayudarles a romper la timidez de hablar en grupo y de conocer un poco más sobre ellos. Cada niño ansiaba ser elegido y cuando la maestra lanzaba la típica pregunta: ¿quién quiere pasar al frente? Todos juntos levantábamos la mano, moríamos de ganas de ser elegido, quizás no necesariamente porque quisiéramos contar nuestra historia, sino más bien por el querer tener algo de atención o simplemente por el hecho de que ser elegido entre la multitud se disfrutaba como un premio, supongo. Entre tanto barullo y griterío de “Yo, yo, seño, yo, porfa, yo”, ese día fui uno de los seleccionados para pasar al frente. Tengo el recuerdo de estar solo parado al frente del salón, todos mis compañeros en sus asientos se encontraban expectantes, brindándome su atención, era mi momento.

      “Hola, mi nombre es Franco Torres y el fin de semana me fui con mi papá a juntar cartones y diarios por la basura, y luego lo acompañé a venderlos, hicimos una larga fila, entonces mi papá me regaló una gaseosa”.

      Algunos compañeros comenzaron a reírse, la maestra, como autoridad del grupo, ordenó el silencio y yo me senté en mi banco sin entender mucho lo que pasaba. Mi turno había finalizado y ahora comenzaba otro compañero a contar su historia.

      Mientras regresaba a mi casa con mi mamá luego de clases, ella me hizo la típica pregunta de todos los días. “Hola, hijo. ¿Cómo te fue en clases?”. Y yo, todavía sin comprender mucho debido a la inocencia típica de la niñez, le conté emocionado que por fin la maestra me había elegido y me habían hecho pasar al frente. Luego le dije lo que había pasado y su respuesta fue “Ay, Franco, cómo vas a contar eso”, frunciendo su cara como de vergüenza y enojo al mismo tiempo. Ella no estaba enojada conmigo, se enojó con mi padre por lo que me había hecho pasar, entonces cuando llegamos a casa comenzó una nueva discusión entre ellos. (Estas escenas de peleas parecen simples, pero producen una gran marca en los niños). Otra vez mis padres peleando y esta vez por mi culpa. Para aquel niño lo que había contado en el salón de clases era algo habitual y no entendía el porqué de las risas, el porqué de la discusión de mis padres. ¿Qué había hecho de malo? No lo sabía. Apenas tenía 6 años.

      Nací en una familia grande, se podría decir. Convivíamos en un pequeño departamento que contaba con una sola habitación donde dormíamos los 7 integrantes de mi familia, 5 hermanos, mamá y papá. Por suerte contábamos con ese departamento que heredó mi papá gracias a mi abuelo, al cual, lástima, nunca pude conocer porque, cuando él falleció, yo ni siquiera existía. Mis familiares me dieron muy buenos comentarios sobre mi abuelo, era una persona inteligente que sabía sobre inversiones en bienes raíces y a lo largo de su vida logró hacerse de varios inmuebles a los que rentaba. Luego de su muerte, su mujer se encargó de mal administrarlos y perderlos a todos. (Historia que se repite siempre cada vez que la riqueza llega a manos de personas que no tienen desarrollada la mentalidad financiera).

      ¡ABUELO, ANTES QUE EL DEPARTAMENTO, LE TENDRÍAS QUE HABER HEREDADO A MI PAPÁ ALGÚN CONOCIMIENTO SOBRE BIENES RAÍCES! Ja, ja.

      Soy el hijo número 4 contando de mayor a menor, y según me cuentan mis tres hermanos mayores, antes que yo tuviera edad madura, vivíamos muy bien. Mi padre tenía un muy buen trabajo en la empresa privada que provee agua a toda mi provincia llamada Aguas Cordobesas.


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